El latido de la Navidad lo marca una botella de anís

El encuentro de aguilanderos supera las dos décadas
El encuentro de aguilanderos supera las dos décadas

Almansa volverá a amanecer con música el próximo 21 de diciembre, domingo, cuando las voces y los pasos de Coros y Danzas Castillo de Almansa recorran buena parte de la ciudad. Desde las calles más céntricas y cargadas de historia hasta las más vecinales del barrio de San Isidro, el grupo desplegará una tradición que lleva más de dos décadas sembrando espíritu navideño y preservando la memoria cultural de nuestros mayores. Tuvimos el honor de asistir a uno de los ensayos de este 2025 –al resguardo del acogedor Teatro Principal– y podemos asegurar que el grupo guarda muy buena salud, y para muestra de ello, la fotografía que acompaña al reportaje: jóvenes que debutan por primera vez como aguilanderas junto a veteranas que guardan en sus manos y gargantas décadas de vivencias junto a un laúd.

Entre todos ellos destaca, cómo no, la queridísima Anita, que a sus geniales 86 años continúa marcando el ritmo con su botella de anís, como si cada golpe fuese un latido más de la Navidad almanseña. A veces con esfuerzo, pero siempre con ilusión, sigue acudiendo
a los ensayos , denotando que el tiempo no ha deteriorado su encanto natural. Cariñosa, risueña… eterna: para muchos, el alma silenciosa y brillante de esta agrupación de humildes pero guerrilleros artistas, curtidos en mil y una ocasiones para disfrute de la vecindad.

El encuentro conserva intacto su carácter popular. Es maravilloso comprobar cómo funciona esta jornada: sin grandes instituciones organizando, sin dispositivos de seguridad, ni si quiera con una campaña de comunicación arrolladora; pero siempre con éxito asegurado. Todo comienza con un gesto tan sencillo como hermoso, los propios vecinos invitan al grupo a sus calles y se organizan para ofrecerles un buen almuerzo a cambio de villancicos y bailes que llenan de alegría sus esquinas.

Ensayo Coros y Danzas Castillo de Almansa
Ensayo Coros y Danzas Castillo de Almansa

Así, la convivencia se convierte en tradición; y la tradición, en celebración compartida. No hay focos ni escenarios con pirotecnia y audiovisuales: solo la gente, las ganas y ese espíritu navideño que se contagia sin remedio cuando la rondalla empieza a percutir las cuerdas. Pero no por ser una expresión popular generada a través de la colaboración vecinal hablamos de un espectáculo de baja estofa, todo lo contrario: detrás de esta espontaneidad hay un trabajo meticuloso. Bajo las bambalinas del Principal, las maestras de baile corrigen
pasos con cariño y firmeza, y las canciones se repiten una y otra vez hasta alcanzar la armonía que caracteriza al grupo. A su alrededor, los músicos continúan trazando con sus instrumentos los acordes que nos devuelven a nuestras raíces más valiosas. Con un brazo en jarra y una pose firme para proyectar bien la voz, la cantante comienza a recitar aquellas coplillas que tanto alegran el corazón: «Para bailar manche
gas se necesita…».

El encuentro es, en definitiva, una ocasión perfecta para acercarse a Coros y Danzas «Castillo de Almansa», un colectivo que aúna los valores que deberían primar en todo movimiento cultural: inclusivo, intergeneracional, preservador de nuestra herencia y generador de comunidad. Así es como con esfuerzo, cariño y una autoorganización ejemplar, se mantiene viva la llama de lo que somos. El grupo anima a salir a las calles el 21 de diciembre o incluso a invitarles a otros barrios, para que la música siga extendiéndose y tejiendo comunidad.

Porque pocas cosas hay más valiosas, memorables y nuestras que un villancico compartido, un baile con quienes nos precedieron y un chocolate caliente a las puertas de los días más entrañables del año.

La Revistica | Publicado en el Nº002, página 10
La Revistica | Publicado en el Nº002, página 10