10/03/2025

El periódico digital de Almansa

La historia de Fernando Lamata: defensor eterno de la salud pública en Almansa y España

Desde sus inicios y con unas raíces de profundos valores siempre fue precursor de la sanidad pública como «medicina social» para transformar la vida de las personas de manera transversal
entrevista fernando lamata

Entrevista a Fernando Lamata Cotanda | Médico especializado en psiquiatría, fue Consejero de Sanidad de Castilla-La Mancha, director de la Escuela Nacional de Sanidad, Vicepresidente Primero de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha y artífice de que hoy en día Almansa cuente con un hospital. Hablamos de Fernando Lamata, un hombre que ha combinado toda su vida su vocación por la medicina con un firme compromiso político para mejorar la calidad de vida de las personas y promover el bienestar colectivo.

Al mismo tiempo, apasionado del tango, de Carlos Gardel y de la literatura, escribió poesía, libros y novelas como Poemas de Navidad y otros versos, Intuiciones, La tumba de Semenejkara y Honderos, en el que reflexiona sobre el abuso de las farmacéuticas y la importancia del acceso justo a los medicamentos.

Hijo de Pedro Lamata, un hombre muy reconocido en Almansa, dotado de una inteligencia privilegiada, tal y como él mismo lo describe. De su padre heredó también el gusto por la escritura, ya que este también escribió numerosos artículos y varios libros sobre sindicalismo, cooperativismo y política.

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Fernando Lamata es el nuevo Hijo Adoptivo de Almansa en reconocimiento a su contribución al desarrollo sanitario de la ciudad, un galardón que pone en valor su trabajo y esfuerzo a lo largo de tantos años. En esta conversación, Fernando charla con nosotros sobre su infancia, su trayectoria universitaria y política, su visión humanista y su legado en Almansa.

¿Dónde nació? ¿En qué año? ¿Cómo recuerda su infancia?

Nací en Madrid. En 1954. Luego fuimos a vivir a Valencia, a Roma, nuevamente a Madrid, y allá por 1966, a Buenos Aires, hasta 1971. Fue una infancia razonablemente feliz. Muy centrada en la familia (éramos 6 hermanos, y nos llevábamos bastante bien).

¿Qué le motivó a especializarse en Psiquiatría y cómo ha influido esta especialización en su carrera política?

Estudié medicina en Valencia. Y desde el principio me interesó la psiquiatría, en la que me especialicé más tarde en Santander. Quería tratar de conocer y comprender la mente humana y procurar aliviar el sufrimiento. Esta especialización ha influido en mi actividad política, por un lado, en la capacidad de escuchar y buscar un equilibrio entre posiciones en conflicto, por otro lado, desde la política sanitaria he intentado mejorar la atención sanitaria en salud mental en las diferentes responsabilidades que he desempeñado. La política (sanitaria) es «medicina social». Permite que la medicina, la atención médica de calidad, pueda llegar a toda la población que la necesita, sin tener en cuenta su renta o su condición social.

Fernando Lamata
Fernando Lamata con Ernest Lluch, ministro de sanidad, en la Dirección Provincial del Insalud en Cantabria

¿Cuáles fueron los principales desafíos que enfrentó al dirigir el INSALUD en Cantabria y Madrid durante los años 80?

En aquellos años padecíamos una crisis económica fuerte. Teníamos que aplicar reformas y mejoras sin apenas recursos adicionales. Se trataba de mejorar la gestión y la eficiencia. Al mismo tiempo, poner en marcha la nueva Atención Primaria y los Centros de Salud, desde 1984, y aplicar y desarrollar la Ley General de Sanidad de 1986. En Cantabria impulsamos los primeros Centros de Salud, y dimos los primeros pasos para desarrollar los hospitales comarcales de Torrelavega y Laredo. En Madrid también apostamos por el desarrollo de Centros de Salud, sobre todo en municipios de la periferia, con un enorme crecimiento demográfico, así como los hospitales de Alcalá de Henares, Leganés y Getafe. Un capítulo importante fue impulsar la reforma psiquiátrica, implantando la salud mental comunitaria, con la puesta en marcha de equipos multidisciplinares de salud mental y de unidades específicas en hospitales generales.

¿Qué logros destaca de su gestión como Consejero de Sanidad de Castilla-La Mancha?

Fue un trabajo de muchos, que se basó en el esfuerzo de los equipos anteriores (Matilde Valentín, y muchos otros), y que ha seguido después. Una persona clave fue Roberto Sabrido, gerente del SESCAM y luego Consejero de Sanidad. Y, desde luego, los presidentes Bono y Barreda con su apoyo firme.

En aquellos años se llevaron a cabo las transferencias sanitarias, se constituyó el Servicio de Salud de Castilla-La Mancha, el SESCAM, y aprobamos el Plan de Salud con el consenso de organizaciones sindicales, empresariales y sociales. Generamos ilusión. Hablamos mucho con los profesionales sanitarios, con los alcaldes, con las organizaciones de pacientes, y buscamos puntos de encuentro para impulsar un proyecto común. Ampliamos la plantilla y generamos buenas condiciones de trabajo. Desarrollamos nuevas infraestructuras e incorporamos equipamiento e informatización. Y funcionó. La atención sanitaria mejoró en todos sus parámetros. Se pusieron en marcha centros de salud, reformas de hospitales, y un servicio de emergencias sanitarias potente. Y, desde luego, hubo un desarrollo importante de la atención a la Salud Mental, con una red de servicios y dispositivos de mucha calidad.

¿Cómo fue su experiencia al desempeñarse como Secretario General de Sanidad en el Ministerio de Sanidad?

Muy interesante. Había tenido experiencia previa en un servicio provincial dependiente del Estado (director provincial del Insalud), y en una posición de gobierno en la Comunidad Autónoma, en el nuevo Estado de las Autonomías. Ahora volvía al Gobierno de España, con Rodríguez Zapatero, y con la ministra Elena Salgado. Aquí tienes que tener una visión de conjunto y fijar unas prioridades, desarrollar la confianza y la cooperación con las Comunidades Autónomas y participar en los procesos internacionales (Unión Europea, Organización Mundial de la Salud, etc.). Tuve ocasión de contribuir en estos ámbitos. También en Salud Mental, con el impulso de la Primera Estrategia en Salud Mental del Sistema Nacional de Salud, o con la firma de la declaración europea de Helsinki sobre salud mental.

¿Qué aprendizajes obtuvo durante su etapa como Vicepresidente Primero de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha?

Muchos y buenos. Antes solo me ocupaba de la sanidad. Desde la vicepresidencia, con la dirección del presidente Barreda, tenía que coordinar otras áreas del gobierno, y para eso tenía que entender las diferentes cuestiones que proponían las Consejerías. Aprendí mucho de todas mis compañeras y compañeros, como María Luisa Araújo. Entendí la importancia del medio ambiente, de la agricultura, de la educación, la industria… cada una de las áreas de gobierno. Y procuré ayudar a impulsar los diferentes proyectos. También me sirvió para ver cómo todas las políticas influyen en la salud (en línea con la estrategia de la OMS de «salud en todas las políticas») y tratar de que avanzaran de forma armónica.

fernando lamata hijo adoptivo almansa

¿Qué recuerdo guarda del alcalde de Almansa, Antonio Callado, durante el proceso político y social a la hora de conseguir el Hospital de Almansa?

Un hermoso recuerdo de gratitud, de amistad, de una persona comprometida con su pueblo. Una persona amable, inteligente, constante, con sentido del humor y con una firme voluntad para conseguir los objetivos que beneficiaran a Almansa y a sus gentes. Su tesón y su capacidad para sumar apoyos fue clave para la aprobación y construcción del hospital.

Desde su posición de dilatada experiencia: ¿Cómo valora el cambio que está sufriendo el tono político en sus discursos? ¿Son las nuevas tecnologías las que llevan a una mayor polarización de la sociedad o también existe responsabilidad por parte de la clase política? ¿Cómo pueden combatir los representantes políticos este ascenso de la crispación social?

Difíciles cuestiones. Estoy releyendo Los Episodios Nacionales de Benito Pérez Galdós. Y el siglo XIX está lleno de golpes de estado, pronunciamientos, guerras civiles, cambios de gobierno, a veces en muy corto tiempo, descalificaciones, humillaciones. No diría que cualquiera tiempo pasado fue mejor. Es verdad que, en España, en la época de la transición, vimos cómo los líderes políticos de diferentes grupos (comunistas, socialistas, nacionalistas, conservadores), y los líderes sociales, fueron capaces de armar unos consensos que llevaron a la aprobación de la Constitución de 1978, los pactos de la Moncloa, la reforma fiscal, y otros grandes acuerdos. Los debates eran fuertes, pero menos crueles, menos descalificadores, menos cargados de insultos que hoy. Es muy posible que lo que está ocurriendo ahora en España y en otros países con el debate político tenga que ver, en parte, con el uso de las nuevas tecnologías, la necesidad de expresar ideas en 100 caracteres, de forma rotunda, para lograr titulares, lo que obliga a realizar planteamientos simples y superficiales, y la facilidad de estas redes sociales de generar des-información o pseudo-información, haciendo difícil una discusión argumentada.

Desde luego, los políticos tenemos una responsabilidad principal en cómo usamos las redes y los demás foros en que participemos. No podemos culpar al medio, aunque éste influya. Pero también creo que hay un fenómeno más allá, un fenómeno de fondo. Es la capacidad de control de unos pocos cien mil millonarios, sobre las grandes plataformas y sus algoritmos, los medios de comunicación tradicionales, los think tanks, las instituciones académicas, etc. Estos nuevos super-super-ricos están interesados en controlar el poder político, y se benefician si se debilita. Por ejemplo, un poder político débil, fragmentado, tendrá más complicado fijar unos impuestos justos para las grandes fortunas. Desde los años 80 del pasado siglo se inició una tendencia a desacreditar la política, desarrollando discursos anti-política, y generando y apoyando líderes políticos «anarco-capitalistas», del estilo de Trump o de Milei. En definitiva, es la vieja lucha de clases con otros actores; y en este caso, como decía el multimillonario Warren Buffett, «la están ganando los ricos». Los representantes políticos tienen que ser honestos y recuperar la confianza de la sociedad, dando respuesta a las necesidades, y debatiendo de forma constructiva.

Fernando lamata
Familia Lamata: padre, madre e hijos

Sobre su contribución al Hospital de Almansa y la situación del SESCAM, ¿Qué le motivó a impulsar la construcción del Hospital de Almansa?

Castilla-La Mancha es una región muy extensa, con una población distribuida en poblaciones medianas y pequeñas. En Almansa y la comarca de pueblos colindantes, incluyendo el valle de Ayora, se reúne una población de más de 50.000 habitantes. Tiene sentido tratar de descentralizar algunos servicios, para acercar la atención a las poblaciones, acortando tiempos de desplazamiento, siempre que se garantice una calidad y seguridad adecuada. Puede apoyar más estrechamente a la red de servicios de atención primaria, servicios sociales, etc. Sirve de estímulo para el desarrollo local, y mejora la calidad de vida, consolidando la región.

¿Cuáles fueron los principales obstáculos que enfrentó durante el proceso de planificación y construcción del hospital?

Señalaré tres obstáculos. Uno era el debate de la planificación. ¿Era mejor reforzar el CHUA, mejorando el transporte hasta el hospital desde las diferentes comarcas, o se debía apoyar la construcción de los hospitales de Almansa y Villarrobledo? Había pros y contras que se podían discutir. El segundo obstáculo era el económico. La inversión necesaria en la construcción, el equipamiento, y el funcionamiento del hospital (con su gasto en personal y en los diferentes consumos). El gobierno de Castilla-La Mancha apostó por la comarcalización y el hospital de Almansa, comprometiendo su apoyo a la inversión, y contando con que después de las transferencias se contaría con recursos suficientes para su puesta en funcionamiento. En efecto, las transferencias mejoraron el presupuesto disponible en Castilla-La Mancha, y el proyecto se pudo culminar con éxito. La tercera dificultad era atraer y estabilizar al personal sanitario. Se buscaron diferentes fórmulas y se logró la participación de excelentes profesionales.

¿Cómo valora el impacto del Hospital de Almansa en la comunidad local desde su inauguración?

Creo que ha sido muy positivo. En estos 17 años se ha podido atender a miles de almanseños y vecinos de la comarca, con una gran calidad y humanidad. Se han evitado miles de desplazamientos anuales. Ya en el primer año de funcionamiento se atendieron 63.000 consultas, 30.000 exploraciones radiológicas, 19.000 urgencias, 600 intervenciones quirúrgicas de diferentes especialidades, y casi 1.000 ingresos. El hospital sigue prestando un buen servicio, gracias a sus más de setecientos profesionales. Pero, desde luego, la valoración del impacto la deben hacer los almanseños.

En todo caso, conviene recordar que la sanidad no es algo estático. Tenemos que defender permanentemente la sanidad pública, la atención primaria, la atención a la salud mental y todos los servicios públicos de salud. Debemos cuidar los servicios, apoyar a los profesionales, y procurar la mejora continua de la calidad. Desde la crisis financiera la sanidad pública española sufrió recortes importantes de recursos, que se tradujeron en una sobrecarga de los profesionales, inestabilidad laboral, aumento de las listas de espera y aumento de la derivación a la sanidad privada. Es importante, y urgente, que el gobierno de España, con el apoyo de las Comunidades Autónomas, revierta este proceso con un esfuerzo decidido de recuperación.

hijo adoptivo almansa lamata

¿Qué siente al ser reconocido como Hijo Adoptivo de Almansa por su contribución al desarrollo sanitario de la ciudad?

Gratitud a todo el pueblo, a la corporación municipal, a los grupos políticos, y especialmente a las vecinas y a los vecinos que han promovido este acuerdo. Me siento muy honrado, muy feliz.

Sobre su afición a la literatura, ¿Qué le inspiró a escribir libros de poesía y la novela «Honderos»?

Desde pequeño he leído poesía y también escribo algunas cosas. A mi padre le gustaba mucho la poesía, recitaba con una voz profunda y sonora. También me enseñó a recitar un profesor del colegio cuando tenía diez años. Los libros de poesía surgieron de las felicitaciones de navidad. Solía escribir una felicitación en forma de verso, y, pasados los años, junté los textos en un libro: Poemas de navidad y otros versos y luego vino Intuiciones. El libro Honderos es una novela que surge como herramienta de difusión y sensibilización. Fundamos una Asociación por el acceso justo a los medicamentos, para denunciar el abuso de algunas compañías farmacéuticas que exigen precios exagerados por sus nuevos medicamentos. He escrito textos y artículos sobre el tema, pero se me ocurrió hacer una novela para hacer más comprensible el problema. Honderos hace referencia a la lucha de David contra Goliat. Aquí David son millones de personas vulnerables en el mundo que no pueden comprar las medicinas que necesitan, y mueren, todos los días, sin asistencia. Y Goliat son las grandes corporaciones farmacéuticas y las grandes gestoras de fondos de inversión que se enriquecen injustamente. Luego publiqué otra novela la tumba de Semenejkara, sobre la vida y la muerte, sobre el proceso de envejecer y la eternidad.

Fernando Lamata boda
Día de la boda de Fernando Lamata

¿Cómo compagina tantos intereses?

Ahora, felizmente jubilado, me da tiempo para lo uno y para lo otro. Además, son aportaciones muy modestas.

Me han comentado que tiene una profunda pasión por el Tango ¿De dónde le viene esa vocación? ¿Nos recomienda alguna pieza para que la escuche nuestra audiencia?

Me viene de cuando estuve en Argentina. En los «colectivos» (autobuses), sonaban los tangos de Carlos Gardel. Recomendaría cualquier tango de Gardel. Por ejemplo, Volver, de Carlos Gardel y Alfredo Le Pera.

Pedro Lamata es uno de los nombres más repetidos y conocidos de Almansa, pero no todo el mundo sabrá quién fue: ¿Qué nos podría contar de su padre? ¿Cómo lo recuerda?

No puedo ser objetivo, porque prima el cariño. Un hombre autodidacta, que fue mancebo de farmacia en Almansa, y que, desde muy joven, leía todo lo que encontraba: filosofía, política, sociología, literatura. Tenía una inteligencia privilegiada. Le encantaba el teatro, y algunos pinitos debió hacer de joven. Era un gran orador. También tenía buena pluma y escribió numerosos artículos y varios libros sobre sindicalismo, cooperativismo y política. Desde su humanismo cristiano, creía en que era posible el entendimiento de trabajadores y empresarios, en el pacto social. Pienso que trató de aportar su contribución al desarrollo económico de los trabajadores y al logro de un sistema de producción con mayor participación de los asalariados en la dirección de la empresa, así como de una distribución más justa de la plusvalía.

¿Qué consejo daría a un/a joven que quiere dedicar su vida laboral al sistema sanitario?

Que se prepare bien y que siga estudiando toda su vida. Que trate de hacer bien su trabajo, con sensibilidad hacia la persona que atiende, escuchándola con respeto, para poder ayudar con sus conocimientos y sus habilidades. Que busque crear un buen clima de trabajo con sus compañeras y compañeros. Que comparta su conocimiento con sus alumnos y colegas, y que contribuya al avance científico en la medida de sus posibilidades.

¿Cuándo ha sido realmente feliz tanto en su vida personal como profesional? ¿Podría elegir dos momentos especiales en ambas facetas de su vida?

En mi vida personal, cuando Pepa (mi esposa) me dijo que «sí». Y cuando nacieron mis hijos Lucas y Ana. En mi vida profesional, dos etapas muy bonitas fueron la que viví como director de la Escuela Nacional de Sanidad, y cuando desempeñé el puesto de Consejero de Sanidad de Castilla-La Mancha. Esta fue una etapa muy especial, muy intensa, de madurez y de compromiso.

Le agradezco muchísimo tanto su tiempo para nuestro periódico y nuestros lectores y lectoras, como, por supuesto, (como almanseño que soy) por su impagable trabajo a la hora de conseguir la joya de Hospital que tenemos en beneficio de toda la comarca. Enhorabuena por ese merecidísimo reconocimiento como Hijo Adoptivo de Almansa.
 

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