Psicóloga especializada en infanto-juvenil y en adicciones, joven doctoranda cuya pasión es la escritura y hacer sentir bien a sus seres queridos. La almanseña Ainara Ranchel es otro ejemplo más del valor de la juventud local: inquieta, decidida y emprendedora de proyectos. Hace poco publicó su primer libro: Naufragio Emocional. Charlamos con ella para hablar de emociones, de cambios y de luz en una conversación recomendada para iniciar la introspección personal.
¿Cómo definirías Naufragio Emocional?
Este libro es un antes y un después en mi biografía, la diferencia entre ser niña y mujer. Por mi vida han pasado una serie de sucesos que me han dejado huella, principalmente el fallecimiento de mi abuela, con la cual yo tenía una relación muy especial. Naufragio Emocional es el encuentro entre la psicología y la poesía, una mezcla de experiencias personales y ajenas con el feliz sentimiento que me despierta escribir versos.
¿Por qué este título? Me sorprendió mucho al leer el libro, ya que más que un naufragio, parece una guía para estabilizarte emocionalmente, tiene consejos muy sabios
Le puse ese título porque es un libro en el cual hay relatos míos pero también de pacientes, por supuesto de forma totalmente anónima. También es una obra en la que es muy difícil coger el relato típico de la novela, la historia del libro, y además tener que desarrollarla tanto en verso como en prosa. Todo esto mientras intento hacer reflexionar a los lectores… Es algo un poco complejo. Con esto intenté diferenciarme de otros autores. Quería que se pudiera leer el libro con libertad, lo puedes empezar por el final si quieres, no tiene un orden establecido. Por esta razón lo bauticé como Naufragio Emocional, porque el objetivo es dejarse llevar sin saber a dónde vas ni de dónde vienes, poder liberar las emociones sea cual sea el texto. Podríamos definirlo como pintura abstracta, puesto que cada frase es interpretada de una forma u otra según la persona que lo lea.
¿Con quién más habla uno es consigo mismo?
Creo que hablamos poco con nosotros mismos, aunque depende de cada persona. Este es mi punto de vista como profesional. En general, hablamos más con otras personas que con nosotros mismos, estamos acostumbrados a tener esa relación con el entorno, a tener que contar cómo nos sentimos, sea bueno o malo, necesitamos validarnos emocionalmente con otras personas.
El problema llega cuando no tenemos las suficientes habilidades para hacer frente a circunstancias, ya sean negativas o positivas. Creo que no nos preguntamos a nosotros mismos lo suficiente, no ahondamos en nuestro interior por cuenta propia.
También pienso que no hablamos lo suficiente de nuestras emociones, todavía sigue vigente un tabú en la sociedad a la hora de hablar de sentimientos e impresiones. De ahí que exista también un estigma con la salud mental o con los pacientes de psicólogos.
Si no desarrollamos nuestro diálogo interno y charlamos con nosotros mismos ¿cómo nos vamos a atrever a pedir ayuda o acudir a expertos de la salud mental? Nos da miedo estar con nosotros solos, tenemos que aprender a cultivar el tiempo que pasamos a solas para poder disfrutar de las personas que queremos.
Parece que con la pandemia por fin ha llegado a la opinión pública el debate sobre la salud emocional y mental. Me gustaría conocer tu opinión como profesional ¿cómo ha afectado la pandemia a la salud mental y emocional de las personas?
Destaco que la pandemia ha acentuado los problemas que ya teníamos antes. La gente que ya tenía una vulnerabilidad biológica y psicológica previa para desarrollar un trastorno emocional o mental ha visto como se agravaba con el confinamiento. Hay más casos que antes, sobre todo han aumentado los problemas de depresión, alextimia, trastornos adaptativos…
Lo grave es que todavía hay mucha gente sin diagnosticar, personas que lo dejan estar y piensan: «Esto se me pasará con el tiempo». Es muy importante acudir a los profesionales.
También creo que las redes sociales influyen mucho en las emociones de las personas, a pesar de ser una herramienta muy útil. Ahora que estoy trabajando en el tema de adicciones comportamentales creo que es muy importante educar a los más jóvenes para que sepan regular y comprender bien sus emociones y así poder disfrutar y utilizar bien las redes sociales. Las claves son: moderación y sentido común. Todo esto se puede trasladar al juego online.
¿Es el cambio bueno? ¿Hay que tenerle miedo?
El cambio siempre da miedo, nos da vértigo a todos. Personalmente, yo todos los cambios que he realizado han sido para bien. Creo que lo malo llega cuando nos quedamos atrapados en la espiral de indecisión. Sobre todo hay que saber discernir si algo te conviene o no, si es malo para tu vida, hay que cambiarlo. Una vez tomada la decisión, puede que no nos salga bien, pero no hay que lamentarse más de la cuenta, lo importante es que has sido valiente para seguir avanzando.
¿Por qué hay que defender los valores de la humildad, la solidaridad o la empatía? ¿Por qué en tu libro se refleja una defensa de estos valores cuando vivimos en una sociedad en muchas ocasiones individual y egoísta?
Creo que hay que ser humilde, puesto que la persona de tu lado puede estar pasando por lo mismo que tú. Todos somos personas que nos necesitamos unas a otras, yo soy psicóloga y necesito al panadero, al barrendero o al periodista, de esta forma avanza la sociedad. Debemos hacer un esfuerzo para comprender que todas las personas debemos estar en la misma igualdad de condiciones. Hay que dejar a un lado el concepto «yo soy más que tú».
Cada uno somos de una manera, cierto, pero al fin y al cabo somos iguales. Esa es mi concepción de humildad. El egoísmo es una actitud que podemos adoptar en situaciones en las que realmente nos encontremos muy mal y debamos anteponer nuestra salud emocional ante todo.
¿La luz vencerá siempre a la oscuridad?
Hay que intentar que venza siempre, pero no todos los días serán de gloria. No podemos estar siempre felices, la vida no es de color de rosa. Desde mi punto de vista como profesional me gusta educar en términos de realismo, no de positivismo. Es decir, habrá días en los que te encuentres feliz y otros estarás triste. Esta dualidad existe y alcanzar la felicidad en su máxima plenitud es algo muy complicado. La luz vencerá siempre que seamos realistas.
¿Cuál es el objetivo principal de Naufragio Emocional?
El objetivo era invitar a reflexionar a los lectores sobre los temas que expongo en el libro. Un ningún momento busqué un triunfo editorial ni nada por el estilo, mi profesión es psicóloga e investigadora.
La mejor sensación, por la cual me siento muy agradecida, es comprobar que a la gente le ha gustado mucho o que incluso ha llegado a puntos fuera de España. Ojalá sirva para que muchas personas vuelvan a encontrarse consigo mismas.
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