Jorge Guillén se crió en el seno de una familia de músicos: desde su tío, hasta su padre y su abuelo; todos ellos participaban de este arte de alguna manera. En concreto, fue este último quien le inculcó el amor por la música. «Él me metió está pasión en las venas, era un gran trompetista que me enseñó a tocar el violín. Con su muerte, se fue mi referente musical, por eso, esta obra que vamos a interpretar está dedicada a todos los abuelos y abuelas del mundo».

El Teatro Regio de Almansa, a partir de las 19:00 horas, recibirá a STRAD con toda su banda de inconmensurables músicos para poner en pie al público y disfrutar de la valiosa variedad de géneros musicales que ofrecen. Charlamos con Jorge Guillén, el violinista rebelde, para que nos cuente más sobre este show: «El que venga a vernos saldrá del teatro con las pilas cargadas, con ganas de vida y pasión por la música».

¿Cómo se pasa de tocar con disciplina clásica a ser un rockero en el mundo de la farándula?

Yo empecé clásico en el conservatorio, era un devoto de la música clásica. Tras años de preparación llegué a entrar en la orquesta sinfónica y ópera del Teatro Real. Tras ello, en un mismo año me junté con Ara Malikian, Extremoduro y con Los Secretos. Empecé a hacer colaboraciones en otros estilos y con géneros tan diferentes que se despertó en mí un gusanillo que nunca había sentido.

Para mí era desconocido. Venía de lo clásico, de las armonías, del solfeo, de conciertos de orquesta… Esto era otra historia que me fascinó. Dejé a un lado mi puesto en la orquesta, con un sueldo para toda la vida y me lancé a realizar esta locura que es STRAD. Tras 3 años y casi 300 conciertos estamos muy felices y contentos por los resultados. Todo esto con una pandemia de por medio.

Ya que sacas el tema de la pandemia, cuéntanos ¿cómo habéis vivido esta época?

Ha sido complicada, la verdad es que no es fácil trabajar y adaptarse en plena pandemia. Justo cuando comenzó todo, nosotros estábamos embarcados en nuestra primera gira internacional: América, Asia… Fue en esas fechas cuando falleció mi abuelo, mi gran maestro. Ahí decidimos montar este show, el cual es un homenaje a todos los abuelos y abuelas del mundo.

En esta obra se podrán mezclar los dos mundos: el de los jóvenes y el de nuestros mayores. Se podrá experimentar la fusión de dos etapas totalmente distintas. En líneas generales, en STRAD hemos sido afortunados, sabiendo que hay muchos compañeros del gremio que no han podido desarrollar sus espectáculos.

Si una abuelita acude esta tarde al Regio, ¿qué se va a encontrar?

Disfrutará. Si algo me gusta y destacaría de nuestro show es la variedad y diferencia de edades en el público. Siempre, después de un concierto charlamos y decimos con alegría: «¿Has visto a esa abuela que bailaba AC/DC lo bien que lo ha pasado?» o «¡Qué buena la niña que disfrutó con Manuel de Falla!».

Hay gente de todas las edades, seguidores de todos los géneros. Es algo maravilloso. A través del guión, del humor, de las propias canciones, todo va unido y bailado al unísono.

En el mundo de la fusión musical, ¿hay un momento en el que te chocas contra una pared o siempre descubres nuevos horizontes?

Creo que todo está por descubrir. En la música hay opciones infinitas. Antes había conciertos de pop, rock, heavy, flamenco… Y yo pienso: «¿Por qué no unir todo eso en un mismo show?». Es estupendo poder fusionar la música, que es un idioma universal.

¿Hay géneros buenos y géneros malos? ¿Hay elitismo en la música?

Yo me eduqué así. Me creía que lo bueno era lo clásico. Con los años, me di cuenta de que no sabía tocar otros estilos. Cuando me sentía inútil tocando otros géneros de música y veía a músicos interpretar canciones de estilos modernos, me sorprendía y aprendí que no se puede criticar a ningún artista que realiza su obra con respeto y cariño.

Aun así, todos tenemos un estilo musical favorito. ¿Cuál es el género por excelencia de STRAD?

Aunque cada uno de nosotros escuchamos diferentes estilos, lo cual es genial y de gran valor, creo que tenemos preferencia por el rock. STRAD es rockero. Personalmente, yo escucho de todo, desde flamenco hasta rap pasando por pasodobles, rock o carnaval de Cádiz.

¿Qué canción dedicarías a nuestros lectores y lectoras? 

My way de Frank Sinatra. Dedicado a todos nuestros mayores, a mis abuelos y a los tuyos.