Este periodista hizo de la pequeña pantalla su profesión y fichó por el Grupo PRISA en 2016, como responsable de Televisión del área digital de LOS40 y la Cadena SER. Hambriento devorador de series y fanático de los clásicos teen, a Adriano Moreno (Almansa, 1990) le sobra tiempo para entrevistar a rostros tan reconocibles como el de las ex-triunfitas Aitana y Lola Índigo o el de la estrella internacional Chris Pratt (Guardianes de la galaxia).
Estudió Periodismo en la Universidad Complutense de Madrid y hace unos meses presentó su primera novela: Si me dijeras que sí (Penguin Random House). La obra consta de trescientas páginas que nos transportan a ese primer año de universidad, envuelto en una sensación de liberación en la que muchas personas se sentirán reconocidas.
En primer lugar, cuéntanos quién eres: cómo fueron tus primeros años en Almansa, el instituto… Lo que se te venga a la cabeza si piensas en ese periodo previo a Madrid, viviendo en el pueblo.
En Almansa está casi todo lo bueno que tengo, que son mi familia y mis amigos. Es verdad que me fui en cuanto pude pero, ahora, muchos años después, lo veo muy diferente. Necesito ir cada poco tiempo para desconectar, para ver a mi gente y para vivir esa rutina de allí que me da la vida.
Estudié en el IES Herminio Almendros y tengo un recuerdo increíble de esa época. Muchas veces digo que me gustaría volver a 4º de la ESO y 1º de Bachillerato para revivir esos años. Las primeras veces son importantes y en ese momento, y gracias a estar en un pueblo como Almansa, las viví como quise. Es verdad que llevaba la procesión por dentro, pero ahora, con el tiempo de por medio, lo pienso y fui muy feliz.
¿Fue una fuente de inspiración para Si me dijeras que sí esa sensación de liberación que brinda el coger el tren a Madrid y saber que tienes una oportunidad para (casi) nacer de nuevo?
Absolutamente. Yo, al igual que Benji, el protagonista de la novela, también dejé Almansa porque no era capaz de salir del armario allí y necesitaba hacerlo para poder abrirme completamente a los demás, conocer a chicos y vivir esa vida con la que soñaba desde que era un chaval. Lo pasaba bastante mal porque no me atrevía a dar el paso de quedar y conocer a tíos por si luego corría la voz.
De alguna manera, Madrid fue mi vía de escape y toda esa experiencia, ese proceso, lo quise plasmar en una historia que es mía, pero también la de otros chicos que, como yo, se fueron de casa, se alejaron de su familia y de sus amigos de siempre, para ser por fin ellos mismos.
¿Cuándo fue el momento exacto en el que dijiste: «Voy a escribir este libro»?
Siempre he querido escribir historias, pero lo he ido dejando porque consideraba que no eran lo suficientemente buenas o porque no tenía tiempo por el trabajo. Hace unos años encontré el momento. Necesitaba una motivación, un proyecto que me hiciera reconectar y decidí escribir los primeros capítulos de un chico de pueblo que necesitaba irse a la gran ciudad para encontrarse y darse el placer de ser feliz.
¿Cuál es el principal mensaje que has querido transmitir con la novela?
Más que un mensaje he querido plasmar un momento vital. Salir del armario es algo muy manido, pero muy jodido para los que lo hemos tenido que hacer en algún momento. Sin embargo, lo que pasa después de dar el paso es maravilloso y sí quería que la gente se quedara con ese buen sabor de boca, con un mensaje de esperanza y optimismo.
¿Cómo ves los avances de la comunidad LGTBI en el pueblo? ¿Ves progreso?
Ha habido un cambio brutal. Cuando yo me fui de Almansa, muy pocos chicos habían reconocido abiertamente que eran gays (incluido yo). Era impensable que se pudiera celebrar en el Templete el día del Orgullo Gay. Ahora el ambiente es distinto. Almansa Entiende lleva mucho tiempo haciendo una labor increíble a favor del colectivo, luchando por nuestros derechos allí. Además, tengo la suerte de estar rodeado de gente que no me juzga por querer y follar con quien me dé la gana.
¿Qué piensas que hace falta para impulsar la literatura LGTBIQ+? ¿Consideras que aún hay pudor respecto al tema en las calles?
Cada vez hay menos pudor y eso me gusta. Yo soy un claro ejemplo de que las cosas están cambiando en ese sentido. Que una editorial tan importante como Suma de Letras (Penguin Random House) apueste por una historia como Si me dijeras que sí dice mucho. Cada vez hay más novelas LGTBIQ+ y espero que se siga apostando por ellas porque la literatura y la cultura debe ser una representación de la sociedad y nosotros, los maricones, formamos parte de ella, por mucho que le pese a Vox y a toda la gentuza homófoba.
¿Qué es lo próximo que te gustaría plantearte como escritor? Háblanos de tus proyectos próximos o tus sueños futuros.
Ya estoy trabajando en una segunda novela y estoy bastante ilusionado y motivado. No tiene nada que ver con Si me dijeras que sí. Cambio de «universo», pero sí va a mantener algunas de las claves de «los mundos de Benji». Mucho amor, amigos que lo dan todo para hacerte feliz y un escenario que tenga mucho de cultura hollywoodense sin dejar de ser real. Por otro lado, me encantaría ver la historia de Benji y Tito en la pequeña o la gran pantalla. Que alguna cadena o plataforma apueste por su adaptación e involucrarme en todo el proceso creativo. Eso para mí, que soy un friki del cine y la televisión, sería otro sueño cumplido.
¿Qué le dirías a un niño o niña de la comunidad que lo esté pasando mal?
Que no está solo. Que aguante, que sea fuerte y que se rodee de gente que le vaya a cuidar. Que todo llega.
¿Qué conclusiones sacas del reciente asesinato de Samuel Luiz? ¿Piensas que estamos dando pasos hacia atrás? ¿Estamos sumidos en el silencio de la inacción?
Lo pasé bastante mal. Sentí mucha rabia y mucha impotencia. En un primer momento sí creí que, efectivamente, estábamos dando pasos para atrás. Pero lo de Samuel nos ha hecho reaccionar a todos, ¿no? Salimos a la calle a decirle a esos asesinos que son unos miserables, que somos fuertes y que vamos a luchar con todas las ganas.
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