Magdalena Gabaldón Núñez ha sido reconocida por su labor en el ámbito del comercio local en el tradicional Acto Homenaje a 8 Mujeres de Almansa realizado por la asociación local Mujeres en Igualdad en lo que ha sido su XIX Edición. Presentada por Tania Andicoberry y dirigida por Margarita Sánchez, en el Teatro Regio de Almansa, recinto que presentó una imagen de lleno en patio de butacas. Un año más, la emoción tomó los corazones de los presentes para honrar la trayectoria de mujeres ejemplares para toda la ciudad en diferente ámbitos.
Magdalena Gabaldón Núñez, mujer emprendedora, trabajadora, cercana, decidida y sobretodo valiente
Magdalena nació en Almansa el 28 de marzo de 1961, hija de Anita y Paco. Cuando ella tenía 4 años, nació su hermana Chelo. Su escolarización se desarrolló en el colegio Esclavas de María hasta terminar el Graduado. Allí también realizó las labores que marcaba la época, de aquellos años guarda muy buenos recuerdos y mantiene su grupo de amigas con las que sigue juntándose a menudo.
La homenajeada empezó a trabajar enseguida y acudió por la tarde a la residencia de las «monjas» donde obtiene el título de corte y confección. Sin duda, su vida y su mundo ya empezaba a estar relacionado con la costura. Disfrutaba haciéndose ropa; pero no es de extrañar, porque recuerda que aquello ya lo había vivido desde pequeña en casa, con su madre y tías, aficionadas también a la costura.
Una de las anécdotas que recuerda con más cariño y nostalgia, es de cuando, en 1978, fue elegida Reina Mayor de Fiestas, todo un orgullo para una almanseña, y recuerda como algunos de los atuendos que el bonito cargo le hizo lucir fueron ya confeccionados por ella misma. Paradójicamente, después de unos cuantos años sería ella la que vestiría a muchas otras Reinas de nuestra localidad, algo que permitiría que evocara aquel entrañable momento.
También en 1978, tras cruces de miradas y bailes en discotecas, comenzó su relación con Paco, con quien se casó en 1981, a los 20 años. Al año tuvieron a su primera hija, Berta, y tras 14 meses a su segunda hija, Claudia; lo cual implicó cierta revolución doméstica. En aquel momento, Magdaleno dejó de trabajar de manera asalariada, para dedicar más tiempo en casa, a la crianza de su hija, pero no podía desvincularse del todo de lo que para ella era su vida; y por eso ofrecía clases de corte y confección en casa. A sus hijas siempre les inculcó desde bien pequeñas la importancia de tener un trabajo, con un lema parecido a: «Estudiad lo que queráis, salid con quién queráis, pero trabajad. No hay igualdad posible si no tenéis independencia económica».
En 1990, con valentía y con esas ganas de trabajar que no había desaparecido, decidió montar su propio negocio. Como buena emprendedora, inicialmente abrió su tienda en el mismo bloque donde vive, el entresuelo de la calle Miguel Hernández, pero afortunadamente y gracias a la gran acogida del público, y si me lo permiten, a la buena mano de Magdalena, al segundo año se traslada ya a la calle Santa Teresa, frente al parque, donde abre un establecimiento, su propio negocio, cargado de ilusión. Fueron años de mucho trabajo, donde pudo vivir el auge del sector de la moda nupcial, cuando la venta era muy satisfactoria, cuando se priorizaba el trato cercano y personal, con las novias, con sus familias, donde había muchísima confianza, y donde Magdalena ponía todo su saber y toda su dedicación y cariño, incluso los fines de semana iba a repartir los vestidos y hasta a ponerlos el mismo día de la celebración.
Toda la familia colaboraba, empezando por su madre que estuvo siempre cosiendo a su lado, su marido llevando la administración y acompañándola siempre a las ferias y desfiles profesionales de las principales marcas del sector, su hermana cuando la necesitó y sus hijas en momentos puntuales. Durante años se organizaron desfiles y exposiciones en los salones y hoteles locales, así como en la televisión local, donde Magdalena Novias no podía faltar, ya que era seña de identidad del comercio local.
Como buena empresaria, también se actualizó, cuando los tiempos lo requirieron, con internet, vendiendo a través de su página web y hasta en redes sociales. Echando la vista atrás, reconoce que han sido años intensos, de mucha dedicación, pero también llenos de ilusión y satisfacción. En nuestra ciudad, quien de nosotras – amigas – no ha pasado por Magdalena Novias, a ponerte ante sus espejos y a escuchar la experta opinión de su dueña, para hacerte sentir la más guapa del lugar. Ahora, después de 33 años, ha llegado el momento del cierre, de bajar la persiana de un negocio emblemático, de adaptarse a una nueva etapa: con padres y nietos a los que cuidar y con los que disfrutar. Desde Mujeres en Igualdad en particular y Almansa en general, se reconoce así a una mujer emprendedora, trabajadora, cercana, decidida y sobre todo valiente. Y Ahora te toca disfrutar tu presente!!!