En la calle de Los Reyes viven tres entrañables abuelitos. Los tres superan con creces los 90 años de edad, y uno de sus entretenimientos favoritos pasa por juntarse durante las mañanas para charlar distendidamente sobre la vida. A su edad, todos llevan bastón y tienen dificultades para andar o mantenerse de pie. De esta forma, para poder disfrutar de su coloquio, han conseguido que el Ayuntamiento instale un banco en la puerta trasera del colegio Príncipe de Asturias. Esta es la historia del banco de los «casi 300». Fotos de José Raúl Tomás. Gracias por tu amabilidad a la hora de sacar las instantáneas.
Abuelo emprendedor
En la fotografía podemos ver sentado a la derecha (con pantalón beige) a José Huerta Ruano; en el centro a Enrique Navarro; y a la izquierda, Valero González. Todos son vecinos de la Calle de Los Reyes, del final, colindando con el CEIP Príncipe de Asturias (para ellos, el antiguo callejón «del corralón»).
El banco fue solicitado por Huerta Ruano, ya que él y sus vecinos no tienen mucha facilidad para salir a pasear y llegar a los bancos más cercanos (parque «Mirando al tren»). El Ayuntamiento respondió a su demanda y ha instalado el banco en la acera ancha del colegio. Nati Sáez, nieta de José Huerta, comenta: «Desde joven mi abuelo fue emprendedor, y ahí sigue, con su gran iniciativa».
El banco de los 286 años
El banco «de los 286 años» (94 + 96 + 96) está lleno de historias y recuerdos de nuestro pueblo. José Huerta nació en 1925. Enrique Navarro en 1926. Valero González en 1928. Una Guerra Civil, otra Mundial, el inicio y el final de una dictadura, la llegada de la digitalización, una pandemia global, ocho papas, tres reyes, la creación de la Unión Europea o la coronación de la Virgen de Belén. Todos estos hechos los han vivido y visto con sus propios ojos. Sus recuerdos esperan pacientemente para ser transmitidos a otras generaciones.
La importancia de un banco
Esta es la historia de la importancia de un banco, un elemento en apariencia sencillo pero que, a su vez, es capaz de generar tanto. Con su instalación, se ha conseguido crear un espacio de intercambio y socialización para tres personas mayores que, con sus testimonios y recuerdos, pueden narrar la historia del último centenario de nuestra ciudad.
José, Enrique y Valero son el fiel reflejo del valor de nuestros mayores: pacientes, constantes y sabios. En líneas generales, la generación pasada a la que le debemos nuestro bienestar presente.