Si no sabes qué es La Laguna del Saladar, Antonio Guillén, graduado en Biología, tiene las respuestas. Todos los datos que conocerás a continuación fueron ofrecidos por el joven investigador durante una charla en enero promocionada por la asociación cultural Torre Grande, entidad que defiende la protección, conservación y divulgación del patrimonio cultural de Almansa. Gracias a la intervención de Guillén y su constante trabajo de promoción de la Laguna podemos saber más sobre su pasado, y difundir tanto su valor presente como los potenciales que ofrece el futuro del ecosistema más diverso del término municipal. | Foto principal de Paulino Ruano Díaz, el mejor fotógrafo de la Laguna del Saladar.
Y es que no muchos saben que la Laguna del Saladar es un vergel de especies que alcanza cifras de avistamientos altísimas, todo ello a lo largo de una historia de resistencia a múltiples ataques para hacerla desaparecer. Tanto para aves como para reptiles, este es un paraíso para seres vivos que incluso llevan en la tierra más de 300 millones de años. Acompáñanos para descubrir 5 curiosidades de la famosa Laguna del Saladar.
1. Se intentó hacer desaparecer la Laguna del Saladar
En el pasado, la presencia de aguas estancadas cercanas a los núcleos poblacionales provocaba situaciones de insalubridad y el contagio o desarrollo de enfermedades tercias (como el paludismo) o a causa de picaduras de mosquitos. Entre el año 1802 y 1803, Almansa pasó por una temporada de lluvias abundantes, llenando las lagunas, factor que afectó también a la salud de los ciudadanos del municipio. «Tres de cada cuatro almanseños cayeron enfermos o acaban muriendo durante esa etapa, un cuatro o cinco por ciento aproximadamente», cuenta Guillén. De esta manera, se comenzaron diversos proyectos para drenar estos estanques. En 1802, a partir de ciertas prácticas como el drenaje y las zanjas provocaron la desaparición de las lagunas existentes en Almansa.
Gracias al archivo municipal, en un acta del Cabildo, podemos conocer que en 1807 se pidió el reconocimiento público al alcalde Don Domingo Francisco Fernández por haber desecado la Laguna del Saladar mediante lo que fue la construcción del primer tramo de la zanja que hoy conocemos. Este mismo hombre trabajó para desecar también la Laguna de San Benito, todo ello con la ayuda de arquitectos valencianos que diseñaron todo un sistema de infraestructuras hidráulicas en Almansa.
2. Gran diversidad de especies
La presencia de agua en estos emplazamientos es el incentivo perfecto para la proliferación de fauna y flora. Un dato impactante sobre la Laguna del Saladar concretamente, de la presencia de aves: «En España existen 625 especies según la Sociedad Española de Ornitología, de las cuales 341 se encuentran en Albacete y en el Saladar se confirman 107 especies de aves activas».
De entre las aves más comunes destacan dos: la cigüeñuela y la avoceta. La Laguna del Saladar se sitúa como el punto de mayor reproducción de la cigüeñuela en la provincia de Albacete y el segundo de Castilla-La Mancha, compitiendo con La Mancha Húmeda y Alcázar de San Juan (Ciudad Real). En el caso de la Avoceta, el Saladar es uno de los mejores puntos de reproducción de la especie de la región y la provincia de Albacete.
3. Fauna con 300 millones de años de edad
La Laguna del Saladar, no solo cuenta con aves, sino también con anfibios y pequeños moluscos. La gran lluvia que cayó sobre Almansa en 2021 ayudó a la laguna a volver a formarse, lo que se tradujo en la atracción de otro tipo de fauna al humedal. Cuando Guillén y un compañero visitaron el Saladar en esta etapa, se encontraron con «más de 20 anfibios en la carretera», además de calcular la existencia de unas cuatro especies habitantes del ecosistema. Según informa el investigador: «Existen 40 especies de anfibios en España, una de cada 10 cría en el Saladar».
Como vemos, en la Laguna del Saladar convive una gran diversidad de fauna y flora, no solo grandes y medianos seres vivos, también se suman los más pequeños. Son alrededor de 300 millones de años los que acumula el pequeño molusco triops cancriformis, «animal que lleva esos 300 millones de años sin cambiar». Y que con suerte podemos ver en Almansa como en la siguiente imagen de Paulino Ruano Díaz, donde una garceta grande está comiendo a este prehistórico ser.
4. Ecosistema de origen y mantenimiento natural
La Laguna del Saladar es un ecosistema histórico no artificial, es decir, sin intervención humana. No se inunda por artificialidad, sino por grandes avenidas de agua, por lo que se considera un ecosistema natural. En las ocasiones en las que el suelo está húmedo, podemos ver la Laguna de forma más continuada, generando así esta biodiversidad abundante de la que disfrutamos desde hace años.
Pero al igual que las Ramblas y otros complejos lagunares, las sequías o temporadas con menor cantidad de lluvias, provocan la desaparición temporal del Saladar. Esto no quiere decir que no vuelvan a surgir, todo lo contrario. En una tierra donde no tenemos ríos y arroyos a la vista, nuestro valor hidrográfico reside en este tipo de edificaciones naturales. A pesar de no ver corrientes de agua, una simple tormenta basta para resucitar lagunas más «tímidas» como la del Hondo o ramblas más violentas como Las Hoyuelas.
5. Resistencia y valor de La Laguna del Saladar
A pesar de todo, la resistencia del Saladar a todos esos cambios es innegable. Desde hace siglos se intentó secarla, luego se levantó una carretera nacional a su vera y más tarde incluso se planteó construir una macro planta de biogás a escasos metros… A todo ello y mucho más, La Laguna del Saladar ha resistido y resistirá. «Existe la esperanza de que se mantenga en el tiempo, ya que consta de 107 especies de aves y cuatro de anfibios, más muchas otras aún sin documentar». Como dice Guillén: «Se puede llegar a la conclusión de que tiene un mañana, más comprobando otros casos de éxito al lo largo y ancho del país como son Salburúa en Vitoria, o las Lagunas de Campotejar en Molina del Segura entre muchísimos otros».
A pesar de que desde el siglo XIX se ha perdido casi el 90% de los humedales en Castilla-La Mancha, la inversión y las patentes europeas para la mejora de los ecosistemas, humedales, la protección y mejora de las aguas, puede llegar a incentivar una notable mejora. Por otro lado, los cambios en la educación y consciencia del entorno que nos rodea y el urbanismo puede desembocar en un progreso en la relación y el acercamiento con la naturaleza. Un paso valiente de neustra administración y de la Conferencia Hidrográfica del Júcar sería derivar las aguas depuradas de la EDAR Almansa a la Laguna del Saladar, afianzando así su valor natural y su atractivo turístico. Existen experiencias muy exitosas en las que se combina agricultura con respeto a la biodiversidad. Pero para esto, los que tienen que tomar las decisiones son otros.
Si te ha gustado este tema, puedes aprender mucho más viendo la charla íntegra de Guillén a continuación gracias a La Tinta de Almansa.