La caza en Almansa: realidad frente al prejuicio

Mientras aquí nos acusan de "barbarie", en Aragón y Cataluña las administraciones ya pagan a los cazadores para frenar el desastre ecológico
cazadores castilla la mancha

CARTA A LA DIRECCIÓN | Leo con preocupación la carta publicada recientemente sobre la montería en el Cabezo del Moro. Como hijo y hermano de cazadores, me veo obligado a responder ante el uso de términos incendiarios como «asesinato», «barbarie» o «masacre» para referirse a una actividad legal y necesaria.

El animalismo de salón suele ignorar la realidad del campo, pero los datos son tozudos. ¿Quieren saber qué pasa cuando se obstaculiza la labor de los cazadores? Solo hay que mirar lo que está ocurriendo ahora mismo en Cataluña y Aragón. En estas comunidades, tras años de presiones y trabas a la actividad cinegética, la población de jabalíes se ha disparado hasta convertirse en una plaga incontrolable que provoca miles de accidentes de tráfico, destroza cultivos y amenaza con propagar la Peste Porcina Africana.

La situación es tan grave que las administraciones han tenido que rectificar de urgencia. Lo que antes prohibían, ahora lo suplican: el Gobierno de Aragón y la Generalitat han declarado la emergencia cinegética y están pagando con dinero público (llegando a ofrecer hasta 50 euros por animal en ciertos casos) para que los cazadores abatan jabalíes. Se han dado cuenta tarde de que, sin cazadores, el equilibrio ecológico se rompe y los problemas se multiplican.

En Almansa tenemos la suerte de contar con sociedades de cazadores, como la UCA, que realizan esta labor de gestión y control pagando por ella, no cobrando. Mantienen los montes, vigilan el entorno y controlan las poblaciones de ciervos y jabalíes para que no ocurra lo mismo que en el norte.

Llamar a los perros «sedientos de sangre» o a los cazadores «exterminadores» es un discurso que queda muy bien en el papel, pero que choca frontalmente con la realidad biológica. Los cazadores somos los primeros interesados en que haya caza mañana, por lo que buscamos la sostenibilidad, no el exterminio.

Por favor, dejemos la demagogia a un lado. La caza no es el problema; es la única herramienta eficaz que tenemos para evitar que nuestros montes y carreteras se conviertan en el escenario de una plaga ingobernable, como ya sufren nuestros vecinos.

Atentamente, Un vecino realista.

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