En estos momentos, Nieves Montoro (alias Eneuve) está grabando con otros raperos, en el estudio de Charly Stylex, situado en la calle Hernán Cortes de Almansa. Dentro de este mundo ella tiene muchos amigos. Lo primero que me llama la atención es la importancia que tiene la amistad para Nieves. No lo llama «colegueo», más bien es lealtad.

Actualmente trabaja en nuevos temas para el debut de su álbum, Apogeo, pero en su currículum aparece una primera maqueta con siete canciones llamada Silencio roto, que grabó con 16 años. Bailarina desde pequeña, formada en la academia Danzarte, dice que se aficionó al rap a través de su fusión con la música clásica: la novena sinfonía de Beethoven, El lago de los cisnes, etcétera. Su hermano mayor, Domingo, también fue una gran influencia para ella. Gracias a él, creció escuchando Estopa, Los Chikos del Maíz, Marea, Los Delinqüentes o Extremoduro.

Además, toca el ukelele. Dice que quiere «aprender a tocarlo bien», al igual que con la guitarra acústica, pero va «despacio». Las instrumentales para sus raps las obtiene mediante la producción de Charly, o bien, con música de YouTube. Escribe ella sus canciones. Ahora, en este momento, Eneuve está en medio de una grabación, soltando «sus barras» en una toma única, en el estudio de Charly. Él relata que ha venido gente de fuera a grabar, de Murcia, Barcelona, etcétera. Aquí, en Almansa, ella es una de las personas más jóvenes que ha acudido a su estudio. Con tan solo 18 años y, además, mujer, dice moverse en una cultura, el rap, «muy machista», pero que ella planta cara y no le paran.

Son pocos los de su edad que se manifiestan raperos, pero «hay gustos para todo», dice. Eneuve me enseña a diferenciar el hip-hop del rap. Lo primero es la cultura, que consta de baile, DJ (pinchadiscos), MC (rapero) o maestro de ceremonias y, por último, el artista del grafiti. Lo segundo es la música. En su última actuación, en el Teatro Regio, dice que solo faltó una grafitera para que fuera hip-hop total.

Fue una actuación para el día 8 de marzo, Día de la Mujer Trabajadora, y allí rapeó su Leona: Demasiados moratones del color de nuestra lucha. Le pregunto qué piensa del feminismo y responde que «vamos hacia delante, pero que se debería ir más rápido». Su leitmotiv principal es el estribillo: «Dame música y déjame tranquila». En Eneuve, es una especie de lema para la vida. Incluso tiene una persona que le mueve conciertos por la zona valenciana: actúa en pubs y centros benéficos.

Nos encontramos en el rap con un tipo de hacer música o arte. Y podemos definirlo de muchas formas: rima, habla rítmica, jerga apoteósica o pronunciar rimas sobre música. Los componentes del rap incluyen contenido (lo que se dice), flow (ritmo) y entrega (cadencia, tono). Estilísticamente, el rap ocupa un área gris entre el habla, la prosa, la poesía y el canto. Nació como tal en los años 70, en Estados Unidos, y tuvo su época dorada desde mediados de los 80 a mediados de los 90.

El rap siempre ha estado vinculado con una sociedad que protestaba por su forma de vida precaria. No sé si tendrá algo que ver, pero como parece que volvemos a tener mucha desigualdad social, el rap está viviendo, estos años, un resurgir. En España, se ha usado como un tipo de música protesta que, a veces, puede costar hasta la cárcel, pero en el fondo es poesía pura, dialéctica encima de un escenario, en la forma de vestir de los raperos… en fin, una cultura, esta la del rap, que Nieves, con valor y mucho amor hacia sí misma y un gran camino por delante, nos demuestra que está en constante evolución.

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