Un Punto Limpio para cambiar las cosas. Esta es la última iniciativa medioambiental que lanza el equipo directivo del CEIP José Lloret Talens de Almansa. ¿El objetivo? Que los alumnos y alumnas (desde los 3 hasta los 12 años de edad) interioricen los beneficios que comporta realizar un acto tan sencillo como saludable para el Planeta: reciclar nuestros residuos. Pero, además, este proyecto adereza el gesto con una guinda solidaria.
El nuevo Punto Limpio se encuentra situado a la entrada del colegio y cuenta con al menos siete contenedores en los que los menores podrán depositar distintos elementos que hayan agotado su vida útil. Por ejemplo, hay uno específico para depositar tapones, que forma parte del proyecto «Tapones para una nueva vida», la iniciativa estrella de la Fundación SEUR, que consiste en recoger tapones de plástico con el fin de facilitar el acceso a tratamientos médicos u ortopédicos no cubiertos por la Seguridad Social para niños y niñas con enfermedades graves.
«Cada mes, la fundación ayuda a un niño o niña con una enfermedad diferente», explica Elena Gosálvez, tutora en el José Lloret. La buena noticia es que «ya tenemos los suficientes tapones como para hacer el primer envío», afirma. Pero este es solo uno de los varios proyectos con los que colaboran. «Los niños están especialmente entusiasmados con el contenedor de reciclaje de teléfonos móviles», cuenta Gosálvez. Y es que, cuando consigan alcanzar la cifra 30 dispositivos, podrán adoptar de manera simbólica un chimpancé.
Esta es la recompensa que otorga la iniciativa «Movilízate por la selva» del Instituto Jane Goodall, la primatóloga más reconocida de todos los tiempos. La campaña consiste en donar móviles viejos para reutilizar sus elementos y reducir la demanda de minerales como el coltán. Para extraerlo, las minas ilegales utilizan mano de obra de obra infantil o semiesclavizada, además de destruir el hábitat de especies como el gorila o el chimpancé. Con lo recaudado en el José Lloret, los alumnos y alumnas podrán «apadrinar» a un chimpancé rescatado. «Aún no sabemos si podremos bautizarle o no, pero los niños están ilusionadísimos con ello», relata la tutora.
Pero eso no es todo. El nuevo Punto Limpio del José Lloret también cuenta con un contenedor para gafas usadas. Forma parte del proyecto «Un euro por tus gafas viejas», un clásico que la campaña que desarrolla General Óptica, entidad que dona un euro a Medicus Mundi por cada montura recibida. La meta es mejorar la calidad de vida de las poblaciones rurales y solucionar los problemas de visión de quienes no pueden permitirse el coste de unas gafas.
Otro de los contenedores del José Lloret está dedicado a reciclar material escolar que ya no sirva. Desde bolígrafos y rotuladores hasta líquidos correctores. Las entidades de reciclar estos elementos son BIC, la marca de papelería, y TerraCycle, dedicada al tratamiento de residuos difíciles de reciclar.
El Punto Limpio también cuenta con otra caja de cartón para reciclar pilas gastadas, con el objetivo de que el alumnado aprenda que no deben tirarse a la basura, pues son residuos tóxicos. En este caso, será el Ayuntamiento el encargado de reciclarlos. Por último, el Punto Limpio del José Lloret también presenta dos contenedores con los que estamos mucho más familiarizados: el amarillo y el azul, en cuya colocación ha participado Ecoembes.
Gosálvez explica que la iniciativa del nuevo Punto Limpio comenzó a implantarse el pasado septiembre y arrancó, a la práctica, en octubre. Primero se mantuvo «una reunión en el aula y cada tutor le explicó el proyecto al alumnado y a las familias, porque su participación es súper importante. La verdad es que el nivel de implicación de las familias siempre ha sido enorme», agradece la tutora.
Recreos sin residuos
El Punto Limpio se instala a raíz de otro programa del José Lloret: «Recreos Residuos Cero», con el que se fomenta que los niños y niñas «traigan almuerzos evitando el uso de plástico, papel albal, utilizando botellas reutilizables para los zumos, etcétera», detalla Gosálvez. «La verdad es que esta iniciativa ha funcionado súper bien, porque la mezclamos con el programa “Desayunos Saludables” y llevamos un registro en cada aula de cómo traen los pequeños sus almuerzos, si son saludables y si los llevan sin residuos».
Cada mes proclaman ganadora a una clase. «Tienen varias opciones de premios a elegir: un taller en el bosque (una zona del patio adecuada con plantas), hacer un salida al parque… es una recompensa a nivel de clase, y la verdad es que se motivan bastante. Les escucho decir “¡yo hoy no llevo residuos! ¡Ay, pues hoy mi madre sí me ha puesto!”», relata la profesora.
Todas estas iniciativas comenzaron a realizarse en el colegio a raíz de su adscripción a Teachers For Future (Profes por el futuro). Se trata de un colectivo de docentes preocupados por la emergencia climática. Esta organización propone a los centros educativos llevar a cabo acciones concretas para desarrollar la Educación Ambiental y favorecer el contacto con la naturaleza de los escolares. «Cuanto más pequeño empieces a trabajar estos valores de cuidar el medio ambiente, mejor. Creemos que es importantísimo explicarles qué es el cambio climático y qué pueden hacer para combatirlo», declara Gosálvez. Al final, ellos y ellas serán la ciudadanía del futuro.