¿Una caña o una copa de vino? En ocasiones, es difícil elegir. Y es que Almansa cuenta con diferentes bodegas de altísimo nivel, pero también con maestros cerveceros que defienden con orgullo el nombre de la ciudad. Todos tenemos nuestras preferencias y, aunque varíen según el plato que la acompañe o la hora en la que se consume, una de las dos bebidas sigue siendo la favorita. ¿Vino o cerveza? ¿Qué se prefiere en Almansa? Nuestra encuesta da las respuestas.
Vino o cerveza, ¿cuál engorda más?
Es una de las preguntas clave para decantarse por una u otra bebida. Hay que tener en cuenta que unos 100 mililitros de birra contienen al rededor de 50 calorías. La misma cantidad de vino conlleva unas 70 calorías. Aunque con estas medidas engorde más el vino, un amante de la cerveza no se saciará con tan solo unos sorbos: un tercio de cerveza con alcohol supera las 150 calorías. A esto se suma el hecho de que, normalmente, tendemos a acompañar las cañas con alimentos que sí que son altamente calóricos, desde unas tapas a unas patatas.
En líneas generales, la cerveza engorda más que el vino. Y si no quieres entrenar esa famosa «barriga cervecera», debes consumir bebidas sin alcohol y no azucaradas, además de mantener una dieta sana. Como dato curioso: la diferencia de peso corporal que existe entre los consumidores de cerveza y vino son mínimas. Es cierto lo que se dice en la cultura popular: la caña o la copa no es lo que engorda principalmente, es la comida que la acompaña.
No quiero emborracharme, ¿qué consumo?
En este caso es el vino quien se lleva la mención. La mayoría de vinos tintos superan los 12º de graduación, mientras que las cervezas típicas de caña o botellín rara vez superan los 6 grados. Además, aunque el organismo procese el alcohol a la misma velocidad, el vino «sube a la cabeza» antes que la cerveza.
De la misma forma que decíamos antes, si no quieres embriagarte con la bebida, el mejor consejo es no beber alcohol. Uno de los mayores retos a la hora de evitar los brebajes espirituosos es que el consumo de alcohol está bien arraigado en la cultura española y está presente en la mayoría de eventos sociales. Sin embargo, la industria cervecera y la enología han evolucionado a tales niveles que el sabor y golpe de sus productos sin alcohol no tienen nada que envidiar al caldo fermentado original.
¿Cerveza antes y vino después?
Aunque esto suene raro a más de uno, no es necesario establecer un orden. Por lo normal, las comidas y encuentros comienzan con una caña fresca en el aperitivo para dar paso a un buen vino acompañante del plato principal, pero nuestro cuerpo absorbe el alcohol al mismo ritmo.
Un estudio de la Universidad de Cambrigde afirma que el orden del consumo no afecta ni a la velocidad a la que el cuerpo metaboliza el alcohol. De la misma forma, esta investigación concluyó que el nivel de resaca o de dolor de cabeza tras beber vino o cerveza depende de la cantidad.
Almansa prefiere la cerveza
El 54,6% de los encuestados prefiere la cerveza por delante del vino. No se queda demasiado atrás el vino, bebida favorita para el 29,3%, según las 885 personas que respondieron a la encuesta de La Tinta de Almansa, que reflejan al 3,62% de la población local.
No olvidemos que un 16,1% de las personas encuestadas respondieron que no suelen consumir alcohol. Estas respuestas reflejan la realidad de ese porcentaje de la sociedad, que comprende que para pasarlo bien no es necesario beber alcohol.
Un comentario
Por mi parte prefiero el Black Label, porque no es un whisky, es un elixir