14/11/2024

El periódico digital de Almansa

La Plataforma en Defensa del Hospital de Almansa acudió a la masiva manifestación por la sanidad pública en Albacete

Trasladaron sus quejas y compartieron sensaciones con vecinos y profesionales de otras localidades en una convocatoria que aglutinó a más de 2.000 personas, profesionales y simpatizantes de la sanidad pública
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Almansa, presente en la manifestación por la sanidad pública en Albacete | El pasado miércoles 13 de noviembre, las calles de Albacete se llenaron a rebosar con la manifestación por la Sanidad Pública convocada por enfermeros, técnicos en cuidados auxiliares, celadores y demás personal sanitario. Se movilizaron en contra de lo que consideran «una situación precaria», agravada por recortes, falta de personal y cierre de servicios en múltiples Hospitales del SESCAM.

Almansa en la manifestación por la Sanidad Pública en Albacete

A esta concentración, a la que se calcula acudieron unas 2.000 personas, también fue la Plataforma en Defensa del Hospital de Almansa junto a otras organizaciones amigas como la de Villarrobledo. Trasladaron sus quejas y compartieron sensaciones con vecinos y profesionales de otras localidades además de hacer acto de presencia y leer parte del manifiesto que se redactó para esa tarde.

Aseguran los convocantes que la manifestación es organizada por enfermeras y técnicos en cuidados auxiliares de enfermería que trabajan directamente en el sistema sanitario público. Destacan su independencia de entidades públicas, sindicatos o partidos, con el propósito de expresar las problemáticas y deficiencias del sistema de salud público, especialmente en el complejo hospitalario de Albacete.

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Desde la organización de la marcha denuncian numerosas deficiencias en infraestructura, como la falta de adecuación en habitaciones, baños y sistemas de oxigenoterapia, y se menciona la saturación en urgencias y otros servicios esenciales, agravada por recortes en personal y recursos. Advierten también problemas con el sistema informatizado Mambrino XXI, el cual, según describen, es ineficiente y consume tiempo, afectando la atención al paciente. La falta de celadores y recursos básicos, como productos de limpieza y lavandería, empeora las condiciones de atención.

A continuación, exponemos el manifiesto al completo.

Manifiesto en defensa del SESCAM

13 de noviembre en Albacete. | Nos presentamos. Siempre que se convoca una manifestación nos interesa saber quién la ha convocado para saber qué y a quién vamos a apoyar. Pues bien, somos un grupo de enfermeras y técnicos en cuidados auxiliares de enfermería que trabajamos a pie de cama. Nos organizamos por primera vez el pasado mes de junio ejerciendo nuestro derecho a la manifestación y a la protesta, pero sin encasillarnos bajo ningún nombre concreto, plataforma o asociación.

Tampoco estamos vinculadas a la actividad de ningún ente público, sindicato o partido político porque nuestro objetivo principal es SER LA VOZ de todos los que queremos gritar a los cuatro vientos que la situación de la sanidad pública es pésima y que queremos intentar mejorarla, pero que, tal vez por falta de esperanza en que las cosas cambien, permanecemos en el silencio y en la inacción.

Por eso, bajo el lema SANIDAD PÚBLICA DIGNA PARA TODOS que define sin más complejidad un deseo común, hemos organizado y convocado en Albacete esta nueva marcha-manifestación-protesta para:

Denunciar, desde nuestra perspectiva interna y directa, la situación crítica de la sanidad pública, en concreto la situación del complejo hospitalario universitario de Albacete, que tiende a empeorar.

Conseguir unificar esfuerzos.

Acabar con el silencio.

Existen muchas publicidades engañosas sobre la atención que se presta en el Sescam como, por ejemplo, el compromiso con la excelencia en la calidad de los cuidados y los planes de humanización y dignidad en la atención al paciente. Y decimos engañosas porque cualquiera puede comprobar que sus objetivos para nada se están cumpliendo. En la realidad diaria que vivimos no logramos ver los frutos de tal compromiso con la excelencia y cada vez podemos ofrecer menos calidad.

Nuestra intención, como sanitarios profesionales, es denunciar las graves carencias y deficiencias del sistema que repercuten negativamente en la calidad de la atención que podemos prestar, pues es nuestra responsabilidad y obligación ética y moral por más que se nos intente callar o desmentir.

Ya en la primera década de los años 2000 nos quisieron vender El Plan Director que describe un proyecto de ampliación del complejo hospitalario de Albacete en diferentes fases, incluida la reforma integral del hospital general. En 2010 dicho plan era ya una proyecto firme sobre la mesa, pero a finales de 2024 se puede comprobar que el hospital todavía no dispone de aparcamiento útil y que ningún edificio nuevo está terminado ni listo para uso y descongestión del viejo hospital.

Al contrario, lo que tenemos son infraestructuras que aquejan el paso de los años con un deterioro notable que necesita reformas urgentes: los aseos presentan graves deficiencias en cuanto a accesibilidad y tamaño; la mayoría de habitaciones son de 3 camas lo que supone falta de intimidad, hacinamiento, dificultad para el uso de grúas necesarias para movilizar a algunos pacientes y separación insuficiente entre las camas lo que impide la comodidad del paciente y dificulta la aplicación de nuestros cuidados; sistemas de oxigenoterapia deficientes; solo un aspirador de secreciones en la mayoría de las habitaciones; cables de la luz y timbres que no llegan con holgura a todos los pacientes -circunstancia especialmente peligrosa cuando el paciente está aislado y sin acompañante, por el riesgo que le supone y la consiguiente angustia-; estructuras viejas, techos que se caen de vez en cuando en consultas y pasillos, y un largo etc.

Evidentemente el hospital se ha quedado pequeño con respecto al aumento de la demanda poblacional, siendo una prioridad su reforma y ampliación ya que es hospital de referencia. Y a la deficiencia en espacio se suma que, muchas veces, se tienen que bloquear e inutilizar camas por la necesidad de aislamiento forzoso de pacientes, ya que el hospital apenas dispone de habitaciones individuales. Habitaciones que, a la vez, son muy necesarias para asegurar la dignidad del paciente y de la familia en las difíciles situaciones de final de la vida y que, a día de hoy, no está asegurada.

El servicio de urgencias, que lleva años necesitando la ampliación de sus espacios y de su personal debido al aumento paulatino de la demanda poblacional, se vio gravemente afectado durante la pandemia covid-19 teniendo que remodelar espacios, al igual que ocurrió en las unidades de enfermos críticos. A día de hoy los familiares siguen sin tener una sala de espera en condiciones.

El servicio de limpieza cada vez sufre más recortes, el personal es insuficiente: en turno de tarde, una sola trabajadora para cuatro hemiplantas y en turno de noche, solo dos para todo el hospital; sus recursos materiales están muy limitados, y hablamos de productos básicos como jabón de manos, papel higiénico y papel de manos.

El servicio de lavandería y lencería habitualmente presenta problemas para abastecer de ropa limpia tanto a las consultas como a los pacientes ingresados.

Otra circunstancia que empeora la calidad asistencial es la Historia clínica informatizada de los pacientes, Mambrino XXI, que sustituye a la antigua historia clínica en papel. El programa precisa de una red wifi óptima que no se colapse por tener que soportar un sistema tan grande y, hoy por hoy, la red continúa siendo insuficiente. Continuamente tenemos problemas para hacer nuestro trabajo ya que dependemos totalmente del programa informático; los registros que debemos hacer son amplios y muy lentos lo que reduce el tiempo que podemos dedicar al paciente y muchas veces, por tal complejidad, se pierde información. En las consultas de los especialistas aumenta el tiempo de espera y muchas veces son precisas varias visitas por falta de acceso a pruebas o por bloqueos del programa. No es que pretendamos permanecer en la prehistoria, pero sí contar con un sistema de registro y consulta ágil y más adecuado a las características de nuestra actividad profesional.

Otro problema habitual es la falta de celadores. La edad de la población tiende al envejecimiento y con ello a la dependencia, aumentando el número de pacientes que precisan de ayuda humana y técnica para su atención: aseo en cama, transferencias de la cama al sillón, cambio de pañales, traslado de cualquier paciente a otros servicios, etc. para lo que es imprescindible el trabajo del celador. Son continuas las quejas transmitidas por el personal sanitario por la falta de celadores ya que su presencia se llega a reducir hasta un solo celador para cuatro hemiplantas en turno de noche.

También es necesario hablar de tantos recursos materiales insuficientes. Las pruebas diagnósticas están saturadas por las largas listas de espera, y esta situación empeora porque el aparataje muchas veces se rompe y, o no hay sustitución, o no es ágil la reparación de determinadas máquinas como la resonancia, el tac o la máquina portátil de rayos entre otras.

Y finalmente, la guinda del pastel. Queremos explicar las graves consecuencias que supone el aumento de los recortes en personal y dejar claro que la causa que nos mueve no es reivindicar mejoras laborales. El principal afectado por la falta de personal es el paciente/usuario y la atención de calidad.

El pasado mes de junio rompimos el silencio cuando se produjo un recorte abusivo en la contratación de personal sanitario para cubrir incidencias y permisos, sufriendo, a la vez, la paralización de la contratación para cubrir las vacaciones de los trabajadores.

A finales del periodo vacacional supimos que no se iba a contratar personal para cubrir incidencias y otros permisos como mínimo hasta el 31 de diciembre de 2024.

Durante estos meses, en algunas ocasiones la falta de personal ha sobrecargado al resto de la plantilla habiendo incluso trabajadores que han tenido que cubrir 5 turnos diurnos consecutivos de 12 horas, lo que disminuye su eficacia laboral y pone en peligro la atención de calidad.

Por tanto, la consecuencia más grave e importante de este recorte en contrataciones es que, automática y forzosamente, se está produciendo el cierre de camas de hospitalización por no poder asegurar la atención a todos los pacientes.

Esto está derivando en el colapso del servicio de urgencias que habitualmente funciona saturado, ya que tiene que atender en sus instalaciones a los pacientes que no pueden ingresar, quedando éstos retenidos en urgencias hasta incluso 48 o 72 horas en una incómoda silla o camilla si no disponen de una cama, como ya hemos podido comprobar durante el mes de octubre. Es una situación que resulta estresante y angustiosa, y muy lejos de alcanzar los objetivos de los planes de humanización y dignidad en la atención.

La situación de saturación habitual del servicio de urgencias viene siendo denunciada desde hace años sin darse solución y se debe, entre otros factores, al deficiente funcionamiento de la atención primaria cuyas listas de espera para la atención, tanto presencial como telefónica, oscilan, por lo general, entre los 7 y los 15 días, lo que obliga al usuario a acudir a urgencias en repetidas ocasiones y, a veces, con patologías ya complicadas que precisan de tratamientos incluso intensivos por no haberse tratado o derivado a tiempo.

Paralelamente, la falta de personal sanitario se está traduciendo en la reducción de la actividad asistencial en diferentes áreas médicas y diagnósticas: radiología, hospital de día, endoscopias, quirófanos, consultas externas y screening de diferentes patologías entre otros, con lo que las listas de espera, que ya están demasiado infladas, siguen creciendo.

Todos los problemas de salud son importantes; los que requieren revisiones y controles médicos y de enfermería son más importantes todavía, pero algunos son sumamente graves como los distintos tipos de cáncer y las enfermedades neurológicas degenerativas, entre otros, que precisan de un diagnóstico precoz para poder aplicar un tratamiento eficaz. No disponer de personal suficiente hace que el diagnóstico precoz se demore mucho en el tiempo con lo que muchas veces, desgraciadamente, los tratamientos ya no son efectivos.

Solamente en el servicio de endoscopias hay una lista de espera de aproximadamente 4 años para la realización de una endoscopia que puede diagnosticar a tiempo un cáncer de colon, de estómago o de esófago, dato que es alarmante y desesperanzador.

A estas alturas nadie nos tiene que explicar lo que es una crisis económica ni una crisis sanitaria, pero tampoco lo que son las gestiones deficientes de los presupuestos.

Si en situaciones de crisis los recortes se siguen produciendo a estos niveles en contra de la sanidad pública, se está condenando a la población a la desatención y se está vulnerando su derecho constitucional a la prevención y a la protección de la salud, ya que los diagnósticos precoces y los tratamientos eficaces se están impidiendo.

Este país es afortunado por disponer de un sistema sanitario público que asegura la atención a todos, y permitir que se acabe con él es despreciar nuestra gran suerte.

La situación es más crítica de lo que nos quieren dejar ver y nuestra sanidad pública necesita de la ayuda de todos, necesita del apoyo y del esfuerzo de todos los trabajadores y de todos los usuarios.

Y ¿cómo ayudamos los usuarios y los trabajadores?, pues denunciando siempre, por más difícil que nos lo pongan, las deficiencias y las injusticias que vulneran los derechos de los usuarios, recordando que usuarios somos todos.

El silencio es nuestro mayor enemigo.
Como dice el refrán: “el que calla, otorga”, por eso tenemos que dejar constancia de todas nuestras quejas y reclamaciones a través de los medios y registros habilitados para ello, para que no pasen desapercibidas ante la administración y poder empezar a cambiar las cosas.

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