Echamos la vista atrás para analizar la historia de la esclavitud en Almansa. Recordamos los nombres de los esclavos que sirvieron a sus amos en nuestra ciudad, siendo previamente arrancados de sus familias. Una pequeña muestra del gran número de esclavos existente en la Almansa y de su dura realidad.
El 2 de diciembre fue el día Internacional para la Abolición de la Esclavitud. Una condición de dependencia extrema que por desgracia continúa existiendo en algunos países del mundo, aunque nuestra sociedad la vea como algo muy lejano. Hay que recordar que la esclavitud no fue abolida en España hasta el año 1837, y aun así siguió vigente en las colonias de Cuba y Puerto Rico hasta 1880. Por tanto, no hace demasiados años que por nuestras calles paseaban esclavos, y esclavas, con sus amos. Y es que tan importante como el trabajo que pudieran desempeñar los esclavos, es que servían de signo de ostentación para las familias acomodadas, de demostración de su riqueza. Es decir, que una buena familia que no tuviera esclavos era vista por las otras como inferior.
En la foto principal (arriba) podemos ver a una dama acomodada y su hijo con un esclavo portando un saco de su propiedad. Obra del siglo XVI.
Esclavitud en Almansa
La historia de Juan «Negro»
En este contexto, no es de extrañar que sean muchas las noticias sobre esclavos en Almansa. Por ejemplo, en el año 1542 se bautizó a Juan «negro», lo que apunta a un probable origen africano, propiedad de «la viuda de Juan Serrano», sin anotarse su nombre propio. Esta partida de bautismo es muy interesante, pues proporciona información sobre dos grupos marginados en la España de la época: los esclavos y las mujeres. En ella figuran el nombre del esclavo y del marido fallecido, pero no el de la viuda, ya que la cita como «viuda de…». Es decir, aún fallecido el marido, la mujer seguía dependiendo de él. Algo que ha perdurado hasta épocas muy recientes. En cuanto a Juan «negro», debía de ser ya adulto, pues no se cita a sus padres. Habría sido adquirido en algún mercado de esclavos cercano, tal vez Cartagena, y traído a Almansa, en donde fue bautizado antes de permitirle trabajar para su dueña.
Gabriel Ángel, a la venta por 1.100 reales
Otro caso significativo es el de Gabriel Ángel, esclavo vendido en el año 1633 por don Juan Laso, vecino de San Clemente, al almanseño don Miguel Galiano Espuche, líder de una de las principales familias de la Almansa del momento. En el contrato de compraventa se estipula el precio de 1.100 reales, y se describe al pobre Gabriel con pelos y señales, como la mercancía que era: «un esclabo mio propio de color negro atezado que se llama Gabriel Angel de edad de diez y nuebe años poco mas o menos, el qual le bendo por sano y abido de buena güera de esclabos mios propios, y que no tiene gota ni mal de corazon, y que no es berraco ni ladron ni fuchitibo ni tiene otros achaques ni bicio ni enfermedad secreta».
Hijos de esclavos en Almansa
Son muchas más las noticias sobre esclavos en nuestra ciudad, hombres y mujeres generalmente de origen extranjero y de distinta religión, que eran arrancados de sus familias y llevados a otros países de idioma y costumbres desconocidos para ellos.
Algunos tenían hijos que heredaban la condición esclava, aunque en ocasiones podían ser liberados por sus amos en agradecimiento a su larga vida de trabajo. Así, en 1551 vivía en Almansa «Francisco, esclavo que por otro nombre se llama Alí». En 1562, «Pedro hijo de la negra de Juan de Nudos». De 1626 era «Juan, hijo de María de Orán, esclava del capitán D. Miguel». En 1678 vivía en Almansa «Maometo natural de Argel». En 1691, «Alí berberisco». En 1752 aparecen «María de Belén de nación turca, esclava de don Pedro de Vallejo», y «Pedro de Alcántara también esclavo berberisco». En 1763 encontramos a «Ygnacio Joseph, maometano, esclavo negro».
Estos son tan solo una pequeña muestra del gran número de esclavos existente en la Almansa de épocas pasadas, reflejo de una realidad terrible.