La enfermedades cerebrovasculares (en la imagen superior), los trastornos mentales orgánicos –seniles y preseniles- o el Alzheimer. Estas fueron las causas de mortalidad en Almansa con las tasas más altas en el periodo 2003-2014. Aunque la distribución por el territorio regional es desigual, las enfermedades cerebrovasculares y el Alzheimer se encuentran también entre las enfermedades con mayor mortalidad en Castilla-La Mancha.
Esta es una de las conclusiones que se recoge en el ‘Atlas de Mortalidad en Castilla-La Mancha (2003-2014)’, un exhaustivo estudio llevado a cabo por investigadores de la Universidad de Castilla-La Mancha (UCLM) acerca de las causas de los fallecimientos registrados en la región por municipios. El informe ha sido publicado por la editorial Bomarzo de Albacete y también existe una versión digital del mismo, disponible en la dirección atlasmortalidad.uclm.es
El trabajo, que arrancó en el año 2015, está coordinado por el profesor Virgilio Gómez Rubio y el investigador postdoctoral Francisco Palmí Perales, ambos del grupo de investigación Diseño óptimo de experimentos de la UCLM y del grupo Valencia Bayesian Research group (VABAR), de la Universitat de València.
29 causas analizadas
Se trata de un estudio pionero que analiza 29 causas de mortalidad a nivel municipal. «Ya se habían elaborado atlas de mortalidad a nivel nacional, pero este es el único que pone el foco en Castilla-La Mancha y aporta datos por municipios comparando el promedio de fallecimientos con la media castellanomanchega y no con la media española. Esta es la gran novedad», explica Gómez Rubio a La Tinta de Almansa.
La utilidad principal del atlas es que «permite detectar diferencias entre municipios, algo muy valioso, pues Castilla-La Mancha tiene una población muy dispersa, y en los atlas nacionales los patrones en municipios pequeños aparecían muy difuminados».
A las ya mencionadas como las enfermedades con mayor mortalidad en la región hay que sumar las isquémicas de corazón; los principales tumores, como el cáncer de pulmón o el de mama; y la diabetes mellitus. No obstante, el investigador puntualiza que, por ejemplo, no se tienen en cuenta otras enfermedades «menores» como la gripe.
Otra de las posibilidades que ofrece este atlas es mirar cómo ha sido la tendencia en el tiempo en el periodo 2003-2014. Por ejemplo, en el caso de las enfermedades isquémicas (infartos del corazón) ha sido a la baja. «Creemos que esto puede darse porque se han mejorado los tratamientos en general y se creó una unidad específica de ictus en Albacete», comenta Gómez Rudio, y prosigue: «Mi impresión es que cuando la tendencia es a la baja, es porque se previenen mejor los factores de riesgo o mejoran los tratamientos».
El Alzheimer en Almansa, ¿un problema?
Encontramos, por ejemplo, que la prevalencia del Alzheimer es cada vez más alta en Castilla-La Mancha. En Almansa, la probabilidad de riesgo es alta. También lo es en Caudete, Montealegre, Bonete, Albacete y Hellín. «Un compañero de un atlas que se hizo a nivel nacional se dio cuenta de que había municipios con un alto riesgo de mortalidad por Alzheimer y era porque había un mayor número de residencias de ancianos», explica.
Así mismo, Gómez aclara que «este tipo de estudios está bien para realizar hipótesis (pero son sólo eso, hipótesis). En este caso, una alta tasa de Alzheimer puede significar algo malo o bueno porque quizá significa que allí se vive más tiempo o que la calidad de vida es mejor». Y lo mismo sucedería con los trastornos mentales orgánicos, seniles y preseniles, que muestran una prevalencia alta en Almansa.
¿Por qué varían tanto las causas de mortalidad entre un municipio y otro?
Es interesante analizar la cifra por municipios, pues las mismas enfermedades o patologías pueden ser similares en una zona de la provincia, o todo lo contrario: pueden variar de forma significativa. Por ejemplo, en Albacete, Tobarra o Hellín el riesgo por asma y otras enfermedades relacionadas es también alto, pero no en Almansa. ¿Por qué pueden variar tanto estas causas entre municipios vecinos?
«Por distintos motivos. Por ejemplo, si en esa zona existe una empresa con muchos trabajadores expuestos a una serie de factores de riesgo, como productos químicos, esto podría fomentar la aparición de cánceres. Las diferencias entre unos municipios y otros también tienen que ver los hábitos alimenticios, si existe un porcentaje alto de fumadores, etcétera. No tiene porque tratarse de un único factor, pueden ser varios», comenta.
Una de las principales utilidades de este atlas será, precisamente, «analizar estos datos para detectar riesgos en sectores de municipios y buscar factores comunes», avanza Gómez Rubio. El trabajo incorpora de manera sucinta varios mapas que muestran valores socioeconómicos por municipios, como el nivel de renta, ocupación, paro, número de autónomos, etcétera. En un futuro, pretenden comparar esa información con la prevalencia de las enfermedades para ver si puede establecerse una relación directa. «Lo que sí hemos observado es que cuando el nivel económico es bajo, hay un mayor porcentaje de hombres que fuman. En cambio, si el nivel es alto, aumenta el número de mujeres fumadoras».
¿Para qué servirá el Atlas de la mortalidad en Castilla-La Mancha por municipios?
Las utilidades de este atlas son varias. «A nivel de gestión puede resultar interesante para el SESCAM y las autoridades políticas y sanitarias, de cara al futuro. La prevalencia de enfermedades y la tendencia en el tiempo es vital en este sentido. Si ahora se mueren más personas de una enfermedad ‘A’ necesitaremos dedicar más dinero para investigarla o mejorar los servicios de asistencia en ese sentido».
Gómez informa que ha establecido contacto con investigadores de la facultad de Medicina de la Universidad de Castilla-La Mancha y van a intentar que aporten ese «valor añadido». Al final, «esto es un análisis estadístico, tiene ciertas limitaciones en el momento de ir más allá. Se necesita bibliografía médica para ello».