Blanca Fernández es la actual consejera de Igualdad y portavoz del Gobierno de Castilla-La Mancha de Emiliano García-Page. Ese es su cargo político actual. Personalmente y en líneas generales es una mujer cercana, simpática y muy amable. Ella misma dice que a «a sus 50 añazos», y tras pasar «la friolera de 23 años» en la administración pública, donde más ha aprendido es dentro de la política local: «Es la etapa que te hace tener siempre los pies en el suelo».

Fernández visitó Almansa el pasado jueves 19 de mayo para llevar a cabo una jornada llena de programación: desde la visita al curso de FP Dual en Albertina hasta la reunión con decenas de mujeres de influencia social pasando, cómo no, por esta entrevista con La Tinta de Almansa. En ella, preguntamos a la consejera sobre temas profesionales y personales, para acercar más a la población la figura de una de las mujeres de mayor importancia política a nivel regional.

Cuéntanos un poco sobre ti ¿cuál es tu trayectoria política?

Llevo 23 años en política. Comencé como alcaldesa de mi pueblo, Porzuna, luego también he ostentado cargos de diputada regional en la VIII y IX legislatura en las Cortes de Castilla – La Mancha. También fui diputada nacional durante unas semanas, pero tuve que dejar el puesto ya que Page me llamó para formar parte de su equipo. Actualmente soy Consejera de Igualdad y portavoz del Gobierno de CLM en una legislatura complicada por la pandemia y las consecuencias económicas de la guerra de Ucrania.

Soy una enamorada del Trabajo Social, tengo dos hijos que son lo mejor de mi vida y una familia maravillosa. Vamos, que no me puedo quejar. [Asegura con una sonrisa]

¿Cuál fue la primera vez que notaste que la mujer vive en desigualdad frente al hombre?

En la infancia. Tuve la suerte de educarme en una familia igualitaria, de manera natural, ya que mis padres no se declaraban como feministas. Mi padre era un hombre de esos que están eternamente explotados, trabajando más de diez horas al día de lunes a domingo. Mi madre era peluquera y entre el esfuerzo de ambos sacaron adelante a seis hijos. Tanto chicos y chicas hacíamos de todo, aunque menos de lo que hubiera querido mi madre, claro.

El caso es que cuando me juntaba con otros niños y niñas me daba cuenta de que la situación de mi familia era anormal. Con siete y ocho años ya fui consciente de que el lugar que tenemos las mujeres en el mundo era muy complicado.

También digo que en mi pueblo, siendo tan rural, los chicos tenían también una fuerte carga de trabajo en el campo, estaban penalizados por esa responsabilidad.

Después de tantos años ¿hemos avanzado? ¿queda mucho por aprender?

Ambas cosas. Hemos avanzado pero vivimos en una sociedad donde queda mucho por hacer. La sociedad es poliédrica y hay personas que ya tienen asumida la igualdad, pero también las hay que no lo ven con claridad. Por ejemplo, vemos como el movimiento reaccionario capitalizado por Vox, algo muy peligroso en mi opinión, hace que las agresiones de chicos a chicas jóvenes aumenten. Todavía no hemos superado situaciones que son de sentido común. Aun así, creo que cada día que pasa está más claro que hombres y mujeres debemos tener las mismas oportunidades.

Un caso específico en el que hay que mejorar, la conciliación: muchas mujeres ven truncadas sus carreras por la maternidad. Debemos impulsar políticas para que esas carreras sigan adelante, en todos los ámbitos.

¿Cuál es la clave para comenzar a comprender y trabajar por la igualdad?

Es difícil abstraerse de lo que te han enseñado desde niño. Creo que el vecino de a pie debe preguntarse el porqué de las cosas. ¿Qué siete diferencias encuentras entre tu hijo y tu hija? Seguramente ya no encuentres más diferencias que las puramente fisiológicas. ¿Quieres las mismas oportunidades para tu hijo que para tu hija? Creo que desde el momento de la primera reflexión podemos hacer muchas cosas.

¿Cuál es el proyecto político o línea de trabajo que más ilusión te ha hecho durante todos estos años de trabajo en materia de igualdad?

Hay muchas la verdad… [afirma mirando hacia arriba pensativa]. Creo que las que más ilusión te hacen son las más recientes, por la novedad. Este año hemos comenzado una relación ilusionante con la consejería de Educación para comenzar a inculcar en valores de igualdad al alumnado. Hemos analizado que en los primeros niveles de la educación no se enseña la diferencia de sexos al escolar, pero en cuanto reciben estímulos del exterior del centro comienzan a reproducir actitudes sexistas a muy pronta edad, tanto chicos como chicas. Es ahí donde pensamos que hay que incidir. Que cada uno eduque a sus hijos como quiera, siempre que sea en los valores democráticos y de respeto. Pero más allá de eso hay que dejar claro desde la educación que todos y todas somos capaces de todo. Este proyecto con Educación me hace especial ilusión porque es un trabajo que no se ve, pero que en el futuro dará sus frutos.

Otros proyectos de los que sentimos orgullo: amparar a más de 17.000 mujeres, niñas y niños en pisos de acogida; de las ayudas al alquiler; del plan corresponsables y en materia de diversidad la Ley LGTBi.

Cuéntanos un poco sobre esta ley ¿por qué su implantación es importante también a nivel nacional?

Es una ley muy trabajada, a nivel transversal ya que han participado todas las consejerías. Pido a la gente que se la lea, tanto a los partidarios como a los detractores, que por fortuna son pocos. Por supuesto también han colaborado los colectivos y asociaciones, el Instituto de la Mujer, entidades feministas, colegio de Psicólogos, de Trabajo Social, la Asociación Nacional de Sexología…

Solo tengo palabras de agradecimiento. ¿Es esta una ley que solucione todos los problemas? No, como ninguna ley. Es una norma que nos da instrumentos para luchar contra la discriminación. Para que las personas LGTBi vivan felices, para eso también sirve la política.

Es una ley justa y necesaria. Ha sido difícil por la cantidad de trabajo, pero también ha sido tan sencillo como abrir la Constitución y ver cómo aplicar los derechos al colectivo.

¡Cuántos problemas se podrían solucionar desde la política si leyéramos más a menudo la Constitución!

Tienes toda la razón.

Ya estamos en año electoral y te tengo que preguntar por ello: ¿Cómo os sentís desde el PSOE de CLM al ver que en Almansa, cuna del líder de la oposición, vuestro partido superó al suyo por 700 votos y consiguió ganar las elecciones?

Es una pregunta que se la deberíamos formular al propio Paco Núñez. Que no te apoye el pueblo donde has sido alcalde da para mucha reflexión. La nuestra es que tenemos al mejor candidato posible. García-Page está absolutamente implicado con la realidad de la región. Si el se tiene que enfrentar dialécticamente con cualquier político (sea de nuestro partido o de otro) para asegurar aspectos fundamentales para nuestra tierra, lo va a hacer. Page es presidente de todo el mundo, de los que le han votado y de los que no, y creo que la gente sabe percibir eso. Esa es nuestra gran fortaleza.

Es Núñez el que se debe preguntar por qué en su ciudad, de la que fue alcalde y vivió tantos años, perdió las elecciones.

Vamos a cumplir 40 años de Estatuto de Autonomía ¿cómo transmitimos la importancia de lo que tenemos actualmente a la población?

Castilla-La Mancha solamente ha conseguido dejar una tierra de paso a ser una tierra muy atractiva. Hemos vuelto a aumentar población, algo que solo paró con la crisis del 2008. Tenemos el doble de personas cotizando a la Seguridad Social, el triple de mujeres más. Hemos pasado de tener unas cifras enormes de analfabetismo a tener un porcentaje muy alto de universitarios y universitarias. Sin el Estatuto de Autonomía la Universidad de CLM no habría sido posible.

Cuando era pequeña en mi pueblo no teníamos ni centro de salud, ni centros escolares, ni pabellones, ni piscina, ni servicios como ayuda a domicilio… Esta realidad de Porzuna se puede reflejar en cualquier otro lugar de nuestra región. Por ejemplo, antes casi no había hospitales en Castilla-La Mancha y ahora tenemos uno aquí en Almansa.

Quiero dejar claro que los cantos de sirena que se pueden escuchar ahora que dicen que el estado de autonomías en un despilfarro, es gente que o no conoce la tierra o no saben lo que ha pasado aquí. Si la política en España fuera centralista, el gobierno solo miraría por las zonas con grandes poblaciones, porque son ellas las que más votos movilizan.

Con otro ejemplo acabo: en 1982 no había ni una sola resonancia magnética en toda la región. En los próximos meses, si todo va bien, esperamos poder traer una para el Hospital General de Almansa.

Para ya terminar esta entrevista, te vamos a formular las dos preguntas de oro de La Tinta. La primera: ¿Cuál ha sido el momento más feliz de tu vida?

Han sido dos momentos [responde rápido y con decisión]. Cuando nacieron mis hijos, no tengo ninguna duda. Yo pensaba que sabía lo que era sentir el mayor amor del mundo con mi marido (por supuesto estoy enamorada de él), pero cuando vi por primera vez a Carlos y a Candela supe lo que era el amor de verdad.

¿Qué le dirías a una niña de un pueblo pequeño manchego que tiene grandes aspiraciones en la vida?

Hay muchas mujeres que desde pueblos pequeños y con pocos recursos han llegado muy lejos en la vida. En la vida casi todo es esfuerzo y suerte, la suerte no la puedes controlar, pero el esfuerzo sí. Por tanto, nunca renuncies a tus aspiraciones y sueños y a base de trabajo es más fácil que los consigas. Tenemos muchos ejemplos: de Campo de Criptana era Sara Montiel, de Mota del Cuervo es Elena Manjavacas… Como ellas, hay muchísimos ejemplos más. Si ellas han podido, la niña que espero que pueda leer algún día esto también podrá.

Muchísimas gracias por contestar nuestras preguntas.

Gracias a vosotros.