Si la crisis del coronavirus tuvo un gran impacto sobre el mercado laboral, las consecuencias fueron todavía peores para los menores de 35 años. No solo perdieron más puestos de trabajo en las primeras semanas del Estado de Alarma, sino que también están tardando más en recuperar las cifras de afiliación de los meses anteriores a la pandemia. Desde mayo hasta mediados de junio, los jóvenes españoles menores de 30 años han recuperado 57.000 empleos, sólo un 17% del total, según el ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones. Una situación que contrasta con el empleo entre los mayores de 50 años, que han recuperado el 73% de los afiliados.
La situación en de la localidad almanseña difiere ligeramente. Si bien los datos de desempleo entre las personas menores de 35 años mejoraron de mayo a junio, el paro juvenil en Almansa sufrió un leve repunte en julio. El número de jóvenes demandantes de empleo aumentó de un mes a otro.
El mayor crecimiento se observa en el caso de las personas de entre 20 y 24 años: la cifra de parados fue de 169 en junio, según el Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE). Aumentó hasta los 190 afiliados en julio, 21 más que el mes anterior. Se trata del peor dato del año para esta franja de edad. El resto de cifras sobre el paro juvenil en Almansa no llegan a los picos alcanzados entre los meses de marzo y mayo.
El drama del paro juvenil se recrudece tras la crisis sanitaria
Los jóvenes recibieron un doble impacto tras la crisis del coronavirus, y es que los contratos temporales —más comunes entre los menores de 30 años— son los que más se destruyeron entre marzo y abril. El Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas (IVIE) realizó una clasificación de la población ocupada en empleos vulnerables y concluyó que el 72,1% de la población joven reúne alguna o varias de variables (tener un contrato temporal o ser autónomo, entre otras) que el IVIE clasifica como síntomas de vulnerabilidad laboral.
«El sistema contrata jóvenes con contratos precarios en épocas de bonanza y de mayor demanda, y los expulsa a bajo coste cuando se presentan crisis de consumo», reconoce el informe del Instituto de la Juventud (Injuve) «Juventud en riesgo: análisis de las consecuencias socioeconómicas de la COVID-19 sobre la población joven en España». A la temporalidad y los empleos precarios se suma la crisis de demanda provocada por la pandemia del coronavirus. Así, el panorama para los jóvenes continúa siendo poco halagüeño y es complicado que puedan permitirse una vivienda o, incluso, casarse.
Situación anterior al coronavirus
El problema del empleo joven no es nuevo. Nuestro país arrastra una de las tasas de paro juvenil más altas de la Unión Europea, desde hace años. España lidera las tasas de paro y de paro juvenil en la zona euro. Los datos de Eurostat confirman que las tasas españolas de desempleo (15,6%) y de desempleo juvenil (40,8%) son las más altas de Europa, por delante de las de Grecia.