Me van a disculpar, queridos lectores y lectoras de La Tinta de Almansa, pero me costará comenzar esta crónica. Y es que es muy difícil explicar con palabras lo que se pudo vivir el pasado lunes 31 de octubre en el Teatro Regio con el concierto de FedeGospel en Almansa.
Podríamos resumir el evento con los conceptos más o menos habituales: velada magnífica, amenizada con grandes músicos y más de 100 voces venidas desde todos los puntos de España y del globo. Pero realmente nos quedamos cortos para definir el gran ambiente que se generó en las tablas del mítico teatro local.
Una liturgia emocionante
Comenzó el concierto con una escueta y humilde presentación, derribando por completo y para que nunca más volviera a resurgir la cuarta pared que separa a los artistas del público. Las maestras de ceremonias, la directora del coro de FedeGospel Nancy Roncesvalles y la reverenda que acude a la cita con los internacionales vocalistas, fueron las encargadas de dar la bienvenida al respetable y calentar el ambiente hacia el estado de reflexión y pasión que se buscaba.
Y es que el Gospel es una música irremediablemente espiritual, relacionada de manera muy estrecha con la liturgia de la iglesia protestante norteamericana y a la tradición, historia y superación del pueblo negro. Quedó más que claro todo esto cuando la reverenda comenzó a orar con sus manos en alto, dejando fluir más y más su emoción para impregnarla en los corazones de los presentes, quienes veían con máximo interés e incluso sorpresa o desconcierto cómo la oración crecía en fuerza y pasión.
Durante ese instante, corto pero intenso, las más de 100 voces llegadas desde todos los puntos cardinales del país comenzaron a llenar las gradas que se habían establecido sobre las tablas del Regio. Por un momento, los organizadores del evento temían que no todas las personas pudieran caber en la tarima, pero finalmente todo salió a pedir de boca: cuando estas mujeres y hombres comenzaron a cantar a la orden de la directora, hasta los cimientos del Teatro Regio se estremecieron.
Eminencias del gospel mundial
El hecho de tener a Damian Sneed al mando de los teclados e interpretando algún que otro himno en Almansa es, para que los lectores lo entiendan, como organizar un concierto de rock&roll y que actúe Eric Clapton o que se realice un tablao flamenco y disfrutar de Paco de Lucía. El Teatro Regio de Almansa acogió a la que es una destacada eminencia del Gospel a nivel mundial. Compositor, cantante y director de coro que cuenta por miles sus conciertos por todo el mundo y que tiene el lujo de haber formado parte del elenco de artistas que acompañan a leyendas de la música como Aretha Franklin.
«Como artista e instrumentista de múltiples géneros, Damien Sneed es pianista, vocalista, organista, compositor, director de orquesta, arreglista, productor y educador artístico cuyo trabajo abarca múltiples géneros. Ha trabajado con leyendas del jazz, la música clásica, el pop y el R&B, incluidas las fallecidas Aretha Franklin y Jessye Norman, con las que aparece en la grabación final de Norman, Bound For The Promised Land en Albany Records. También trabajó con Wynton Marsalis, Stevie Wonder, Diana Ross, Ashford & Simpson, J’Nai Bridges, Lawrence Brownlee, Brandie Inez Sutton y muchos otros. Sneed se ha desempeñado como director musical de los artistas de gospel ganadores del premio Grammy The Clark Sisters, Richard Smallwood, Donnie McClurkin, Hezekiah Walker, Marvin Sapp, Karen Clark Sheard, Dorinda Clark-Cole y Kim Burrell, entre otros», así comienza la extensa y nutrida biografía que preside su web.
Pero es que no solo se pudo gozar con el talento de Sneed, otras cinco inconmensurables voces se desataron con pasión y tremendo derroche de fé durante la noche acompañadas por músicos de un nivel superior: Elvies E, Jaron Le Grair, Alicia Peters-Jordan, Gary Diggs, Elisha, Jamie Williams, Juandolin Stokes y el viejo conocido de Almansa, Amos Obasohan. Cada vez que una de estas personas agarraba el micrófono, la sorpresa era mayor, puesto que todas ellas contaban con timbres y capacidades privilegiadas para la lírica. Voces prodigiosas, sentidas y apasionadas que te arrancan el suspiro del pecho y te provocan esa maravillosa descarga de adrenalina que solo sienten los más apasionados por la música.
Desde la primera canción, el público estuvo entregado. Mismo respetable el que se levantó de sus asientos para acompañar a los artistas con palmas, bailes y alegría con la llegada de las canciones de iglesia que en inglés las referían como «Church Medley».
Cuando la música te acerca al cielo
Momento de especial emoción, en el que se generó una conjunción perfecta de todos los elementos que definen al Gospel, cuando Damian Sneed presentó la que es su opera prima: «In a still small voice». Lo que viene a significar: «En una voz calmada». El autor explicó, dando cuenta de su testimonio como creyente, que en una situación complicada escuchó la voz de Dios que le indicaba: «Cuando yo te hable, no me escucharás con gritos, sino con una voz calmada».
En este momento, tras la presentación de la canción, la reverenda volvió a subir al escenario. Mientras el coro interpretaba junto a las artistas internacionales la canción de Sneed, la maestra de ceremonias comenzó a levantar una arrebatadora oración. La emoción de sus palabras (que la mayoría no entendíamos por ser en inglés) sumada a las 100 voces y las acertadas y sentidas melodías creadas por Sneed generaron una energía rebosante de luz. La música que suena cuando se abren los cielos. Este fue el momento álgido del concierto.
Ya para finalizar, y como no podía ser de otra forma, el coro de FedeGospel, acompañado por todas las voces internacionales, cantaron el que es considerado como himno gospel de Europa: «Happy Day». El público en pie, que terminó agradecido y con ganas de más.
Se dice que los verdaderos melómanos acceden a un estado de nirvana con su música favorita. Lo que es según la RAE: «…estado resultante de la liberación de los deseos y de la consciencia individual». Es complicado acceder a ese estado, pero FedeGospel con su concierto de colofón hizo que pareciera fácil.