¿Quién fue Tadeo Pereda?
Nacido en Almansa en el año 1864, Tadeo Pereda González dedicó su vida a la comercialización de vinos, aunque su nombre se proyectó en la sociedad de principios del siglo XX por algo bien distinto, conseguir un avance médico de primera magnitud: la invención de la primera Laringe Artificial. Pereda nunca fue un hombre de ciencia ni con formación especializada en ninguno de sus campos de estudio, sino que fue su situación personal la que lo llevó a idear una solución con la que sobreponerse a una severa enfermedad que sufría. Propuesta que le hizo ser aclamado por eminencias médicas de toda Europa. Imágenes | Memorias de Almansa.
El suceso que cambió su vida
Padre en una familia numerosa, Tadeo Pereda conseguía el sustento para su mujer y sus hijos a partir de las ventas que realizaba por la provincia de Albacete, en ocasiones sobrepasando sus límites territoriales. No obstante, en 1910 comenzó a tener dolores de garganta que desembocaron a los pocos meses en una operación para extirparle la laringe, fruto de un tumor hallado en ella.
La intervención fue llevada a cabo en Madrid por el mayor especialista otorrinolaringólogo del momento y, tras ella, Pereda perdió la voz, debido a que durante el proceso también le quitaron las cuerdas vocales. Esto se convertiría en un duro impedimento para que el almanseño desarrollara su trabajo al quedar mudo, pero también planteó un nuevo objetivo vital para él, volver a comunicarse de forma normal con sus seres queridos.
Por esa fecha ya existían unos primeros esbozos de aparatos fonatorios para personas sin habla, desarrollados por el doctor alemán Glük. Pereda comenzó inmediatamente a utilizar uno de ellos, facilitado por el doctor García Tapia -médico que le realizó la cirugía y de quien se convirtió en amigo íntimo-. Sin embargo, con él no pudo pronunciar palabra y además le provocaba dolor. Ya en 1911, ambos asistieron a la presentación de un nuevo modelo en la Real Academia de Medicina de Madrid, también probado por el almanseño con idéntico resultado. Nada más regresar a casa tras este episodio, Tadeo decidiría que él mismo sería quien pondría fin a su mudez al inventar un aparato funcional. Algo que consiguió pocos meses después.
La primera laringe artificial
Para mayo de 1912, el artilugio ideado por Pereda le permitió pronunciar vocales por primera vez tras la operación, pudiendo hablar poco después de forma nítida, precisa y sin fatigas ni molestias. Avisó al doctor García Tapia quien, tras vencer su estupor inicial -pues sabía de buena tinta de su incapacidad para hablar-, le invitó a participar en el IV Congreso Nacional de Otorrinolaringología celebrado en Bilbao ese mismo año. Y allí, quienes se quedaron sin habla fueron los doctores asistentes, brindándole la mayor de las ovaciones de la reunión.
Mucho se escribió sobre dicho invento en todo el país, destacando el valor de su hallazgo para la medicina y la necesidad de que semejante artefacto traspasara fronteras y fuera adoptado por los laringólogos a lo largo y ancho del globo dada su excepcionalidad. Hace ahora 101 años, en 1921, fue presentado en el II Congreso Internacional de Otorrinolaringología en París, extendiéndose su conocimiento por el continente y dejando atónitos a los expertos europeos. Tadeo Pereda se había ganado un nombre en la historia de la medicina.
Sin embargo, a pesar de este prestigio internacional y de registrar la patente de la invención de la laringe artificial, Pereda no extrajo gran beneficio económico de su idea y nunca llegó a comercializar más de 50 unidades. Durante años, rechazó asistir a muchas de las charlas a las que le invitaron para presentar su hallazgo por el mundo. Aun siendo conocido y respetado, la vida de Tadeo Pereda se encontraba en Almansa, con su familia y su negocio de comisionista de vinos, en el que cuentan que volvió a volcarse una vez solucionado su problema de habla.
Tadeo Pereda, de guarnicionero a inventor internacional
Tadeo Pereda no era inventor, se convirtió en uno por imperativo. Hoy en día la localidad guarda una calle en su honor, aunque su nombre quizá no resonó en la historia todo lo que hubiera merecido su aportación. Uno de los múltiples doctores que escribió sobre él durante esos años plasmó, -creemos-, con gran acierto lo particular de su historia, que acabó siendo la de uno de los almanseños más relevantes que ha habido nunca en el campo de la medicina.
«Lector: voy a presentarte un hombre extraordinario, un verdadero genio; no voy hablarte de un pintor, ni de un médico, ni siquiera de un torero, voy hablarte del caso maravilloso de un comisionista de vinos que era guarnicionero y que la necesidad, esa odiosa potentísima, le ha obligado a ser inventor» (Fernández Pérez, 1912). Rotativo La Tribuna.
Datos extraídos de Tadeo Pereda González inventor de la Laringe Artificial, de Alfonso Hernández Cutillas, y a partir de publicaciones de Proyecto Décadas realizado por María José Sánchez Uribelarrea, Rafael Piqueras García y Fernando Micó Sánchez. Imágenes de Memorias de Almansa, magazine con contenidos de la historia de Almansa presentado por Juan Luis Hernandez.
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