El puesto de Red Integral Almansa ha salido a vender sus libros usados, pero los que no han instalado sus puestos este año —con motivo de la Batalla— han sido los artesanos de Almansa. Una pena. Hablo sobre esta Asociación y sus trabajos en particular con dos de sus miembros: Isabel Milán (autónoma) y Antonio Fito (pensionista).
La Asociación de Artesanos de Almansa tiene su origen más o menos hace siete años. Empezaron con las invitaciones de la Asociación de Pintores en los llamados Mercadillos Culturales. Con el tiempo, se tuvo que crear la asociación, siendo Laura su primera presidenta y Paco Ruano el vicepresidente. En realidad, son un grupo bastante numeroso y su afán es artesano pero ligado a la cultura.
Antonio nos dice que su época preferida para el mercadillo es la del Mercado Barroco de la Batalla de Almansa. Isabel apunta que, por comodidad, prefiere el de Feria. Por convenio de colaboración, el Ayuntamiento les proporciona las casetas. Concreta que, en 2019, estuvieron en Plaza Salvador Allende y «muy a gusto».
Antonio cree que ser artesano es trabajar con mucha ilusión para mostrar los conocimientos de toda una vida. En su caso, hacer encantadores zapatos de todo tipo y en miniatura. Isabel, por su parte, añade que para ella es «un modo de vida». Es hacer lo que le gusta y aprender, y esto último lo repite porque en su caso ella empezó pintando zapatillas, luego pasó a hacer muñecos de ganchillo y, actualmente, está retomando la cerámica. Asegura que ser artesano es estar aprendiendo siempre, disfrutar y —muy importante— enseñar la artesanía para que no se pierda en el tiempo.
Antonio nos dice algo que se cuenta entre ellos: «El trabajador realiza sus trabajos con las manos, el artista lo realiza con la cabeza y el artesano lo realiza con las manos, la cabeza y el corazón». Para él, empezó cuando le regalaron unas hormas hechas con una pinza de madera (estamos en un pueblo de zapateros). Isabel hace mercadillos en otros pueblos. Carga su coche y se va para Ayora, a la Feria Medieval de Villena y, un año, fue a Sueca (en Valencia).
Anecdóticamente, el año que tocó la Lotería en Almansa, Isabel vendió un Papá Noel precioso por 45 euros. Por otra parte, Antonio nos cuenta que sus trabajos gustan mucho, llaman mucho la atención, pero, muchas veces, ahí se quedan. Resistiendo el paso del tiempo.
Con respecto a cómo se les presenta el panorama después de la pandemia, cuando todo esto pase, les pregunto cómo volverán al público. ¿Con más ilusión o o les costará arrancar? Antonio nos responde que sí, que la ilusión es precisamente es por lo que está en la Asociación de Artesanos de Almansa. Isabel responde que volverán con más esperanzas y fuerza que nunca.
«La gente tiene que vernos, salir otra vez a la calle, todo ayuda a que se fomente el Turismo», añade. Isabel nos recuerda también que la artesanía está hecha a mano, que es un producto exclusivo y, además, trabajado con mucho cariño y que se debería valorar. Lo dicho al principio, los hemos echado de menos este año en las plazas de Almansa.