Durante las largas semanas de cuarentena que vivimos los primeros seis meses del año a causa del Covid-19, los agricultores ayudaron a desinfectar las calles de Almansa. Dista mucho la imagen que la sociedad recibía de estos profesionales del sector primario cuando se manifestaban contra las malas condiciones que presentaba el mundo del campo. La Tinta de Almansa te cuenta cómo los agricultores pasaron de ser manifestantes furiosos a héroes sin capa. 

Exigencias de la huelga de los agricultores de 2019

Principios de 2019, los agricultores manifestaron su descontento con los precios que presentaban los productos en primera y última instancia. Una cifra muy alejada a sus peticiones, ya que no percibían el suficiente dinero como para mantener sus empresas. Las cuales, con el paso del tiempo, se están viendo superadas por los nuevos modelos económicos. El sector primario, fundamental para la economía española, no ve defendidos sus intereses por los representantes políticos. Además, ven como los diferentes intermediarios del mercado de la fruta, legumbres y hortalizas pueden rentabilizar su tráfico a unos porcentajes mucho más altos. En líneas generales, según los agricultores, los costes de producción no estaban para nada equilibrados con los precios de venta definitivos en el mercado minorista.

Con este escenario, se convocan multitudinarias manifestaciones por todo el país. Las imágenes que esta huelga dejó en la sociedad fueron tremendas: carreteras cortadas, cientos de toneladas de alimentos tirados a la basura por los propios agricultores y cargas de la policía nacional contra los mismos. La prensa nacional, movida por intereses políticos, se ocupó de mostrar una imagen distorsionada de la huelga de agricultores. Los partidos políticos intentaban adjudicarse como suyas las exigencias de los manifestantes. Sea como fuere, los trabajadores y terratenientes se habían convertido en tema importante para la opinión pública. Definitivamente, no hubo acción transformadora ni por unos partidos ni por otros, nadie hizo nada por los agricultores. 

Los agricultores desinfectan las calles de Almansa y de España

Pasaron las semanas y llegó la crisis del coronavirus con su correspondiente cuarentena y estado de alarma. En estos días, toda la población se quedó recluida en casa, esperando la señal definitiva del gobierno para poder circular con libertad por las calles. El número de infectados y fallecidos se incrementaba cada día más y se pusieron en acción un paquete de medidas sanitarias. Todo el país se movilizó con los profesionales sanitarios y empezaron a brotar cientos de gestos solidarios.

Uno de estos gestos desinteresados fue el de los agricultores, todos aquellos camperos que utilizaban un tractor para sus actividades rurales se pusieron a servicio de la ciudadanía y siguiendo las instrucciones sanitarias, policiales y políticas se dispusieron a desinfectar las calles de Almansa. Esta misma historia se repitió por todo el país. Los mismos profesionales que fueron dispersados por los antidisturbios ahora trabajaban codo con codo con el dispositivo policial para ofrecer una ciudad más segura. De esta forma, su imagen pública mejoró hasta considerarlos “héroes”, pero sus reivindicaciones se perdieron en el tsunami de información provocado por el Covid-19.

¿Qué piden los agricultores?

Tras el paso de la tormenta del coronavirus, más de 700 organizaciones de todo el Estado siguen exigiendo al Gobierno la toma de medidas en consideración de los impactos de la crisis de la COVID-19 en la producción agroalimentaria. Entre sus peticiones destacan cuatro puntos que La Tinta de Almansa expone a continuación.

La primera y más urgente necesidad para los agricultores es que las competencias pertinentes den respuesta y reduzcan los daños que la crisis del Covid-19 mediante medidas las económicas y fiscales adecuadas.

Una de las acciones que propone el colectivo es que desde la institución pública se desarrolle la compra de alimentos a la producción local y/o nacional para abastecer hospitales, comedores sociales, centros de mayores… De esta forma, la economía del campo se sustenta sin perder su importancia social.

También exigen que se reconozca la producción a pequeña escala y los espacios de autoabastecimiento como parte fundamental y esencial para la evolución del sector primario y de las comunidades autónomas.

Como último punto principal, los agricultores quieren que se consiga una mejor coordinación entre administraciones públicas (estatales, autonómicas y locales) para evitar la confusión en la opinión pública y en el mercado. De esta forma también se podrían aplicar medidas de forma homogénea y eficaz.

Agricultores, esenciales para la economía y la sociedad

La importancia económica de la agricultura para España es tremenda. Con un sector secundario prácticamente desmantelado, el sector primario se alza como única baza para asegurar empleos a corto y largo plazo. Nuestra geografía y clima nos permite ser un auténtico vergel, dónde se puede producir cualquier tipo de producto natural. Además, la producción agraria tiene una estrecha relación con la tan admirada dieta mediterránea cuya exportación acarrea grandes beneficios para el país.

Echando la vista atrás, podemos ver que los almanseños que edificaron nuestra ciudad fueron en su mayoría trabajadores del campo. Por lo que deberíamos estar agradecidos a lo que la tierra nos ha dado y seguir potenciando su actividad económica y productiva. Buen ejemplo para comprender la importancia de apoyar la agricultura es el caso de la Almansa de Extremadura. No tendría que ser necesario que los agricultores tomen las calles otra vez, ni para desinfectarlas ni para manifestarse, para concederles la importancia que tienen como sector primario. Veremos cómo se desarrolla esta crisis y cuál es la situación que hereda al campo. Esperemos que no se olvide que fueron los agricultores quiénes ayudaron a desinfectar las calles de Almansa.