Enlorquiadas levantó el aplauso del público asistente por cada taconeo bien afinado y cada verso excelentemente recitado. La compañía Mayte Ballesteros interpretó ayer, en el Teatro Principal, este montaje basado en la obra teatral de Federico García Lorca, que pone el acento en sus personajes femeninos y en la Luna, siempre presente en sus textos.
El espectáculo contó con danza, interpretación y poesía. Ángeles G. Cuerda fue poeta, príncipe, niña, Mariana Pineda y Bernarda Alba. La actriz ejerció de hilo conductor entre el sentimiento de la palabra y el movimiento de las bailarinas Elena Ballesteros y Mayte Ballesteros (esta última, también coreógrafa). Bajo la dirección de José Miguel Alarcón, Enlorquiadas funciona como un paseo cronológico por las obras del poeta granadino contadas a través de sus mujeres, con la Luna como espía. Esa Luna lorquiana que significa tanto: vida, muerte, melancolía, consuelo, fertilidad.
Hay grandes momentos visuales en Enlorquiadas. Resalta la utilización de un mantón de manila blanco para encarnar al insecto de El Maleficio de la Mariposa, la primera obra teatral de Lorca; o el uso de una mochila que se hace pesada a ojos del espectador y que, sin embargo, solo guarda un pañuelo con la palabra «libertad» escrita en él. Pero, sin duda, el punto álgido se alcanzó con la llegada de la madre severa que habita La Casa de Bernarda Alba. Un vestido verde anuncia el trágico final. Ese verde río, verde viento, verde rama.
El recorrido también dotó de cuerpo y movimiento a clásicos como La Zapatera Prodigiosa, Así que pasen Cinco Años, Bodas de Sangre, Yerma o Doña Rosita la soltera. El sentimiento se hizo dueño del mismo escenario por donde pasará la cantante Karmento, el 19 de mayo, o la obra de teatro Blu, historia de una semilla; el 27 de mayo. Para consultar toda la programación cultural de primavera-verano en Almansa, pincha en este enlace.