24/11/2024

El periódico digital de Almansa

Los republicanos que «salvaron» a la Virgen de Belén

«¡Viva la Virgen republicana!», el grito de los milicianos que intentaron rescatar, sin éxito, la imagen de la patrona de Almansa
Republicanos Virgen de Belén Almansa

Sucedió en la madrugada del 25 de julio de 1936, una semana después del golpe de Estado. Una turba de anticlericales saqueó e incendió la Iglesia de la Asunción. El asalto al templo se inicia con piedras, garrotes y palos. Los portalones se prenden y ceden ante el fuego. Una vez dentro, se descuelgan los cuadros, se arrastran bancos y se sacan a la calle muebles y otros enseres, litúrgicos o no. Con ellos se forman varias hogueras. En la quema se destruyen el coro, el órgano, los retablos, tallas, esculturas… todo, menos una cosa: la imagen de la Virgen de Belén, que logró evitar las llamas gracias a la devoción de un grupo de republicanos.

En aquellos momentos, el Ayuntamiento estaba descabezado. José Hernández de la Asunción era el alcalde en funciones, pero se hallaba retenido en Albacete por las autoridades militares que habían secundado el alzamiento en la capital. Tampoco había Guardia Civil: se habían rendido en el cuartel, antes de entregarse a los milicianos republicanos llegados de Alicante, que les trasladaron a Valencia. Almansa no tenía fuerzas del orden público.

Saqueo y quema de la Iglesia de la Asunción

«Nadie se opuso a los saqueos que, entre la madrugada del 24 al 25, comenzaron a realizar grupos de milicianos en los templos almanseños», relata el periodista Juan Luis Hernández Piqueras en su estudio La Guerra Civil en Almansa. El vandalismo se incrementa conforme pasan las horas y se unen cada vez más personas, hasta contarse «por millares». Varias ermitas, capillas y casas parroquiales son asaltadas. «Cualquiera de estos puntos sería testigo de escenas dantescas y de verdadera locura colectiva, aunque quizás nada comparable con lo vivido en la Iglesia de la Asunción», señala.

Se trata el lugar «más céntrico» y «concurrido», pues, «no en vano en ella, en su interior, estaba la imagen de la Virgen de Belén». Aquella noche corría un peligro indudable. Sin embargo, antes de que los grupos más violentos entrasen en el santuario y tiraran —con cuerdas y sogas— las imágenes que allí había para prenderlas fuego, un escuadrón de devotos milicianos rescató la de la Patrona.

Ellos son quienes bajan la imagen de su altar, la portan a hombros y la sacan a la calle, en medio del desorden. Se improvisa, allí mismo, una inverosímil procesión que desfila hasta el Ayuntamiento de Almansa. Por el camino, algunos de los presentes ondean banderas tricolores. Los allí presentes celebran el salvamento de la Virgen de Belén con aplausos y consignas de todos los colores. Ninguno se opone a este acto. Al llegar a la plaza Mariana Pineda, los vítores tradicionales se alternan con los de «¡Viva la Virgen Republicana!».

Cuenta Hernández Piqueras que también «las campanas repicaban de forma anárquica, contribuyendo todavía más a impregnar de locura aquella insólita noche de la historia almanseña, mientras la comitiva procesional improvisada se dirigía hacia el Ayuntamiento». La imagen permanece intacta en la Casa Grande, hasta nueve días más tarde.

Los republicanos que salvaron a la Virgen de Belén
Imagen de la Virgen de Belén en 1930

El final de la figura de la Virgen de Belén

Primeros de agosto. Un grupo de milicianos y ferroviarios venidos de Albacete se desplaza hasta la casa consistorial de Almansa para realizar unas gestiones. Uno de los componentes descubre allí la figura de la Virgen de Belén. Decide, entonces, «emprenderla a golpes con ella»; la «destrozó antes de que algunos concejales, presentes en aquel instante, pudieran reaccionar». Esto originó, según la versión del periodista, un pequeño altercado entre ellos.

Las autoridades locales «debieron mirar para otro lado» por no enfrentarse con los cabecillas de los milicianos. Muchos de ellos tenían fuerza en los sindicatos UGT, CNT-FAI y de trabajadores del campo. Asimismo, estos grupos se habían radicalizado «mucho más» desde el levantamiento de Franco, explica Hernández Piqueras, junto a la «consabida desunión» que entre las fuerzas de la izquierda propiciaba «numerosos desencuentros y tensiones».

Los restos de la figura se trasladaron al Santuario de Belén. Allí se queman junto a otros objetos religiosos. Entre ellos, se halla la escultura de la Virgen chica, que se veneraba en este templo durante la ausencia de la titular. También ardieron unas imágenes de San Pascual y de San Antón, así como los retablos y otros objetos. Y así, mientras que varios republicanos rinden homenaje a la imagen de la Virgen de Belén, otros se congregan para destruir su templo; y un tercer grupo —formado por sus propios camaradas albaceteños— irrumpe, días después, en los espacios sagrados de Almansa para quemar buena parte del patrimonio artístico y religioso de la ciudad.

Se refleja, de este modo, la situación que se vivió en multitud de pueblos de España durante la Guerra Civil. Establecer una división ideológica escrupulosa, capaz de separar a los vecinos de una localidad en dos bandos en los que lo político se identifica por completo con lo religioso (de un lado, fascistas católicos; de otro, republicanos anticlericales), resulta complicado. Las diferencias entre unos y otros no fueron, en ocasiones, tan ortodoxas como sugieren las generalidades (necesarias, por otra parte) recogidas en los libros de Historia.

Donativos vecinales

Acabado el conflicto, el coadjutor de la Iglesia de la Asunción, Jesús Díaz Ruano, consiguió reunir 2.500 pesetas de donativos para la compra de nueva imagen. Se trata de la que se conoce hoy día, maciza y con un peso de 75 kilos. Por su parte, en 1946, María Luisa Cuenca Trinchant, hermana del capellán de las Agustinas, Antonio Cuenca Trinchant (asesinado por los republicanos al identificarlo con el bando franquista), encarga una nueva talla de la Patrona, hueca y mucho más pequeña, que pesa tan solo 13 kg. Se trata de la Virgen chica, que todavía se encuentra en el «camarín» del Santuario de Belén.

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Un comentario

  1. Buenas tardes,mi comentario es que nunca he visto reflejada Nuestra Señora de Belén o Virgen de Belén en el santoral del día 6 de mayo .

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