El consumo nocivo de alcohol mata a más de 3 millones de personas al año en el mundo y provoca una de cada veinte muertes, según la OMS. Alcohólicos Rehabilitados de Almansa (AARAL) es, por tanto, una asociación muy necesaria para la salud de la sociedad almanseña. La organización sin ánimo de lucro ha conseguido hasta hoy que más de 300 personas dejen de consumir basando su trabajo en la concienciación y terapia de auto-ayuda.
Su labor con enfermos por el alcohol y politoxicómanos devuelve a las personas a «su verdadera identidad» y les ayuda a vivir una vida plena alejada de la cárcel de la adicción. Hoy, con motivo del Día Internacional del Voluntariado, hablamos con su presidente, Ventura Rico, ex-alcohólico, padre y abuelo.
Todos sus allegados hablan de él como la mejor persona que pudo hacerse cargo de la lucha contra el alcoholismo en Almansa. Decidió hacerse voluntario hace 30 años y afirma que gracias a la asociación volvió a ser «él mismo».
Pregunta: ¿Qué trabajo se realiza en AARAL?
Respuesta: La actividad de ayuda principal de AARAL es la terapia semanal de los martes. El objetivo es mantener sanas a todas las personas que estamos rehabilitadas. Trabajamos y nos coordinamos con la Unidad de Conductas Adictivas e intentamos por todos los medios acoger de la mejor forma posible a los nuevos enfermos que acuden a la asociación. Otros años hemos realizado todo tipo de actividades. Pero la Covid nos ha limitado mucho nuestro margen de maniobra. En cuanto pasemos a Nivel 2 intentaremos retomar las sesiones conjuntas presenciales y poder reunirnos.
P: Ventura, eres todo un veterano en la ayuda a los enfermos por alcoholismo. ¿Cómo valorarías estos 30 años de trabajo? ¿Ha sido sacrificado?
R: No, para mí nunca ha sido un sacrificio. Para mí es todo un orgullo estar en AARAL. Y es que fueron ellos los que me ayudaron a mí primero. Con su ayuda conseguí salir del mundo del alcoholismo. Después de esto, fui yo quien intentó, hasta el día de hoy, ayudar a la gente para poder escapar. Mi trabajo es tender la mano a todos aquellos que lo necesiten para apoyar su salida del alcohol.
P: ¿Cómo se beneficia un voluntario de AARAL mediante su propio trabajo?
R: Cuando ayudo a un enfermo me convenzo a mí mismo de que tengo un problema y me reafirmo en que estoy cada vez mejor lejos del alcohol. Soy el segundo más viejo de la asociación y este aspecto es el que más claro tengo. El más viejo viene desde Alpera y siempre dice lo mismo: «Aunque haga 40 kilómetros para venir a AARAL, no soy tonto, siempre me llevo algo que me ayuda a ser mejor». Es la principal función de estos grupos de autoayuda: nos apoyamos entre todos para coger fuerza.
P: El trabajo de un voluntario de AARAL es fundamental ya que son los que han caminado con los mismos zapatos que los usuarios…
R: Así es, el usuario sabe que nosotros hemos dado los mismos pasos que ellos y hemos sufrido las mismas consecuencias físicas y psicológicas. Por eso es importante el papel del voluntario. De todas formas, no hay que olvidar el trabajo de nuestro equipo. Tenemos a Rosa, nuestra psicóloga, un encanto de mujer y una enorme profesional. Ella empezó desde el principio con nosotros. Tenemos claro que todos somos igual de importantes, desde los voluntarios hasta los usuarios.
P: ¿Es importante que las familias acompañen en el proceso de desintoxicación al enfermo?
R: Es fundamental. Siempre digo que cuando una persona de la familia es politoxicómana, enferman todos los miembros de la misma. Hasta el gato lo nota. Por ejemplo, yo cuando era alcohólico percibía que mi mujer estaba igual de mal o peor que yo. Incluso mi hija mayor, con solo cinco años, aún se acuerda de algún episodio de aquellos días.
P: ¿Es cierto que cuando te libras del alcohol tu vida cambia?
R: En el momento en el que me libré del alcohol fui Ventura. Quiero decir que vuelves a ser tú mismo. Antes, cuando estaba enfermo, era Ventura y una botella, Ventura y un cubata, Ventura y un vaso de coñac… Una vez que dejé de consumir, y me costó muchísimo, volví a ser lo que era, una persona. Tras 30 años en la asociación aún me sigo emocionando aquí al recordar los problemas que superé (señalando su corazón).
P: ¿Se es voluntario 24 horas?
R: Sí y no. Hay compañeros que pueden acudir en cualquier momento y otros que no, por temas laborales. En mi caso sí que lo soy, cualquiera me puede llamar en cualquier momento. Siempre ayudaré a quien lo necesite. Una vez me encontraba en Alemania, en la boda de mi hija, y recibí una llamada pidiendo ayuda. Estando allí pensé: «¿Cómo voy a ayudar si estoy en la otra punta del mundo?». Aun estando lejos, conseguí coordinar a otros voluntarios para resolver el problema que tenía una pareja. A día de hoy, siguen en la asociación.
P: ¿Cuándo has sido realmente feliz siendo voluntario de AARAL?
R: Han habido momentos muy malos. Sobre todo, hubo una época, hace no mucho, en la que parecía que íbamos a desaparecer y lo pasé realmente mal. Finalmente, por fortuna o por desgracia, empezaron a llegar muchos usuarios y pudimos seguir adelante. Ver como podíamos seguir ayudando a la gente me hizo realmente feliz, sentí una satisfacción grandísima. Además, esta etapa coincidió con la llegada del anterior concejal de Servicios Sociales, José Antonio Gil. Fue durante su estancia en la concejalía cuando Ventura vivió su mejor momento en AARAL, tanto como presidente, como enfermo de alcoholismo. Fueron 4 años que realmente me marcaron. Empatizamos mucho y me une una gran amistad con él.
P: ¿Cómo se puede ayudar a AARAL en su labor?
R: Para nosotros es muy importante que haya voluntarios, siempre son bienvenidos. Nuestros trabajo se basa en su labor; los necesitamos. Yo, por ejemplo, soy presidente, pero, cuando entro a las reuniones, me quitó mi chaqueta de presidente y me convierto en un enfermo alcohólico, en un compañero más. Es muy importante la asistencia de los compañeros. Somos un espejo para las personas que están luchando, un reflejo que dice: «Se puede salir, yo estuve dentro y lo he conseguido». Las puertas están abiertas para realizar colaboraciones, terapias, talleres… Siempre estamos dispuestos a recibir a cualquiera que quiera echarnos una mano.
P: ¿Te gustaría remarcar algo que no te haya preguntado?
R: Sí, me gustaría dejar clara una cosa relacionada con los tiempos de pandemia que vivimos. Es muy importante saber que aunque no nos podamos reunir, estoy disponible para ayudar a quién lo necesite. Cualquier persona que necesite ayuda puede llamar a este número: 616 800 314. Acudiremos a la llamada y echaremos una mano. Lo mismo da que sea enfermo del alcohol, politoxicómano o familiar, ayudamos a todas las personas.
Un comentario
Creo que necesito ayuda