Antonio Olaya Ruano es el pregonero de la Semana Santa 2024 de Almansa. Tras los nervios naturales que él mismo reconoce haber pasado tras recibir la noticia, el pasado jueves 14 de marzo, en el convento de los Padres Franciscanos, Antonio pudo hacer lectura de un pregón que contenía la misma pasión y convicción que él mismo demuestra con el ejemplo y testimonio de su propia fe. Acompañado de la Unión Coral de Almansa, el acto también sirvió para presentar el cartel anunciador de esta Semana Santa en Almansa.
En esta entrega de «Semblanzas de Almansa», nuestro colaborador Cyrano de Bergerac entrevista a Olaya Ruano en una conversación cargada de sentimiento y amor por el mensaje del evangelio. Con esta entrevista se conoce la trayectoria de un cristiano íntegro, que considera y remarca algo importante para todos los creyentes que comparten fe con él: «Dios está presente, no nos abandona. Actúa siempre y lo hace a nuestro lado en las situaciones dolorosas, de fracaso, y de muerte».
¿De dónde eres, Antonio? ¿Dónde vives actualmente?
Nací en Almansa el 30 de junio de 1953; por motivos laborales marché a Madrid con 17 años. He vivido en varias ciudades y, desde hace 23 años, en La Roda.
Estás ya jubilado, ¿cuál ha sido tu profesión?
Sí, desde el 1 de julio de 2016 estoy jubilado. He trabajado como empleado de banca.
¿Recuerdas en tu etapa de estudios a algún profesor en particular? ¿Por qué razón?
Recuerdo a D. José Luis Cantero, que me dio clases cuando tenía 10 años. Él me preparó para el ingreso del bachiller laboral, en el colegio Episcopal Corazón de Jesús. Me enseñó a tocar la guitarra y, como se me daba bien, me incluyó en la tuna del colegio, que él mismo dirigía. La mayoría de los tunos eran mayores que yo, tenían entre 14 y 15 años. Recuerdo a Gabriel, Gaspar, Sanosa, Gascón, Copérnico, “el del 95”, Romanín, los hermanos Quílez…y algunos más jóvenes: Pascual Véliz, Enrique Navalón y los hermanos Sánchez Carpena. Yo siempre he nombrado a mi profesor como D. José Luis el de Mancebo, ya que se casó con la hija de Mancebo, el que tenía la tienda en la calle San Francisco.
¿Cómo descubriste la importancia de la religión en tu vida?
Siempre he sido practicante, pero fue en Alcaraz donde se me encendió la luz, y con mi esposa y ayudados por el párroco D. José Cuerda Garví (ya fallecido), empezamos a vivirla más intensamente y colaborar con él. Es curioso que, si te acercas y te metes de lleno, más tiempo estás y más tiempo le dedicas. Si por el contrario te alejas y te vas despistando, puedes llegar incluso hasta prescindir de ella. Una pena.
Tienes otros compromisos como católico practicante, ¿nos los puedes enumerar?
En Alcaraz comenzamos mi esposa y yo a ser catequistas de Confirmación, y ayudábamos en los cursillos prematrimoniales que se daban. Esto mismo en La Roda durante 20 años lo hemos seguido haciendo. He formado parte en varias ocasiones del Consejo de Economía, Liturgia y Pastoral. Desde el año 2000 que fundé el Coro Parroquial “Paz y Bien” soy su director. Desde el año 2013 hasta el 2020 en la Residencia de Ancianos Virgen de los Remedios, que regentaban las Hermanas Salesianas de Madre Piedad de La Cruz, creé un coro de ancianos y lo pasábamos en grande todos, ancianos, religiosos y voluntarios.
Te hemos visto como porteador de la Bandera de la Asociación Ntra. Sra. de Belén, ¿qué significa para ti ese cargo? También acompañas con la guitarra en el Santuario, ¿cómo descubriste esa faceta musical y a qué te obliga?
Efectivamente, en el año 2014 me nombraron abanderado de la Asociación Ntra. Sra. de Belén. Es para mí un orgullo y agradezco ese nombramiento, pues los vínculos con la Virgen de Belén en la familia vienen desde hace muchos años, ya que mi bisabuelo materno, Manuel Ruano, fue el Primer Presidente de la Sociedad de Pastores en el 1800 y pico. Mi hermano Pepe ha sido vicepresidente de la Asociación Ntra. Sra. de Belén; en resumen, la familia siempre ha estado unida a esta advocación mariana.
Como he comentado anteriormente, mis inicios musicales fueron en la tuna del Colegio Episcopal. También de adolescente formé parte de varios grupos musicales de la época, entre 1966 y 1970. En los 90 cambié de estilo y me dediqué a la música folk, alternando con la religiosa, pues, según San Agustín, quien canta y ora, ora dos veces.
¿Qué es para ti la Semana Santa? Creo que tu hermano Primitivo perteneció a una Cofradía de Almansa.
Es la semana más importante del año; la semana grande, pues en ella conmemoramos la pasión, muerte y resurrección de Jesús. Efectivamente, mi hermano Primitivo (ya fallecido), a finales de la década de los 50 fue uno de los responsables de la Cofradía de la Dolorosa, de la que formaban parte alumnos, profesores y exalumnos del Colegio Episcopal. Ésta fue la primera cofradía a la que pertenecí, siendo niño.
Sabemos que eres cofrade en La Roda, tu lugar habitual de residencia, ¿háblanos de esa cofradía?
La Hermandad Penitencial de Jesús Coronado de Espinas se fundó hace 12 años y actualmente cuenta con 276 hermanos de distintas edades. La imagen es Jesús Coronado de Espinas; se encuentra en nuestra ermita, también contamos con la imagen de Nuestra Señora de la Merced y Madre de la Misericordia, en la iglesia de El Salvador. Desde sus inicios, la Hermandad no sólo ha procesionado en Semana Santa sino que a lo largo del año realiza diversas actividades y colabora muy estrechamente con las parroquias locales: en las campañas de cristianos perseguidos, misiones, conciertos religiosos, triduos a la Virgen del Carmen, San Francisco, Cristo Rey, retiros espirituales, convecciones… y peregrinaciones a lugares como: Polonia, Fátima, Roma y Tierra Santa. También colabora actualmente con Cáritas en las distintas campañas de recogida de juguetes, ropa, calzado y alimentos; sin olvidar también acciones puntuales con la Diócesis. En los actos de Navidad ayuda a su preparación y desarrollo.
¿Puedes describirnos tus sentimientos de cofrade al desfilar en silencio, oyendo la música que acompaña y viendo las caras de la gente que asiste y contempla las procesiones?
Los sentimientos son muy grandes y fuertes. Dentro de la iglesia, antes de dar comienzo la procesión, las palabras y oración que nos dirige nuestro Hermano Mayor Juan Miguel o el Vicehermano Mayor, el Acólito Francisco, ya te ponen en situación. Cuando mis hermanos costaleros sacan la imagen de Jesús Coronado de Espinas de la iglesia, por las escaleras, es impresionante, oyendo a su vez las notas musicales de “La muerte no es el final” acompañado de nuestros tambores, y cantando la canción todos los que podemos, a pesar del nudo que se pone en la garganta por la emoción sentida. El respeto y la devoción que muestran las personas que ven nuestra imagen cuando pasamos por su lado, las caras de asombro, de admiración y el silencio, es algo sobrecogedor. A lo largo de la procesión, cuando ya llevas más de 2 horas, el dolor de espalda y riñones aumenta, pero pienso que los costaleros aún irán peor, aunque no se puede comparar con lo que sufriría Jesús llevando su cruz. Casi al final de la misma, cuando en el último tramo, que es una cuesta parecida a la del calvario, nuestro Vicehermano Mayor Benito ordena que entren al relevo los costaleros más fuertes, ves sus caras de agotamiento, y nosotros los tambores, con las manos hechas polvo de redoblar, sacamos fuerzas de flaqueza para concluir la procesión.
¿No te parece que quizás tengamos una imagen algo triste de la Semana Santa, fijándonos en el Calvario, los pasos de la Semana Santa, los Viacrucis y la Crucifixión de Jesús, y no acabamos de descubrir su sentido completo de que la Resurrección es el final de la Semana Santa? ¿De que Cristo ha vencido a la muerte y nos espera triunfante al final de nuestra vida?
Si todo quedase así, sería muy triste lo que creemos, pero sabemos que Dios hace posible lo imposible, y que de la cruz su Hijo saldrá victorioso. La vida de Jesús sin su resurrección no tendría sentido, nuestra fe carecería de fundamento. Dios tiene que actuar, y lo hace a nuestro lado en las situaciones dolorosas, de fracaso, y de muerte. Está presente, no nos abandona.
¿Qué sientes al haber sido elegido como Pregonero de la Semana Santa de tu pueblo?
Una vez despejados los miedos, un orgullo, y estoy eternamente agradecido por la oportunidad que me han dado para expresar mi fe, y animo a todos, porque cualquier día se puede encender la luz de nuestra alma.
Di unas palabras a quienes quieren compartir tus sentimientos y vivencias de una Semana Santa, participando en los actos de cultos de la Iglesia Católica y asistiendo a tu Pregón y/o a los desfiles procesionales.
Que tengan en cuenta que nos encontramos en la semana más importante de los cristianos, que la vivan con alegría, respeto y devoción, y si pueden y quieren, que hagan el siguiente compromiso: “tratar siempre de hacer felices a los que tenemos a nuestro alrededor”.
Muchas gracias, Antonio, por tu compromiso con todos los actos litúrgicos en tu parroquia de La Roda y en la Sociedad de la Virgen de Almansa. Y enhorabuena por haber sido designado como Pregonero de la Semana Santa de Almansa. Acudiremos a escucharte.