Él es Victoriano Atienza, aunque en Almansa le llaman Víctor. Nacido en el 73, recuerda que empezó en el mundo laboral vendiendo periódicos con su padre, en un quiosco del centro. No tendría ni 10 cuando, con sus pequeñas manitas, ya aportaba todo lo posible a la familia. Hoy, dirige su propia empresa. Es él quien puede dar empleo a su hija. Pero, a pesar de los triunfos, hasta hace bien poco no había logrado convertirse en el verdadero dueño de su destino. Esta es la historia de un hombre que decidió cambiar su condena de muerte por una vida en plenitud.
Nuestro protagonista llega algo tarde a la quedada que determinamos con Ventura Rico, presidente de la Asociación Alcohólicos Rehabilitados y Familiares de Almansa (Aarfal), y lo primero que espeta al verme –tras las pertinentes disculpas– es: «Estoy siempre trabajando, ahora sí que aprovecho el tiempo; antes lo tiraba calentando la silla del bar». Con esa convicción y con dos vasos de agua fresca, comenzamos la entrevista en las entrañas del Centro de Asociaciones de Almansa.
Víctor cuenta con naturalidad que su consumo comenzó a los 15 años, influenciado por la frenética «ruta del bacalao» de los 90, una moda funesta, que se llevó por delante a de cenas de vecinos y vecinas, ya fuera por la adicción o por accidentes en carretera. Para nuestro entrevistado, ése fue el inicio. Sucedió poco a poco y, casi sin notarlo, cayó en la enfermedad del alcoholismo.
Aunque nunca fue de aquellos que madrugaban para «desayunar el carajillo y el chupito», su patrón de consumo era destructivo: «Por las tardes me liaba y perdía la noción del tiempo, terminaba toda la noche en el bar», explica, reflejando un ciclo agotador de recaídas, donde lograba dar «dos pasos adelante para dar tres hacia atrás».
Reconocer el problema no fue el obstáculo; la dificultad radicaba en sostener el cambio por sus propios medios. «Yo siempre he querido dejarlo», asegura, mencionando intentos que nada tienen que ver a su situación actual de sobriedad. Entonces, su consumo afectaba gravemente su vida familiar, y sin duda, son su familia e hijos lo más importante de su vida. De esta manera llegó la decisión final, el momento en que dijo «hasta aquí». Tenía que recuperar el orgullo de los suyos y de sí mismo… por eso acudió a recibir ayuda en la asociación.
De la cuna al uniforme
Aunque Víctor ya había oído hablar de Aarfal, su primer día en el grupo de ayuda fue decisivo. «Fue un poco extraño al principio», describe, pero el miedo se disipó cuando se encontró con caras conocidas, lo que le hizo sentirse arropado y ,con la certeza de que «aquí, nadie juzga a nadie». Desde ese momento, Víctor ha mantenido una constancia inquebrantable al asistir a las terapias cada martes y jueves. Va por su tercer mes en Aarfal y, en sus propias palabras: «Son los más felices de mi vida». En la asociación se siente «motivado, orgulloso», y subraya que es «como una gran familia».

La recuperación, asegura, ha sido «sorprendentemente sencilla» gracias a este entorno. Para muestra, una anécdota: el otro día rechazó el tiramisú en un menú porque llevaba alcohol, y optó por la piña (aunque reconoce entre risas que «estaba tiesa»). ¿La clave de Víctor para lograr esta evolución? No pensar en el consumo y apoyarse en su grupo de Aarfal. Ellos le han hecho tener muy claro que el alcohol era un «lastre» para su vida: ahora su mente está «limpia y despejada» para disfrutar de lo verdaderamente importante.
En este momento, le pregunto por su familia. Al instante, noto el nudo en la garganta. Víctor emite un profundo suspiro y, a pesar del esfuerzo que hace por evitarlo, unas lágrimas se asoman bajo sus ojos. No hacen falta palabras para describir el amor de Víctor por su familia. El amor de una persona enferma que no ha sido abandonada por sus seres queridos; todo lo contrario: han luchado por él. Y ahora, él luchará por ellos.
«Su familia está encantada de la vida», afirma Ventura, echando un capote a su compañero. El terapeuta comenta con orgullo que la relación con su hija, que asiste cuando puede a la terapia familiar de Aarfal, ha mejorado de manera radical: está orgullosa de su padre y trabajan codo con codo, con una sintonía cómplice. Por no hablar de los abuelos: «Ahora entro a casa, y beso a mis padres, les pregunto cómo están, puedo disfrutar de ellos».
Son esas razones y muchas más las que hacen que Víctor lance un mensaje claro, directo y sentido a los afectados por el alcohol: «El consumo no te lleva a buen puerto, porque es que no te lleva a ningún puerto. Si esta entrevista sirve para ayudar a alguien, habrá merecido la pena hacerla y contar mi historia públicamente».
Aarfal ofrece un sistema integral de apoyo para la recuperación. La base del servicio es la terapia, que se lleva a cabo dos días a la semana: martes y jueves. Mientras, el usuario es acompañado por atención psicológica y por el apoyo constante de compañeros a través del grupo de WhatsApp y por teléfono.
La asociación también fomenta la creación de nuevos hábitos sociales sanos y el desarrollo de correctas terapias conductuales. Aarfal dispone de un grupo de familiares y enfatiza que son ellos quienes deben acudir a la asociación para informarse. Con la conmemoración de fechas como el Día Sin Alcohol, esta asociación muestra su trabajo al mundo, visibilizando una enfermedad y añadiendo un rayo de esperanza en mitad de la tormenta.

Actos de Aarfal, día a día
S15 I Lectura de manifiesto. E iluminación del Templete, a las 20:00
J20 I Charla. A las 20:00, en el centro de asociaciones: «Cómo vimos la asociación cuando entramos y dónde estamos». Con los socios Antonio López, Avelino Contreras, Máximo Martínez y Vicente García.
D23 I Jornada regional sobre adicciones. Centro de Innovación Aniceto Coloma. Inauguración a las 10:00 con Cristian Ibáñez, concejal de Servicios Sociales; Ventura Rico, presidente de Aarfal, y Emilio Belmar, de Farfacam (Federación CLM). A las 10:15, «Dudas para salir del pozo» con Javier Esquembre, médico de familia. A las 11:15, «Vivencias» con Víctor Atienza y José David Navalón (enfermos), y Mari Ángeles Sánchez, madre de enfermo. 12:00: «El poder de un nuevo comienzo» con José Antonio Gil, trabajador social (Casa del Alfarero). A las 13:00, clausura con Pilar Callado, alcaldesa de Almansa, y representante de Caarfe (Conf. nacional). Coordinación del evento por Rosa Jimenez, psicóloga de Aarfal.



