Amparo Chacón Pérez, ha sido reconocida por su labor como destacada hostelera en el tradicional Acto Homenaje a 8 Mujeres de Almansa realizado por la asociación local Mujeres en Igualdad en lo que ha sido su XIX Edición. Presentada por Tania Andicoberry y dirigida por Margarita Sánchez, en el Teatro Regio de Almansa, recinto que presentó una imagen de lleno en patio de butacas. Un año más, la emoción tomó los corazones de los presentes para honrar la trayectoria de mujeres ejemplares para toda la ciudad en diferente ámbitos.
Amparo Chacón: valentía, coraje y voluntad sin límites, el alma del Albéniz
Amparo nació en 1965 en Las Gorgollitas, un pequeño pueblo de la provincia de Jaén, donde su infancia transcurrió en el campo. Su padre era agricultor y ganadero, un duro oficio que marcó su crianza. A la temprana edad de 18 años, en 1983, decidió cambiar de residencia y se trasladó a vivir a Almansa, buscando nuevas oportunidades y un cambio de vida.
Fue en ese año cuando comenzó su contacto con la hostelería al trabajar como ayudante de cocina en la Piscina Castillo. Este trabajo marcó el inicio de una carrera en el mundo de la restauración que la acompañaría durante toda su vida. Además, fue en ese contexto laboral donde conoció a su futuro esposo, quien dirigía la Piscina Castillo, y comenzó a forjar un vínculo tanto personal como laboral con él y su familia.
En 1986, contrajo matrimonio, dando inicio a un proyecto de vida en común. Al año siguiente, en 1987, su marido y su cuñado adquirieron un disco pub llamado OKAL, donde Amparo trabajaba y colaboraba con entusiasmo durante nueve años.
El año 1996 marcó un cambio significativo en la vida de Amparo cuando ella y su familia se embarcaron en la gestión del Bar Albéniz, un negocio familiar en el que pusieron toda su determinación y esfuerzo. A lo largo de los años, Amparo demostró su profesionalidad y dedicación en la hostelería, enfrentando los desafíos propios del sector con fortaleza y compromiso.
En 2002, Amparo recibió una sorpresa extraordinaria al convertirse en madre de trillizos, lo que supuso un nuevo desafío al conciliar su vida laboral con la maternidad. A pesar de las dificultades, su fortaleza y voluntad la impulsaron a seguir adelante, aunque a veces lamentaba haber descuidado momentos importantes en la vida de sus hijos debido a sus responsabilidades laborales.
A lo largo de 28 años, Amparo ha sido una figura clave en el Bar Albéniz, trabajando con profesionalidad y cariño junto con su familia. Aunque rara vez esté en primera fila, siempre ha estado al pie del cañón, detrás de la barra, colaborando en la gestión del negocio. Hoy, desde la asociación, se le rinde homenaje y reconocimiento por su dedicación a la hostelería.
Este año, su marido se jubila, y aunque a ella aun le queden unos añitos más, Amparo ya tiene un poco más de tiempo libre para disfrutar de actividades como clases de zumba y, especialmente, clases de baile flamenco, las cuales espera con ilusión cada semana. Sin duda, Amparo merece disfrutar de la vida y recibir este merecido reconocimiento con todo el cariño de la comunidad.
