22/11/2024

El periódico digital de Almansa

«El origen de la vida», por Francisco Doñate Oliver

Un breve repaso del génesis en el planeta tierra para comprender mejor la importancia del virus
Origen de la vida

Se calcula que el planeta tierra tiene una edad aproximada de 4.500 millones de años. En un principio era una gran esfera de magma, contra la que colisionaron innumerables cometas de hielo, algunos tan grandes que provocaron la ruptura de una parte del planeta, dando lugar a la formación de la Luna. Además, el hielo fundido enfrió la superficie del planeta lo que permitió que se formara la corteza terrestre, los océanos y los mares.

Fue en este medio acuoso y caliente donde 500 millones de años más tarde (hace 4000 millones de años), por efecto de la combinación de elementos como el hidrogeno, oxigeno, nitrógeno, carbono, metales y metaloides, unidos a la intensísima actividad eléctrica (producida por las tormentas), cuando comenzaron a formarse los primeros compuestos orgánicos. Por otro lado, gracias a la fuerza gravitacional y a la formación de intensos campos magnéticos en la Tierra, la atmosfera pudo ser retenida en torno al planeta, creándose así unas condiciones especiales que permitieron que se formara la vida.

De entre todas las moléculas orgánicas formadas destacó especialmente una, «el Acido Desoxirribonucleico» (ADN). Este Acido Desoxirribonucleico, resulto ser especial, porque tenía la capacidad de autocopiarse, una y otra vez, y por lo tanto de reproducirse. Este momento marca el origen de la aparición de la VIDA en el planeta. Los trillones y trillones de moléculas así formadas fueron dando origen a una multitud de moléculas diferentes, pues en el proceso de autocopiado se fueron produciendo innumerables errores (mutaciones). A su vez, estas mutaciones podían tener el carácter de ser positivas o negativas para la molécula neoformada. Solo las mutaciones positivas tuvieron alguna posibilidad de sobrevivir en ese medio tan hostil.

ecoVitab

Pasarían millones y millones de años, hasta que alguna de estas «moléculas mutantes», pudiera rodearse de una protección o entramado orgánico exterior. Esta protección constituye la versión más sencilla de lo que en el futuro pasara a llamarse «membrana celular».

Todas aquellas moléculas de ADN que habían sido capaces de dotarse de un sistema protector o membrana, trasmitieron esta nueva capacidad a las autocopias posteriores. Las que no habían sido capaces de protegerse simplemente desaparecieron.

El ADN, así protegido dentro de su envoltura, siguió reproduciéndose y mutando, apareciendo una versión diferente pero muy similar a él que pudo convivir y asociarse con el ADN, del que había surgido en el interior de la célula primitiva, me estoy refiriendo al Acido Ribonucleico (ARN). La aparición de éste nuevo ácido marca otro punto de inflexión fundamental, pues con ello se habían sentado las bases para que pudiera iniciarse la producción de las proteínas celulares. El ARN se fue también auto-replicando en el interior de la célula primitiva, supeditado siempre al ADN, formando numerosos conglomerados, que son conocidos con el nombre de ribosomas (Los ribosomas, constituyen las decenas de miles de fábricas de proteínas que posee cada una de nuestras células).
Una proteína es un compuesto orgánico que está formado a su vez por un conjunto de moléculas llamadas aminoácidos. Estos aminoácidos eran abundantísimos en la primitiva sopa oceánica (se calcula que su número se eleva por encima de 500 diferentes, aunque la especie humana utiliza solo 20), de modo que a la célula le resultaba muy fácil atraparlos.

El ADN es una molécula con forma de doble hélice y está dividido en fragmentos que se denominan genes. En cada gen se encuentran las instrucciones para la síntesis (fabricación) de una proteína concreta o del desarrollo de una función (El Genoma Humano tiene más de 50.000 genes)

De esta forma, el ADN, empezó a dar instrucciones a las fábricas de las proteínas para que empezara la producción de las mismas. ¿Cómo lo hizo?. El ADN formó fragmentos de ARN con función de intercomunicador, con el objeto de que las órdenes para sintetizar una proteína concreta llegaran sin problema desde el núcleo de la célula (lugar en donde se encuentra el ADN) a las fábricas de las proteínas (los ribosomas). A este ARN se le denominó con el apellido de mensajero (ARNm). De esta manera, la célula primitiva pudo fabricar todas las proteínas que forman su membrana y todas las estructuras de su interior (mitocondrias, aparato de Golgi, centriolos…etc.), con objeto de que la célula definitiva pudiera realizar plenamente sus funciones. Esto constituyó otro hito pues de estas nuevas células surgieron los organismos unicelulares.

No resulta difícil entender que las nuevas células son las progenitoras primitivas de todas las células que existen (animales, vegetales, hongos y bacterias). Son células que poseen todas las estructuras para fabricar sus proteínas y poder reproducirse. Las asociaciones de distintas células entre sí, dio lugar a la aparición de los organismo pluricelulares (el hígado o el páncreas, por ejemplo, también son organismos pluricelulares complejos).

Cada individuo tiene unas proteínas propias, al igual que cada proteína tiene también sus características propias, por ejemplo, ¿Qué aminoácidos la forman?, ¿Cuántos aminoácidos tienen?, ¿Cómo se ordenan estos aminoácidos?, etc., esto confiere a cada proteína una función y una forma espacial. Todo está regido por el ADN de cada individuo, incluso nuestro aspecto físico, por esta razón, los hermanos gemelos son idénticos, porque el ADN es el mismo.

Hace tres mil quinientos millones de años, aparecieron en la sopa oceánica los virus, y al igual que las células estaban formados por moléculas de ADN o de ARN, pero como había infinidad de células, no necesitaron crear el complejo sistema para poder fabricar las proteínas que necesitaban, se limitaron a entrar en las células y parasitarlas. En principio la cosa no resultaba tan sencilla, pues solo sobrevivieron los virus que pudieron entrar dentro de una célula, y solo unos pocos lo lograron, pero los que lo consiguieron, hicieron dos cosas claves: Copiar alguna de las proteínas de la membrana celular (receptor celular), y aprender a bloquear al ADN celular y ocupar su función, de modo que todas las fabricas de las proteínas de la célula empezaran a fabricar las proteínas virales, para que los nuevos virus que se fueran produciendo tuvieran sus membranas y sus proteínas de superficie

El virus se multiplica en el interior de la célula infectada, la membrana de la célula, al no poder reponer sus propias proteínas se debilita y se rompe y los virus se liberan. Como han copiado una proteína de la membrana de la célula (receptor para la proteína S, para el caso del coronavirus), y tienen esta proteína S en su superficie, vuelven a entrar en otra célula y…La proteína S del coronavirus es la llave que permite al virus entrar en las células. Si un virus mata a muchas células en poco tiempo, acaba matando al individuo, pero también muere él. Hablamos en este caso de «virus suicidas». Los Virus son parásitos obligados, es decir, sin células no pueden sobrevivir ni reproducirse. Como es lógico, hay virus que parasitan células animales, vegetales, hongos, bacterias….etc.

ecoVitab

Quizás te interese:

Archivado en:

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *