Nueve de la mañana en la Plaza de Santa María de Almansa. Dos vehículos con tinte verde militar aparecen estacionados a pocos metros de la puerta de la Iglesia de la Asunción. En sus laterales aparece el sello distintivo de un destacamento militar de tierra. Los viandantes se quedan pensativos contemplando los vehículos. «¿Militares en Almansa? ¿Qué ha pasado?», se escucha decir a una octogenaria con un tono que está a mitad de caballo entre la preocupación y la broma.

Al poco tiempo, girando la esquina aparece una patrulla de ocho militares, quienes van ataviados con su uniforme, botas y gorro. Además, también están equipados con fusiles de asalto. Se paran con los curiosos, vecinos, simpatizantes y familiares del cuerpo militar. La gente se relaja al conocer las razones de su visita.

Según ha podido conocer este periódico, los militares que se han paseado esta mañana por Almansa están realizando «labores de interacción social». Su objetivo es acercar el ejército a la ciudadanía, explicar su trabajo y dar a conocer las misiones que ejecuta el ejército tanto a nivel nacional como internacional.

Desde primera hora de la mañana hasta las dos de la tarde, los militares han paseado por las calles más céntricas de la ciudad, se les ha visto charlando con el alcalde Javier Sánchez Roselló, conviviendo con los usuarios del hogar del jubilado o explicando la situación a los más curiosos.  Se han vivido escenas simpáticas al rededor de los soldados. «Ojalá hubiera tenido yo esas armas cuando hice la mili», afirma un jubilado mientras camina. Su compañero de paseo se pregunta con una sonrisa bajo la mascarilla: «¿Es que hay amenaza terrorista?».

Escuchamos cómo el capitán de la patrulla comenta con un vecino: «Nos está gustando mucho Almansa. Una ciudad emblemática con unas personas encantadoras».