La directiva de la Agrupación de Comparsas de Almansa trabaja en una reforma del protocolo festero ante el creciente cansancio y saturación que sufren cargos y participantes. Así lo explicó su presidente, Paco Millán, en una entrevista concedida a La Tinta de Almansa, en la que avanza que la intención es «parar, reflexionar y poner coherencia en los actos». Foto de archivo
Tras recibir un «mensaje claro» de la Asamblea de Socios en 2024, la Junta Directiva ha iniciado un proceso interno para revisar cargas, obligaciones y duración de los mandatos, con el objetivo de garantizar la continuidad de los cargos y reforzar la implicación con las fiestas.
Un calendario interminable que ahuyenta cargos
Millán reconoce que cada año resulta más complicado encontrar abanderadas y embajadores. «No es un problema de dinero, porque tanto las comparsas como la agrupación dan facilidades. El problema es el compromiso, porque tenemos el cartel de que hay 30 o 40 fines de semana, de las 52 semanas que tiene el año, en los que estás liado y te sientes esclavo de las fiestas», reconoce.
Esa percepción, asegura, genera miedo entre quienes podrían asumir cargos, y provoca que algunas comparsas terminen «mendigando» festeros de fuera, sin vínculo real con la agrupación.
«Estrés festero»
El presidente habla abiertamente de un escenario de saturación, no solo en el ámbito festero, sino también en actos sociales, culturales, religiosos y sociosanitarios.
Este desgaste, puntualiza, no solo afecta al cargo, sino también a su entorno. Millán pone como ejemplo noches en las que las obligaciones y los actos apenas permiten descansar cuatro horas, y asegura que esta situación no puede mantenerse, porque las fiestas dejan de ser atractivas desde dentro.
La propuesta en la que se trabaja pasa por distinguir entre actos obligatorios y actos voluntarios. La intención es «reducir de manera drástica» compromisos durante el año y establecer un techo de participación.
Los cambios se aplicarían tanto en Fiestas Mayores como en el calendario posterior, donde se concentran presentaciones, convivencias y actos de otros colectivos.
Papel del embajador y duración del mandato
Otro de los frentes abiertos es la regulación y elaboración de un estatuto especial para los embajadores, que hasta ahora no estaba recogido por escrito. «Nunca se ha exigido lo mismo a un embajador que a otro cargo. Hay que dejarlo reflejado para que no dependa de la palabra de una directiva».
La agrupación también debate si el mandato actual de la Asamblea de la Agrupación de Comparsas—de cuatro años— debería modificarse para evitar el desgaste tanto en los cargos como en el propio público, y así no cansar ni a quienes ostentan el puesto ni a los espectadores y espectadoras.
Para este rediseño, la directiva ha creado un equipo con representantes de todas las comparsas para «pulir el protocolo, estar más relajados y no perder calidad en la fiesta».
La previsión es que las nuevas reglas estén definidas antes de enero, coincidiendo con el inicio del nuevo ciclo festero.
Objetivo: recuperar la esencia
El presidente de la Agrupación de Comparsas estima que hay dinámicas que deben cambiar y que parte de la identidad festera se diluye cuando personas externas ocupan cargos sin una implicación real. «Hay personas que no conocen cómo funciona una comparsa ni la agrupación, y que no tienen compromiso ninguno. Si tampoco haces unión con tu grupo de protocolo, se pierde la esencia».
Pese a la firmeza de su discurso, el presidente insiste en que, cuando se vive desde dentro, la experiencia es única, hace que se vea de otra manera y genera una dinámica que impulsa a participar en los actos.
La próxima gran cita para la Agrupación de Comparsas, después de Ecuador Festero, será la presentación de cargos a los medios, prevista dentro de tres meses, donde cabe la posibilidad de que se estrene este nuevo modelo.






