21/11/2024

El periódico digital de Almansa

La grandeza de María Sáez

Ante un mundo musical de falso talento y de insensible composición, yo me quedo con María Sáez cantando abrazada a su guitarra y con los ojos cerrados
maría sáez almansa cantante

Sube al escenario con la misma normalidad con la que sube las escaleras de su casa. Abrazada a su fiel guitarra mira al frente y entre la luces de los focos se encuentra con un auditorio lleno hasta la bandera. No le tiembla ni la voz ni las manos. Agarra el micro con suavidad y se lo ajusta a su altura de manera sencilla y sutil. Saluda al respetable, da las gracias por su presencia y pide perdón por que un catarro le está afectando a la voz. Empieza a cantar y la magia sucede.

Hablo de María Sáez. La cantante local de la que pudimos disfrutar todos los presentes al concierto del 8M «De Igual a Igual» organizado por el Instituto de la Mujer. La cantautora local nos regaló 15 minutos de sentida música, dulce como la miel pero desgarradora como un puñal. Así es la voz, la intención y la calidad compositora de María, a la que catalogo, sin dudas, como una de las más grandes artistas musicales que ha dado Almansa en la historia reciente.

La realidad que brota de María Sáez

Tenía la voz un tanto desgastada por el catarro, pero eso no le limitó para demostrar su gran potencial lírico, tan selecta que cautiva al oyente hacia un estado nirvana en el que sobra y basta con las cuerdas de su guitarra y su único timbre vocal.

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Si de algo goza María Sáez es de realidad. Una artista íntegra y sin tapujos que se muestra sobre el escenario sin mayores guirnaldas que las que acompañan a sus tan pulidas y sentidas letras. En una época donde se premia más el pack que el sentimiento, cuando la calidad de los videoclips supera con creces el nivel de la canción o donde el vestuario importa más que el directo, artistas como María se levantan como un soplo de aire fresco y de embriagador aroma.

«Si hablamos de mujeres fuertes…»

En el acto institucional del 8M celebrado en el mismo auditorio de la Unión Musical de Almansa, nuestra joven compositora almanseña tuvo la oportunidad de cantar frente a la crème de la crème de la dirección regional: García-Page, Blanca Fernández, autoridades eclesiásticas, judiciales, militares…

Un día después, actuó junto a sus compañeras artistas en este evento musical de conciertos «De Igual a Igual». Cuando le llegó el momento de cantar su segunda canción anunció: «Hoy estamos aquí reivindicando el Día de la Mujer y creo que es una ocasión muy acertada para cantar esta canción que todavía no he cantado ni en público ni casi en privado. Y digo que es una ocasión apropiada porque si hablamos de mujeres fuertes yo tengo que hablar de mi abuela Belén». Qué merecida honra para su abuela, pienso hacia mis adentros todavía emocionado al recordar ese momento.

María mandó un beso a su abuela, que estaba presente entre el público, y se dispuso a interpretar su nueva composición. Una canción sin título, sí, pero que consiguió emocionar a todo un auditorio.

Fue maravilloso poder experimentar desde el público el milagro de la magia de la música. Solo eran palabras, melodías y las cuerdas de una guitarra. Solo eran eso. Pero en manos y voz de nuestra querida María Sáez todo esto se convirtió en una flecha emocional directa a lo mas profundo de nuestros corazones. Miraras donde miraras, se podían ver lágrimas recorriendo las mejillas de las personas presentes.

Así reza un extracto de la canción de María Sáez:

Yo no quiero que seas recuerdo
Yo quiero que vivas conmigo
Que comamos juntas los domingos
Poder enseñarte un futuro mejor
Que el que viviste a la fuerza
Que no tengas ya que aguantar
Todo aquello que pesa
Porque no hay nada más

Cuando el último acorde de María sonó, en el auditorio lleno se levantó una ovación incontenible, como cantaba Víctor Jara: «de fuego de puro amor».

Y es que María y todo lo que le rodea, desde la inquebrantable fidelidad de su madre que la acompaña en todas sus batallas allá donde va; hasta su don innato para con la música, es puro arte y sentimiento, tan mágico, poderoso y abrasador como el fuego.

Ante un mundo musical de falso talento y de insensible composición, yo me quedo con María Sáez cantando con los ojos cerrados. Con su guitarra bajo el brazo. Ante un auditorio lleno. Con la letra de una preciosa canción dedicada a su abuela.

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