El pintor Manuel Colmenero (1964) se ha curtido a través de trabajo y la constancia. Ha sido maestro en Casa de Cultura y, anecdóticamente, algunos jóvenes aún le saludan como su maestro. Se podría considerar que está influenciado por los posimpresionistas y por toda la pintura figurativa del siglo XX. Alterna su trabajo por las mañanas, dedicando las tardes a la pintura.
Colmenero, el protagonista de este artículo, es también es una de las voces de la generación que se desarrolló artísticamente en los años 80. Él empezó con 16 años en la Escuela Municipal de Pintura y Dibujo, situada en la Casa del Pueblo. Aquellas instalaciones estuvieron tres años funcionando y allí se daba a jóvenes y adultos del pueblo, a modo de Casa de Cultura, antes de que esta se construyera. Sus profesores eran maestros en los institutos de la localidad y poblaciones cercanas que, por las tardes, daban clase allí.
El pintor es de la opinión de que todas las edades son buenas para comenzar con alguna actividad creativa. En este sentido, insiste en resaltar la figura de un profesor suyo de aquella época, el valenciano José Vicente Cifre, que le guio en sus inicios en la pintura. Recuerda que él fue quien le enseñó la máxima: «Pocos colores en la paleta para hacer muchos».
Considera que el nivel de la pintura actual en Almansa es, en general, bueno. Es de la opinión de que, hoy en día, hay muchos jóvenes pintores bien formados y emergentes. Piensa que el interés de la sociedad «se decanta más por la tecnología ahora», por lo tanto la cultura está «un poco devaluada». Aunque aún se encuentran salidas, como el diseño.
Comenta también que en sus tiempos era más fácil medrar, quizás porque eran menos. Vivió los años de la Transición, donde había gran interés por la cultura y las exposiciones eran todo «un acontecimiento». Sin embargo, ahora pasan más bien desapercibidas. Por eso dice que vivimos un momento «contradictorio».
Le pregunto sobre la Covid. Él contesta: «Cada uno habla de la feria como le va» y, efectivamente, eso pienso yo. Desde luego, la pandemia ha estado revestida de gravedad en toda su magnitud. Se ha dado cuenta de que a su modo de vida, en realidad, le ha afectado poco; que hay sectores sociales (y por lo tanto personas) que lo han pasado bastante peor, como la hostelería y los espectáculos.
Actualmente dice tener bastante tiempo para pintar. Por las tardes, sube a la nave del Polígono que tiene como taller, junto con el también pintor Herminio Villaescusa. Sus técnicas preferidas y más utilizadas son óleo, mixta (óleo y acrílico), le gusta el carboncillo y su estilo es figurativo. Entre sus futuros proyectos se encuentra participar en el Concurso de Albacete de Pintura Seca y prepara también el Concurso de dibujo “Gregorio Prieto” de Valdepeñas.
