Hace mucho, mucho tiempo en una galaxia muy lejana…
Pues sí, cuando los más jóvenes lean esto les parecerá una película de ciencia ficción. Y más todavía cuando se lo cuenten a nuestros hijos, aunque ahora que lo pienso es posible que, para entonces, la música (y me refiero a lo que yo considero música de verdad: el rock) haya dejado de existir.
¡Me refiero en nuestro pueblo claro! Porque aunque el reggaetón (por nombrar al cabecilla de la «revolución») está haciendo estragos a nivel mundial, lo que realmente me preocupa es la situación del Rock and Roll a la sombra del Castillo, como a mí me gusta decir.
Desde la Hollywood hasta La Cabaña y el Código
Para empezar con esto voy a marcar un hipotético inicio, por que ya hubo cosillas antes, y para ello os recomiendo ver unos programas que, bajo el nombre, «Cuando fuimos modernos» ha emitido recientemente la televisión local. Y es que, desde aquellos tiempos en los que -según nos cuentan-, la discoteca Hollywood era parada casi obligatoria para cualquier grupo de los que estaban en la cresta a nivel nacional (alguno que otro internacional también cayó por aquí), la actividad musical en Almansa ha ido bajando a niveles brutales hasta llegar al punto de prácticamente desaparecer.
Pocos, muy pocos, son los conciertos de los que hemos podido disfrutar en Almansa en los últimos años. Y dando gracias a que todavía quedan un par de pubs o garitos, como a mí me gusta decir, que todavía creen en la música en directo y apuestan por ello. Así que sin más voy a dar las gracias a Código de Barras y La Cabaña del Tío Rock por invertir su tiempo y arriesgar su pasta para que unos cuantos sigamos teniendo de vez en cuando algo sin lo que no sabemos, ni podemos, ni queremos vivir.
Bueno, aún así, por mucho que desde algún sitio parece que estén intentando erradicar esta «plaga» es constante el flujo de nuevos músicos y grupos que siguen apareciendo en Almansa y que en sus locales de ensayo siguen metiendo caña para que la llama no se apague. Quizás, algún día, puedan volver a llenar el campo de fútbol de su pueblo en solitario o en algún pequeño festival… (lo dejo caer para ver si el Ayuntamiento se da por aludido).
Una nave de irreductibles almanseños
Y hablando de locales de ensayo, voy a nombrar también a alguien y para hacerlo voy a empezar con una frase similar a la que encabeza este pequeño artículo.
«Queridos amiguitos, en este pueblo todo está bajo control.
¿Todo…? ¡¡¡No!!!
Una nave repleta de irreductibles almanseños resiste ahora y siempre al invasor con una poción mágica que los hace invencibles…
¡¡¡El rock and roll!!!»
Pues sí, esto existe. Una pequeña nave en el polígono con varias salas de ensayo y un gran espacio para hacer conciertos. Se hacen llamar KRAL (Kolectivo Rockero Almanseño) y son unos cientos de soñadores que juntos luchan por no perder esto que aquí reivindico. Y es que, desde esa pequeña nave, sin ningún tipo de ayuda económica y con más de una zancadilla sufrida, intentan continuamente y sin ningún tipo de beneficio luchar, guitarra y baquetas en mano, para que nunca pare el rock.
El objetivo es recuperar la música en directo
Así que ahora solo me queda decir que, aunque con la situación que vivimos sabemos que no se pueden hacer grandes cosas, el mundo del espectáculo ofrece soluciones para no quedarnos sin nada. Que aunque confinados y repartidos somos muchos, que el final de nuestro sueño es el mismo y que no nos detendremos hasta conseguirlo: la música en directo.
Y no es algo que pidamos, ya que somos los suficientes como para exigirlo. Como decía una canción de uno de los grupos insignia de aquí, de nuestro pueblo, hasta que no lo consigamos los que no nos lo ponen fácil no dejaran de preguntarse: ¡¡¿De dónde viene ese ruido?!!
En definitiva: The show must go on.