Le pregunto a Ana Jesús Olaya qué es lo que le cuesta más: ¿encontrar una idea o, tal vez, llevarla a cabo? Ella contesta que «encontrar una idea es fácil, las hay a millones». Escribir es sencillo, solo hay que ponerse. Corregir y pulir el texto, decir lo máximo con el mínimo número de palabras para que cada una sea la exacta… eso es lo difícil. Es muy bonito lo que responde a la pregunta sobre cómo se inspira: «Mi trabajo como educadora me permite comprender el pensamiento infantil y empatizar con el modo de actuar de los niños. Desde esa posición miro el mundo como un ser curioso, en constante proceso de evolución, de aprendizaje… Es un trabajo maravilloso que me conecta con lo esencial del ser humano».
Olaya nació en Almansa. Pasó su infancia leyendo, entre sacos de azúcar y olor a chocolate, en una confitería propiedad de sus padres. En la actualidad desempeña su trabajo como maestra para niños pequeños, al tiempo que escribe para lectores de todas las edades con un estilo narrativo único. Ha participado en diversos coloquios y encuentros literarios en centros educativos, bibliotecas, clubes de lectura, asociaciones… está casada y es madre de dos hijos. Entre sus obras publicadas en papel se encuentran: La vida a gatas (2014), El planeta azul y verde (2015), Si las piedras hablaran (2017), El fantasma negro (2019), El gobernante (2019), Mediterráneo (2021) y entre sus libros colectivos Miradas con Alas y Lo pequeño es grande.
Dice Ana Jesús que sus libros son sus «hijos literarios» y añade: «A todos les quiero». Cada uno tiene algo especial. Mediterráneo, el álbum ilustrado que acaba de publicar, le gusta por su carácter solidario. Los cinco euros de cada ejemplar van para la Plataforma de Ayuda a las Personas Refugiadas (PAR Almansa), que destinará la cuantía a realizar varios proyectos con niñas y niños refugiados. Además es un texto poético, con unas bellísimas ilustraciones de Zaida Montes, y muy buen acabado editorial.
Si las piedras hablaran, ficción histórica
Este libro, con fotografías del almanseño Juan Sánchez, es muy especial para Ana Jesús. En él va su forma de pensar, sentir y ver la vida sobre muchos temas. Lo que piensa sobre el amor, la guerra, la religión, el paso del tiempo, la ambición humana, el papel de las mujeres en la Historia… Todo concentrado en ciento cuarenta páginas. No es una novela pura, ya que tiene parte de ensayo. «Es cierto», dice, por las cuestiones que trata: quiénes somos los humanos, por qué o para qué estamos en el mundo… Su lenguaje sencillo, el desarrollo rápido y ameno de la trama la convierten en una obra muy apropiada para leer y hacer reflexionar en cualquier curso de la ESO, aunque sé dé buena tinta que a los adultos les encanta.
Una escritora «fronteriza»
«¿Requiere mucho esfuerzo por tu parte adaptar el lenguaje para que los niños comprendan mejor tus libros?», le pregunto. A lo que Ana Jesús contesta: «No, tengo facilidad para expresar conceptos complejos de forma sencilla. De todos modos, soy una escritora fronteriza y las mismas historias gustan tanto a los niños como a sus padres. En ocasiones, este hecho me perjudica a la hora de presentar un proyecto a una editorial. Los editores prefieren tener más delimitado el nicho de mercado al que la obra va dirigida», defiende.
Sobre la complejidad que puede presentar un libro infantil a la hora de editarlo, ella celebra que «escribir literatura infantil te permite tener compañeros de viaje: los ilustradores». Y añade: «Gracias a ellos, el viaje es más ameno, colorido y también largo. Ilustrar requiere un tiempo extra, unos tres meses de media más. Cada una de las ilustradoras: Cristina Fito y Alba Ruano, de Almansa; Gloria Barranco y Zaida Montes, de Sevilla, y las fotos de Juan Sánchez embellecen y completan mis libros. Sus estilos son diferentes, pero todos han hecho un magnífico trabajo y les quedo muy agradecida».
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