Quedamos a media mañana en la redacción de La Tinta. Le espero con mi cámara y mi grabadora preparada. Iker Torre aparece por la puerta con una sonrisa bajo su mascarilla, pero no viene solo, le acompaña su hijo Julen, que viene ataviado con una camiseta del Club Baloncesto Almansa. Una simple imagen que vale para reflejar los fuertes lazos que el futbolista mantiene con nuestra tierra querida.
Una vida ligada al balón
Cuando pregunto a Iker cuál es la edad con la que empezó a jugar al fútbol, él se detiene un momento, mira hacia arriba y suspira. «Mi vida entera ha estado ligada al balón. Desde que era un bebé, siempre lo tuve en los pies. Al deporte en general. Siempre me ha apasionado el fútbol, pero también he practicado remo y atletismo. Creo que con 10 años ya fui federado, pero con apenas cinco ya estaba rompiendo zapatillas».
Goles con denominación de Orio
Se nota cierto cariño en su tono de voz cuando recuerda sus inicios. Como casi todos los futbolistas que acaban triunfando, Iker comenzó a dar patadas al balón en el Orio, en categorías bajas. Tras esa primera etapa compitió con el equipo de la ciudad de al lado, el Zarautz, en preferente, para más tarde volver a su ciudad natal.
En su época en el Elgoibar de Tercera División vivió uno de sus peores episodios: se rompió la pierna. Lo cuenta entre risas al recordar que estuvo meses escayolado, mostrando su gran resiliencia mental. Volvió a preferente con el Hernani. A partir de ese momento, con su siguiente equipo, el Eldense, dio «el salto para empezar a ganarse la vida como futbolista, porque hasta entonces lo compaginaba con trabajos de otro tipo».
Recordado por siempre en el sureste
Tras su etapa en Elda ya llegó a Almansa, para ser recordado como uno de los mejores delanteros del club azul en los últimos años. Continúo su trayectoria en Segunda B al SD Lemona de Vizcaya y acabó realizando «su mejor temporada» en el Zamora. «En ese año me salió todo, todo el mundo me quería por aquella época», recuerda con una sonrisa.
En los últimos años defendió la camiseta de La Roda, ya que Julen llegó al mundo, y formó filas en el CD Noja. Tras esto volvió durante tres años a la Unión Deportiva Almansa para terminar su carrera en el Yeclano. Una carrera envidiable.
El momento memorable con la UD Almansa
Cuando pregunto a Iker por el mejor momento vivido en su etapa en Almansa espero que me conteste en términos deportivos, él me sorprende y afirma lo siguiente: «Creo que lo mejor de jugar con la UD Almansa fue poder disfrutar de la ciudad, del día a día, de la gente. Disfruté de cada momento. Nos salieron años buenos deportivamente hablando, conseguíamos acceder a los play-off e incluso llegué a ser máximo goleador, pero lo mejor de todo fue poder disfrutar de Almansa y de su gente. Sobre todo me quedo con los grande amigos que hice aquí».
La experiencia en la Copa del Rey
Iker ha tenido el placer de poder jugar en la conocida como «competición del KO» contra equipos del calibre de Valencia CF y Elche CF. Nos cuenta como es la experiencia: «Lo más diferencial es el ambiente, la presión del público. Incluso antes de empezar el partido, notas que la afición genera un ambiente especial y único, todas las calles abarrotadas para entrar al campo y vernos.
Le digo, a modo de broma, que si le hubiera gustado enfrentarse a la Real Sociedad, a lo que el dice entre carcajadas: «No, porque me hubiera dejado ganar». [Risas] Iker es un apasionado del equipo de Anoeta, pero ante todo es «un profesional del fútbol que hubiera competido al 100%».
Una vida alternativa como remero
Para terminar nuestra conversación, pido a Iker que tire de imaginación y piense en qué hubiera sido de su vida sin el fútbol. No tarda en responder: «Creo que seguramente hubiera sido remero. En Orio hay una gran tradición de regatas de traineras. Allí todo el mundo lo primero que hace es probar el remo porque es casi una religión para el pueblo. Pero como era un enfermo del fútbol, desde niño tuve claro que quería ser».
Cerramos nuestra charla con un recuerdo a sus compañeros remeros de Orio, quienes han desarrollado las Regatas de la Concha en Donosti, unas fechas muy importantes para ellos. Tras terminar la entrevista, nos bajamos a un conocido bar cercano a la redacción del periódico para almorzar y charlar un rato más. Porque, a parte de ser uno de los mejores futbolistas que han pasado por Almansa, también es una persona amigable y cercana. Él es Iker Torre, una vida pegada al balón.
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