21/11/2024

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Entrevista a Muñoz, “La Bestia de Almansa”: «Se ha demonizado la hostelería y la cultura»

La Tinta de Almansa entrevista a uno de los mejores baterías del país, un vecino conocido de la ciudad que tiene muchas anécdotas que contar y muchas opiniones que mostrar
Jose Antonio Muñoz García

Se define como «un tío grande alegre», vecino de Almansa y no se considera una bestia, aunque muchos lo conozcan como tal. Es de ese tipo de personas que se echan la vida a la espalda; que luchan contra viento y marea por conseguir su felicidad. Regenta por casi 25 años uno de los locales más famosos de la ciudad: La cabaña del tío rock. Es músico, productor y uno de los mejores baterías del país. Hoy conocemos a José Antonio Muñoz, «La Bestia de Almansa».

Pregunta: ¿Quién es «La Bestia de Almansa»?

Respuesta: «La Bestia de Almansa» es un mote que le pusieron a un integrante de Los Rollers… Todo sucedió una noche tras un concierto apoteósico de RockAndRoll de esos que te dejan molido y con el que acabamos la gira. Se me ocurrió hacer un «zapatiesto» al estilo The Who. En un arrebato de nostalgia y pasión destrocé la batería y la tiré «a tomar vientos».

Esa gira fue un momento importante de mi vida, ya que compartí banda, carretera y escenario con Prisco a la guitarra, Carlos Raya, Carlos Tarque, con el Boli de Fito y Fitipaldis, Josu R. García… Hicimos una gira increíble durante 5 años, con más de 20 bolos anuales. Fue al final de esta etapa, en un garito murciano, donde terminábamos esa gira, cuando me dio una llantina de no saber si sentía rabia o tristeza y reventé la batería al acabar el concierto. Tarque, que todavía tenía el micro en la mano, gritó al público: «Esa es la Bestia de Almansa». Y ahí quedé bautizado.

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P: Cuéntanos tu faceta como vecino de Almansa. ¿Quién es Muñoz?

R: Me encanta que digas eso, porque por encima de todo me considero un amante de mi tierra. Soy un vecino más de Almansa… Lo cual es bueno y malo a la vez, ya que yo quiero conocer y caer bien a todo el mundo, pero hay veces que te salen enemigos gratuitos sin buscarlos y es algo que no le gusta a nadie. Me podrías llamar «bienqueda» no me molestaría en absoluto.

También influye mucho en mi personalidad la herencia y legado que dejó mi abuelo. Él era Muñoz «el míster», una persona muy querida por todo el mundo. De la misma forma puedo decir que mi padre, con su ejemplo al formar la primera AMPA de Almansa, ha hecho de mí lo que soy en día. Esta es la saga de los Muñoz, para los que nos quieran y para los que les duela.

P: ¿Cuándo piensas que has sido realmente feliz?

R: «Cualquier tiempo pasado fue mejor», dicen. Yo no pienso así. Suena a tópico, pero soy una persona muy feliz. Creo que la vida me ha tratado bien, soy un afortunado. Si lo pongo todo en la balanza, siempre se vuelca a mi favor. Si pienso que algo me va a hacer feliz, me tiro a por ello aunque esté contra viento y marea.

La más importante de mi vida es que tengo la familia más maravillosa del mundo [Se le dibuja una sonrisa de oreja a oreja]. Tendremos nuestras cosas buenas y cosas malas pero es una familia maravillosa, muy grande, enorme, siempre tenemos buen rollo. Con esta familia, el camino es de baldosas. Sentir que no vas a caer, que hay gente ahí atenta para recogerte, cuidarte y apoyarte es la mejor sensación que se puede sentir.

Muñoz bestia de almansa
«Mi familia es la mejor del mundo y me da igual que alguien se sienta ofendido o le dé envidia»
P: ¿La pandemia ha afectado a ese Muñoz feliz?

R: Ya hemos llegado al «ineludible COVID», el cabrón está presente en todas las conversaciones del mundo. Está etapa está siendo muy dura y triste, sobre todo por todas las personas que han muerto. A mí, personalmente, el confinamiento me ha servido para reconectar con mi familia como nunca antes. Se me pone la piel «de gallina» solo de pensarlo.

Tenemos un vínculo muy fuerte, pero tras 18 años de educación, en pleno apogeo de trabajo y estudios, a veces nos costaba poder compartir tiempo juntos, más que nada por mi faceta de currante de fin de semana, siempre en la carretera. Ahora, de repente, nos hemos vuelto a meter todos en casa y «hemos vuelto a conocernos».

P: Acabas de grabar un nuevo disco, cuéntanos algo sobre él.

R: Estoy súper emocionado. Hemos creado un disco de arriba a abajo, composición, ensayos, grabación y producción. Todo lo hemos hecho nosotros, y es una de las mejores sensaciones que he experimentado. Miguel Ángel Aliaga y Carlos Mansa han sido mis compañeros en todo este proceso. Me encanta lo que hemos grabado.

P: ¿Cuándo fue la primera vez que subiste a un escenario?

R: Me cuesta muchísimo recordarlo. Lo máximo que puedo echar la vista atrás fue en mi etapa de estudiante, participé en varias audiciones tocando la armónica. Tenía 6 o 7 años. Seguramente mi primera vez fue en el Colegio Episcopal, interpretando El Sitio de Zaragoza… ¡Total na’!

Con seis años empecé a tocar el tambor y con ocho entré al conservatorio. Desde entonces, el periodo más largo que he estado sin subirme a un escenario ha sido este con el parón del COVID.

P: Al hilo de lo que comentas: ¿cómo te has reinventado en esta dura época?

R: No he dejado de tocar ni un día. He grabado baterías para grupos valencianos, estoy produciendo y dándole vueltas a los proyectos musicales que tengo en mente. ¿Remuneración? Muy poca, poquísima, pero no puedo estar parado.

Además he comenzado a dar clases de batería después de mucho tiempo.

Clases de Batería en Almansa
Clases de Batería de Muñoz
P: ¿La cultura es segura?

R: Por supuesto. Algunos organizadores y grupos han conseguido realizar eventos con todas las medidas de seguridad y han salido bien. Los organizadores jugándose el pescuezo y los grupos accediendo a tocar más sesiones de las que les pagan para poder dividir al público en diferentes pases.

Espero que las autoridades no sean cobardes. Por ejemplo, desde el Ayuntamiento y las diferentes asociaciones culturales de Almansa se ha apostado por la cultura segura y se ha podido comprobar que se puede llevar a cabo. Me da igual del color que sean los que mandan en las ciudades a las que acudimos a ofrecer cultura, lo que me importa es que han sido valientes y han apostado por realizar eventos de forma segura.

No podemos vivir sin cultura. En esta etapa de COVID se ha demostrado que es ella la que nos saca del atolladero. ¿Qué hemos comido? Series ¿Qué hemos cenado? Libros. ¿Qué hemos almorzado? Películas y conciertos… Hemos consumido cultura todos los días y a todas horas.

P: La hostelería lo está pasando mal…

R: Lo peor no es la situación económica, que también. Lo realmente horrible es que nos han demonizado. Parece que la hostelería es el origen de todos los males. Cuando en realidad es el lugar más seguro para relacionarse socialmente. Un restaurante o bar pone medidas de seguridad de todo tipo, tiene a profesionales atentos para que se cumplan las normas y genera trabajo para que crezca la economía. Si suspendemos la actividad ¿qué pasa? Que se generan todo tipo de fiestas clandestinas. Es ahí, en los encuentros privados, donde no se respetan las medidas. No digo que no se exija seguridad a la hostelería, lo que pido es que se persigan las fiestas clandestinas, porque si no se hace, se demoniza al trabajador y se hunde a todo un sector.

P: Muchas gracias por abrirte de esta manera para La Tinta de Almansa, Muñoz. Ha sido un placer.

R: Gracias a ti, Víctor. Me encantan las iniciativas de este tipo. Estáis haciendo una labor genial porque le dais voz a todo tipo de personas y opiniones. Esté de acuerdo o no, me encanta que la gente exprese su opinión. Yo sé, porque os leo mucho, que La Tinta de Almansa plasma lo que el entrevistado dice, os duela o no, os joda o no, vaya contra vuestros intereses o vaya a vuestro favor. Eso es periodismo.

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