La Sala Segunda de la Audiencia Provincial de Albacete celebró el pasado lunes, 3 de noviembre, el juicio contra el hombre acusado de abusar de la novia menor de edad de su hermano. La Fiscalía sitúa los hechos en el domicilio familiar durante el verano de 2021. No obstante, el procesado A.J.J.R., ha cambiado de testimonio y niega su implicación en estos. Terminada la declaración de la Defensa, el juicio ha quedado visto para sentencia.
Por su parte, la Fiscalía y la acusación particular consideran los hechos constitutivos de un delito de abuso sexual a menores de 16 años por el que piden cinco años de prisión, otro delito de exhibicionismo continuado por el que solicitan otro año de prisión, y un último delito de tráfico de drogas a menores por el que piden otros siete años de prisión. Además, solicitan una indemnización de 5.000 euros por los perjuicios morales causados.
Negación y justificación del acusado
Durante el juicio, el hombre acusado negó los presuntos hechos ocurridos en su domicilio. Argumentó que en ningún momento pensó que la víctima tenía 14 años en el momento ocurrido, creyendo que tendría en torno a la edad de su hermano, de 17 años. «A veces coincidíamos todos, pero nunca me quedé a solas con ella y jamás le ofrecí drogas ni le envié ningún video», afirmó durante su declaración, en la que sí reconoció ser consumidor de cannabis.
El procesado justificó el cambio de testimonio respecto a su primera declaración en el Juzgado de Instrucción, donde confesó haber enviado los videos «porque ella le correspondía», asegurando que cuando se le detuvo en un primer momento «estaba tan nervioso que no sabía ni qué me preguntaban».
Tanto el hermano del acusado como la madre de ambos y la novia que tenía entonces defendieron el mismo argumento, alegando que en el domicilio no se consume ninguna sustancia estupefaciente y que el acusado pasaba la mayor parte del tiempo con su hijo, de entonces unos siete años de edad, en otra parte del domicilio, o trabajando.
Versión de la víctima y de la madre
El testimonio de la propia víctima, no obstante, ofreció una versión diferente, al igual que la vida laboral del acusado. La joven declaró que «él aprovechaba que mandaba a su hermano a comprar cosas al chino para quedarse a solas conmigo», detallando que en al menos cuatro ocasiones la arrinconó en diversas partes de la casa para tocar sus genitales por debajo de la ropa.
La víctima testificó que la amenazaba con que si decía algo le diría a su hermano que ella le había provocado y que pensarían que era «una puta», asegurando que desde entonces padece problemas de confianza y de relaciones sociales.
La víctima explicó que iba a la casa a fumar la droga que le ofrecían, aclarando que nunca le contó los abusos a su novio ni a nadie en aquel entonces, porque «no sabía cómo gestionar la situación porque era una chiquilla». Meses después, la víctima confesó a una prima que el acusado le había enviado dos vídeos explícitos en aquella época, siendo esta quien informó a la madre.
La madre de la víctima puso la denuncia casi un año después y aclaró que tardó tanto tiempo porque una depresión le impidió ver la gravedad del asunto. «Cuando ya empecé a recuperarme vi los vídeos y me di cuenta de lo que había pasado. Entonces mi hija ya me contó todo y fui inmediatamente a denunciar», declaró la madre.
Juicio visto para sentencia
La Defensa del acusado remarcó que las pesquisas policiales no comprobaron en ningún momento el origen del vídeo, en el que no se verifica la identidad del acusado y al que no le pidieron el móvil para comprobar la veracidad de la acusación.
Por este motivo, la Defensa pidió la impugnación de la prueba. La abogada defensora remarcó que se trata de «una prueba viciada que carece de cotejos judiciales y que se entregó por la madre de la supuesta víctima. Ni siquiera se entregó el móvil original porque se había roto en el momento de la denuncia».
Del mismo modo, la Defensa insistió en que la víctima no aportó ninguna prueba psicológica al juicio que verifique los trastornos que haya podido sufrir por el presunto abuso, a pesar de que esta aseguró que acudió a terapia los meses posteriores de la denuncia.
La Defensa, además, alegó que la madre interpuso la denuncia después de sufrir un robo en su casa del que hizo responsables al hermano del acusado y al mismo, según la madre de estos ha declarado.
La madre del acusado testificó que «nos llamó amenazando con que nos iba a denunciar como represalia». Por el contrario, el ministerio Fiscal y la acusación particular dieron por probados los hechos en base «a la coherencia del testimonio de la víctima», que fue similar al que dio en su día en el Juzgado de Instrucción, señalando a la «incoherencia» del acusado, y mantuvieron su solicitud de penas: cinco años por abuso sexual a menores de 16 años, un año por exhibicionismo continuado y siete años por tráfico de drogas a menores.





