Las niñas tienen cinco veces menos probabilidades de escoger una carrera relacionada con las tecnologías, según Plan Internacional. De los 1.300.000 estudiantes que cursan carreras en el ámbito de las TIC en toda la Unión Europea, solo el 17% son mujeres, lo que supone menos de una quinta parte. En este mercado laboral menos del 30% son mujeres. Mónica Ortega es una de ellas.
El potencial y ambición de esta joven almanseña le ha llevado a formar parte de una de las empresas de telecomunicaciones más grandes del sector. En Madrid, trabaja en el área de innovación del departamento digital de Vodafone Grupo. Ella es la encargada de investigar nuevas tecnologías y soluciones innovadoras para facilitar la rutina de la gente de a pie.
Hoy charlamos con Mónica Ortega para conocer más sobre su vida, su trayectoria y su profundo sentimiento festero: «Siempre digo que soy la Abanderada “202x” de los Piratas, ya que no lo he podido ser todavía por culpa de la pandemia».
¿Cómo se consigue llegar a una empresa que está a la vanguardia del desarrollo tecnológico?
Creo que se llega por iniciativas de la propia empresa. Yo entré a Vodafone mediante el «Vodafone Campus Lab», un proyecto que se lleva a cabo en las universidades. Ellos te proponen un reto para intentar resolver. En mi caso, nos proponían buscar una solución para el mundo rural. Nuestro proyecto quedó segundo a nivel nacional, tras nueve meses de trabajo. Ahí tomé contacto con Vodafone y, cuando por fin conocí la empresa de cerca, me di cuenta de que su filosofía y forma de trabajo me gustaba mucho. Directamente, fui a la encargada de recursos humanos y les dije que quería trabajar ahí.
¿Qué has estudiado? ¿Cuál es tu preparación?
Estudié Ingeniería de Telecomunicaciones, tanto Grado como Máster en la Universidad de Alicante. Pocas titulaciones hay con más expansión y salidas directas. En las telecomunicaciones hay mucho reclamo e, incluso antes de acabar la carrera, se llega a encontrar trabajo. Me da pena pensar en ello puesto que las facultades se están vaciando, pero los puestos de trabajo siguen creciendo. Desde aquí invito a todos los chicos y chicas interesados en la carrera a contactar conmigo si tienen dudas o alguna inquietud. Me encantaría poder ayudarles.
¿Cómo es ser joven y trabajar en una empresa tan grande?
Cuanto menos, extraño. En la universidad estás a resguardo, te sientes protegida. El mundo laboral es muy distinto y hay un abismo de diferencia. La presión de tener que salir a trabajar estando ya estudiando máster es muy grande, no sabes muy bien cómo hacerlo. Por suerte yo soy una chica muy «echada para ‘alante» y no he tenido miedo de irme a Madrid para poder trabajar en lo mío. Creo que a la gente joven ahora nos cuesta menos movernos, nos hemos visto obligados a acostumbrarnos a ello y sabemos que tenemos que desarrollar nuestra capacidad de adaptación.
Ser de Almansa y vivir en Madrid… ¿cómo se vive tal cambio?
Cuando me fui a Madrid hubo momentos en los que llegué a vivir con mucho agobio, el cambio es muy grande. Mis compañeros de trabajo se reían de mí al ver el gran respeto que tenía a los semáforos en rojo [ríe]. Pasé la cuarentena sola en mi piso en la capital y a partir de ahí cambié el chip y pensé: «¿Por qué tengo que vivir agobiada?». Me mudé a un barrio más apartado, con zonas verdes, menos tráfico y acabé mucho más cómoda.
Y ser mujer en un sector como este, ¿es complicado desde el inicio?
Sí que lo es. Te tienes que motivar tu misma. En la carrera, en los primeros cursos, es curioso: la mayoría de tus maestros son profesores, la mayoría de tus compañeros de clases también son chavales. Aunque nunca me sintiera fuera de lugar ni tuviera ningún tipo de problema por ser mujer, en ciertos momentos te das cuenta de que faltan referentes femeninos. En resumen, no me siento menos por ser mujer, pero es verdad que hace falta que haya más mujeres como modelos a seguir en el campo de la tecnología y las telecomunicaciones.
¿Qué le dirías a una niña que quiere estudiar telecomunicaciones?
R: Que siga adelante. Que se vea a sí misma en su profesión o en lo que le guste. Que no deje que nadie le diga que una carrera o trabajo es «de hombres», en el mundo laboral todas las empresas están aprendiendo que la diversidad es necesaria y que las mujeres tenemos mucho que aportar en ello.
¿Cuál es tu último proyecto? Siempre que nos puedas hablar de él…
Ahora mismo, estoy trabajando es un proyecto de Big Data. Hacemos un análisis de datos masivo para saber si ciertas informaciones pueden tener correlación entre unas y otras. Esto todavía no ha terminado y no puedo contar mucho más.
El último proyecto finalizado, del que sí os puedo hablar, consistió en realizar experiencias en realidad virtual para probar la tecnología que había en su propio mercado. Es decir: cómo te posicionas al utilizarla, a partir de qué momento te mareas, qué herramientas hay para optimizar la experiencia, cómo aumentar los fotogramas por segundo… Probamos todos los aparatos, programas y formatos para tener la concepción real del mercado.
Después de realizar toda esa investigación, ¿cuál crees que será el producto de realidad virtual que más triunfe en un futuro?
Triunfará el que consiga una experiencia lo más inmersiva posible. Ahora mismo estoy investigando interfaces avanzadas y creo que, para que la realidad virtual llegué lo más lejos posibles, es necesario que los sensores capten de la forma más fiel posible los movimientos reales del ser humano. Los juegos que implementen esto serán los que más van a dar que hablar. Por otra parte, la realidad virtual no es solo videojuegos, hay investigaciones que van a implementar realidad aumentada para preparar a doctores, médicos y cirujanos en trabajo de campo, algo increíble que puede asegurar una mejor preparación.
Las Fiestas de Mayo no se podrán disfrutar nunca de manera virtual, ¿no? [Risas]
No, no, no… [Ríe]. Nunca nadie que pueda vivir una experiencia real querrá hacerlo de forma virtual. Lo bonito es que con estas tecnologías podremos acercar experiencias a aquellas personas que no pueden movilizarse para ello. Por ejemplo, piensa que estás en la otra parte del mundo pero al ponerte unas gafas de realidad virtual te introduces dentro de un desfile, sería genial.
Imagino que del 30 al 6 de mayo del año que viene estarás en Almansa…
Por supuesto, pediré días libres y vendré a disfrutar de las fiestas. Diría a todos los festeros y festeras que debemos hacer las cosas bien durante el resto del año para que así el próximo 30 de abril de 2020 empiecen sí o sí. Duele mucho esperar otro año más, pero si somos responsables, volveremos.
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