Antonio Machado figura como jurado calificador de los II Juegos Florales de Almansa, un certamen literario celebrado el 4 de mayo de 1913, en honor a la Virgen de Belén. Tiene entonces 37 años y lleva nueve meses de luto: ha enterrado en Soria a su esposa, Leonor Izquierdo. Tras este espantoso revés, decide refugiarse en Baeza (Jaén) con un poemario recién impreso que responde al título de Campos de Castilla (1912). Allí encontrará el valor necesario para continuar su labor literaria y, según los archivos consultados por La Tinta de Almansa, determinar los ganadores del concurso.

¿Visitó Machado Almansa los Juegos Florales?

¿El misterio? No se sabe con certeza si los seleccionó por carta o se desplazó hasta esta localidad. Su rostro no sale reflejado en las instantáneas que se publicaron ni se refieren a él como invitado en la prensa local de la época. Sin embargo, Antonio Machado aparece registrado en el pie de una fotografía firmada por «Hermanos Linares» y recogida en el libro Almansa. Imágenes de un pasado (1870-1936), editado por el Instituto de Estudios Albacetenses. «Los hermanos Linares tenían su estudio principal en la calle Rosario número 13 de Albacete y, durante algún tiempo, trabajan en Almansa», indica Pedro Olaya Ruano, fotógrafo, en Una mirada hacia atrás. Historia de la fotografía en Almansa (1840-2000).

Ellos son, de hecho, los autores de varias de las instantáneas que se conservan sobre el certamen celebrado aquel año. La que nos ocupa muestra a un grupo de mujeres jóvenes posando, algunas sentadas y otras en pie. Se trata de la reina de las fiestas y sus damas. Todas van vestidas de blanco, ataviadas con vestidos largos de manga corta, collares y tocados con plumas del mismo color. La leyenda reza: «Juegos florales (4 de mayo de 1913). En el jurado calificador figuraba Antonio Machado y cuyo primer premio fue concedido por Alfonso XIII». Sin embargo, en la imagen no hay ni rastro del poeta sevillano. Tampoco aparece en otras fotografías de la serie.

Las pruebas para creerlo

Varios documentos históricos aseguran, no obstante, que formó parte del comité. En ellos se indica, además, que no figuraba en este de manera nominal, sino «calificadora». El más destacado, por su antigüedad y relevancia hasta nuestros días, es Historia de Almansa (Madrid, 1949) de José Pérez y Ruiz de Alarcón, quien estuvo presente en el evento como secretario del Ayuntamiento y como premiado. «El Jurado calificador estaba compuesto por notables poetas y escritores, entre ellos D. Antonio Machado, don Emilio Carrére, Díez-Canedo y otros», señala en su obra. Sin embargo, no especifica si estuvieron presentes en la entrega de premios, si visitaron la ciudad con anterioridad o si enviaron sus resoluciones por correspondencia.

Resulta extraño que estos nombres no aparezcan mencionados en las crónicas periodísticas del momento. Estas, por el contrario, se centran en halagar las carrozas, la jardinería o el vestido de la reina, Conchita García Montaner. Ella es la joven almanseña que protagoniza las fotografías de Hermanos Linares junto a su «corte del amor», según recoge el número 69 del diario Vida Manchega. Le acompañan las «bellas señoritas» Casilda Díaz, Joselina Fernández, Carmencita Reig, Dolores Navalón, Rafaela Ibáñez, Luisa Martínez, Adela Rodríguez y Encarnación Parra. Las niñas María Enríquez de Nava y Pepita Coloma Meseguer fueron las heraldos. Pero ni una sola mención al dramaturgo. Si Antonio Machado estuvo o no Almansa, si su sombra se tumbó sobre sus calles y caminos, resulta, aún hoy, en enigma.

«Jamás se ha realizado en Almansa un certamen que supere a este»

Los Juegos Florales estaban inspirados en certámenes medievales y tenían a la figura femenina como protagonista; es una mujer quien los preside y ocupa la Silla de Oro. «Organizada la comitiva, a los acordes de la marcha real, hizo su ascensión al trono la reina de la fiesta, acompañada de su corte», narra Pérez y Ruiz de Alarcón. «Romualdo García y esposa [sus padres], obsequiaron a todos con un champagne de honor en su elegante morada, celebrándose después en el Teatro Principal un gran baile», recuerda.

La gala tuvo lugar en este espacio, decorado por «renombrados artistas de Valencia» de los que no se señalan los nombres. El alcalde, José Pérez López, hizo entrega al poeta alicantino, Julio Bernácer, de la Flor Natural y premio del rey Alfonso XIII, la distinción más valiosa de la velada. «Fueron también galardonados en los diferentes temas varios escritores distinguidos, pues se presentaron numerosos trabajos; y en cuanto a los elementos locales, se premió a D. Manuel Jordán Bueno, accésit de la Flor Natural, por una inspirada poesía dedicada a Almansa», escribe.

Fernando Franco Fernández fue premiado por su novela corta Mi patria chica, según el cronista almanseño, aunque en la revista ilustrada Blanco y Negro (posterior suplemento del diario ABC) señalan que se le premia por Adiós a la felicidad. La lista continúa con Diego Enríquez de Navarra y José R. Lioret, a quienes se galardonó «por temas literarios». Arturo Coloma Martínez, Francisco Jornet y Justo Más, maestros, fueron distinguidos «por asuntos pedagógicos». El propio Pérez y Ruiz de Alarcón recibió un premio por sus trabajos en los temas de Administración y Régimen Municipal, y por su obra Apuntes sobre la Historia y Tradición de Almansa.

El banquete tuvo lugar en el salón principal del Casino Artístico, que antaño era una sociedad almanseña en la que se reunía la élite cultural. Se encontraba en el centro de la población y disponía de amplios salones para café, biblioteca, billar y bailes. Los II Juegos Florales de Almansa lograron, en general, un «gran éxito que recuerdan con satisfacción cuantos lo presenciaron», celebra el autor. «Podría afirmarse que jamás se ha realizado en Almansa certamen literario que supere a este que nos referimos», avanzó ya, a finales de la década de los 40. Más de 70 años después, no lo ha habido.

Otras localidades vecinas sí han sabido conservar sus juegos florales. Este es el caso de Tobarra, donde en el año pasado se presentaron 51 trabajos literarios. En Almansa, no obstante, se convocaron solo aquella vez y una anterior, en mayo de 1905. El Ateneo de Albacete lleva años sin celebrar unos Juegos Florales, mientras que todos los años los hay en Valencia, Murcia o Barcelona.

Una pista; una carta

No resulta del todo improbable que Antonio Machado se desplazara a Almansa el 4 de mayo de 1913, pues entre sus cartas se encontró una escrita en Baeza dos días antes, en la que se dirigía al filósofo Ortega y Gasset en un tono cercano al optimismo, aunque no aparece intención alguna de viajar. Lo que sigue es parte del contenido de aquella epístola: «Empiezo a trabajar con algún provecho. Desde hace poco comienzo a reponerme de mi honda crisis, que me hubiera llevado al aniquilamiento espiritual. La muerte de mi mujer me dejó desgarrado y tan abatido que toda mi obra, apenas esbozada en Campos de Castilla, quedó truncada. […] Empleo las infinitas horas del día en este poblachón en labores varias. He vuelto a mis lecturas filosóficas. Leo a Platón, a Leibniz, a Kant, a los grandes poetas del pensamiento».