Después de una etapa de tributo, Señor Aliaga vuelve con fuerza, rebeldía y sonido analógico para cautivar a los más indies. La Tinta de Almansa entrevista a uno de los grupos con más repercusión de la ciudad.

Tras una gira por el norte de España, los componentes de Señor Aliaga volvían desde Galicia hasta Almansa. En un tramo del camino, mientras todos dormían, la furgoneta alquilada descarriló y empezó a chocar por los quitamiedos. «Había un precipicio de 20 metros y aunque no nos estampamos, tuvimos un accidente que nos marcó de por vida», comenta Muñoz.

Dios quiso que estuvieran aquí, aunque no sean creyentes. Y ya llevan 6 años en la música. Lo que empezó siendo una banda de versiones sin mayor aspiración, ahora es uno de los grupos indies con más categoría y recorrido de la provincia. Llevan con orgullo sus canas porque reflejan la veteranía de su trabajo. Hoy entrevistamos a Miguel Ángel Aliaga y José Antonio Muñoz, componentes del núcleo duro de Señor Aliaga, con motivo de su nuevo single Habitación 223.

Pregunta: ¡Hola chicos! Vamos a comenzar esta entrevista desde el principio de los tiempos de Señor Aliaga. ¿Cómo comenzó vuestra aventura?

Muñoz: Nuestra trayectoria se resume en una frase: «cuando haces pop ya no hay stop». Nuestro primer concierto fue en Fiestas de Mayo en la carpa. Fue una especie de encargo, nos inventamos.

Aliaga: Vino más gente de la que esperamos, creíamos que venían cinco personas y fueron siete (ríe). Fue una experiencia agradable, el repertorio casi no estaba bien estructurado y había canciones de todo tipo. A partir de ese momento decidimos qué era lo que nos gustaba tocar y se definió el proyecto indie que venimos desarrollando.

P: ¿Como valoráis la situación del indie en la actualidad?

Muñoz: La palabra indie viene de independiente, «yo me lo guiso yo me lo como». Pero ahora se ha convertido en una cultura «mainstream», es decir, que le gusta a mucha gente. Pero no hacemos música para que le guste a la gente, la hacemos porque nos gusta a nosotros. Si compones pensando en vender, tu carrera termina antes de empezar.

Aliaga: Mi evolución se ha visto influenciada mucho por la música de los 80, pienso que el indie es una evolución de todos los tipos de pop-fusión de esa época. Nosotros nos hemos arrimado al rock, porque la cabra tira al monte. Es la prueba de que hacemos lo que de verdad nos gusta.

Lo bueno es que Señor Aliaga comienza a contar su historia, la historia de los tres (Miguel Ángel, Muñoz y Carlos Mansa). Además, ya no estamos en la edad de hacer canciones de amor incondicional. Podríamos hablar de sexo en nuestras canciones, no por experiencia propia, sino como sueños o ilusiones (risas).

P: Habéis pasado de ser un tributo a ser un grupo, ¿cómo lleváis tal cambio?

Muñoz: Siempre tributaré a las bandas y a las canciones que me gustan. Me encanta tocar canciones de otra gente. Hay temas que me hubiera gustado componer mientras que hay otros que los hacemos propios, con nuestro toque personal. Ahora vamos a componer, pero también tocaremos versiones en nuestros bolos, hay que comer. El tributo seguirá existiendo pero no como Señor Aliaga, sino como Súper Beicon.

Aliaga: Cobramos lo mismo que cualquier trabajador por su digna labor. A mí, tocar en una boda, bautizo o fiesta de pueblo y hacer feliz a la gente, me da una tremenda satisfacción. Además nuestro show dura dos horas y media, por lo que disfrutamos un montón. No entro en el debate de «tributo versus grupo», porque pienso que no existe.

Elegid una palabra para definir el nuevo tema de Señor Aliaga: Habitación 223

Aliaga: «Rebelde». Primero, musicalmente nos rebelamos ante la «falta de». Creemos que falta verdad en la música. Nuestro productor no ha limado errores, no ha querido hacerlo, ya que quiere proyectar ese sonido orgánico, natural y no perfecto. Por otra parte, aunque parezcamos los papás de una generación con la que convivimos codo con codo, sabemos las inquietudes de la gente joven y queremos que la juventud sea rebelde, que no sean conformistas y tengan criterio para no dejarse intoxicar.

Muñoz: Mi palabra sería compuesta: anal-lógico. Es decir, hago lo que me sale del culo y quiero tocarlo. Cada sonido, cada golpe, cada nota, está tocada, no está movida y editada desde el estudio. Es una canción hecha por personas y analógica. Incluso los sintetizadores que se escuchan son de los años 70 y artesanales. «Analógicos», así creo que somos y así quiero que sigamos siendo.

Contadnos alguna anécdota que recordéis con cariño.

Aliaga: Una vez nos contrataron, gracias a Jose Antonio Muñoz, para tocar en Tarancón. Era la celebración de una gran empresa a nivel nacional y fuimos como sustitutos de otro grupo. Podríamos decir que les engañamos un poco para ir (sonríe). Llegamos a la sala, superchula, un escenario genial, luces, la gente vestida de blanco porque era una fiesta ibicenca… Teníamos la sensación de que la íbamos a liar parda.

Pero cuando empezamos a ver al público que íbamos a tener, nos dimos cuenta de que la edad media de los asistentes era de 60-65 años. Las expectativas bajaban minuto a minuto. Se me ocurrió la brillante solución de subir al escenario con unas copas de más para sobrepasar el momento y ahora tengo entendido que en el cartel de entrada a Tarancón hay una foto nuestra con un mensaje que prohibe nuestra entrada (más risas).

Muñoz: Curiosamente, ese día ganamos a cuatro adeptos de por vida.

Os propongo un juego. Yo os digo una acción relacionada con el mundo del espectáculo y vosotros me decís si la habéis hecho alguna vez. ¿Le habéis dicho a algún grupo que han tocado genial y os ha encantado su concierto cuando en verdad ha sido horrible y no queríais seguir ahí?

(Se miran el uno al otro y tras asentir con la cabeza contestan al unísono) Sí, jajajajajaja.

Vamos con otra. ¿Alguna vez os han felicitado por un concierto y les habéis contestado que no habíais ensayado apenas cuando en verdad sí lo habíais hecho?

Muñoz: Más bien al revés. Es osado lo que voy a decir. Pero, para mí, las horas de ensayo me parecen una pérdida de tiempo. Puede que sea un «sobrao», pero lo digo porque lo pienso. El trabajo se hace en casa para llegar al ensayo o al concierto y que esté todo preparado. Tengo grupos con los que no pasamos por el local de ensayo. Sin ir más lejos, Señor Aliaga es un grupo que no tiene lugar para ensayar desde hace cuatro años.

Aliaga: Yo recuerdo con más cariño las veces que se nos han acercado y nos han dicho: «Qué buen concierto, ha estado genial». Y nosotros nos hemos mirado mientras pensamos por dentro: «Menuda mierda de bolo acabamos de hacer» (continúan las risas).

Hay una mentira que muchas artistas han dicho: «Yo no aprovecho para ligar cuando voy de concierto». ¿Qué os parece? ¿Lo habéis dicho alguna vez sabiendo que es mentira?

Muñoz: No, eso nunca ha sido así. No soy ligón. Porque tengo miedo al fracaso entre otras cosas y no me arriesgo.

Aliaga: Yo lo intentado todo lo que he podido pero nunca me ha salido bien (se carcajea).

Para acabar, la más típica de todas. Miguel Ángel, ¿has dicho alguna vez «sois el mejor público del mundo» cuando sabías perfectamente que no eran el mejor público del mundo?

Muñoz: Miguel es un tío que no miente. Si no le ha gustado, lo dice y se queda tan a gusto. Yo por ejemplo siempre digo que el público es el mejor del mundo, llámame «bienqueda».

Aliaga: Yo soy de los que opina que el público no siempre tiene la razón. Incluso alguna vez me ha costado enfrentamientos. Me baso sobre todo en el respeto, al que le guste, bien, y al que no, también. Pero siempre con respeto.

Muñoz: Tiene toda la razón. Es más, te digo que si yo tuviera un botón en la mesa de luces que se llamara «cerrar la boca a Miguel Ángel», te juro que lo utilizaba en más de una ocasión (se ríe y le da una palmada en la espalda a su compañero).