Es necesario implementar ciertas medidas para evitar desastres en el Pantano de Almansa. Así lo expresa el borrador del Plan de Gestión de Riesgos de Inundación de la Demarcación Hidrográfica del Júcar (PGRI), que salió hace unos días a exposición pública. En él se determina que el Ayuntamiento de la localidad —como titular de la presa— dispone de tres años para diseñar y oficializar las Normas de Explotación del pantano. Y es que nuestro municipio está considerado como una de las áreas de la provincia donde las inundaciones son más habituales.
La Confederación Hidrográfica del Júcar señala que las zonas donde hay una alta probabilidad de inundación se denominan «Áreas con Riesgo Potencial Significativo de Inundación» (Arpsi). En el área almanseña existe una de este tipo: la Rambla de la Hoyuela, que llega desde el Camino de las Fuentecicas hasta la N-430. Esta forma parte de un conjunto mayor, la depresión de la Llanura de Almansa, donde se sitúan la Rambla del Pantano y la Rambla de los Molinos. Sus cauces llegan a puntos cercanos al casco urbano almanseño, lo que supone cierto peligro para la ciudad.
Para evitar imprevistos que puedan afectar tanto al paisaje como a la población, se proponen para nuestro municipio varios tipos de medidas: actuaciones puntuales de adecuación hidrológica, planes de recuperación ambiental en torno al núcleo urbano y adaptación de las explotaciones (tanto agrícolas como ganaderas) al riesgo de inundación presente en la depresión de la Llanura, entre otras.
Reducir los riesgos en el Pantano
En lo referente al pantano en particular, se debe apostar por «conseguir una reducción, en la medida de lo posible, del riesgo a través de la disminución de la peligrosidad a través de la aprobación de las normas de explotación de la presa de Almansa». Según la Confederación Hidrográfica, el objetivo se basa en «la búsqueda de las mejores opciones medioambientalmente posibles que favorezcan usos del suelo compatibles con las inundaciones, todo ello conforme a la legislación vigente en materia de suelo y urbanismo, protección civil, costas, aguas, medio ambiente, etcétera».
No se puede olvidar que la mala gestión del Pantano supone un grave riesgo para nuestro municipio. En septiembre se cumplirán dos años desde que se produjo el último desbordamiento a causa de la DANA, que conllevó el cierre de parques y escuelas, a su vez que diversos gastos económicos para el Ayuntamiento. Prevenir estos sucesos y adaptar la zona a las posibles inundaciones es, sin duda, un punto importante que atender en Almansa.
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