En una somera historia del calzado de Almansa, podríamos resumir lo que hoy somos en dos hitos del siglo XIX. De un lado, la llegada del ferrocarril a nuestra ciudad a través de la inauguración de la línea Madrid-Alicante en el año 1858. De otro lado, un apellido: la familia Coloma impulsó innovaciones organizativas y mecánicas que permitieron convertir su empresa en líder nacional de exportación del calzado local y pionera del fordismo español.
Estas son las dos grandes causas -aunque no exclusivas ni excluyentes de otras- que nos ayudan a comprender como los cerca de 150 zapateros artesanos almanseños de la última década del siglo XIX pasasen a contabilizarse por más de 1.500 obreros en este sector de la industria, distribuidos en catorce fábricas distintas, durante los años previos a la Guerra Civil.
El impacto de la guerra, la llegada de la dictadura y el aislamiento internacional supondría un frenazo económico con implicaciones muy negativas que se extienden, incluso, al cierre de la Fábrica Hijos de Francisco Coloma, tras su previa transformación social a Calzados Coloma S.A., en el año 1954.
Grandes empresas que hacen grande a Almansa
De aquellos mimbres da testimonio vivo una marca centenaria, Sendra Boots, creada en el año 1913 por Andrés Sendra y que, tras varias generaciones, continúa siendo referente en el mercado internacional del calzado y una de las fábricas con mayor número de trabajadores en Almansa.
Desde aquellos años ha llovido mucho. Entre tanto, han sido muchos los partícipes directos del desarrollo económico de Almansa: no se entiende nuestra ciudad sin volver la vista atrás y preguntarnos por las marcas Mezlan o Sancho. Y para hablar del tejido empresarial que representa nuestro presente y futuro tenemos que citar, entre otros, a Calzados Michel, a Igmapa, a Juan Lacarcel, a Lorens Shoes, a Martino Forma, a Milan Classic, a Mister Shoes, a Paco Valiente, a Umber Shoes, a Welted Business, a Pepe Milán, o Magnanni; y sus respectivas firmas.
Compromiso del PSOE con el calzado en Almansa
El PSOE de Almansa insiste a menudo (en tiempo) y mucho (de cantidad) en la necesidad de apoyar el calzado, de ser una ciudad principalmente industrial y en que haya un claro impulso en pro del zapato de calidad y las ferias internacionales; dando sentido a la estatua de bronce que vigila una de las principales vías de acceso a la primera fase del Polígono Industrial “El Mugrón”.
La obra del escultor Noja, “Monumento al Zapatero”, inaugurada en 1986 por el alcalde socialista Virginio Sánchez, hacen valer el orgullo obrero, de nuestras raíces, de nuestro pueblo. Ahora bien, a este orgullo de sentirnos zapateros tienen que seguirse políticas públicas para favorecer su consolidación y crecimiento en un sector que alimenta el sueldo de más de 2.000 personas de forma directa y colabora indirectamente con otros puestos de trabajo en los sectores de la logística y el transporte.
El calzado sitúa Almansa en el mundo y el mundo en Almansa
Bromea mi peluquero cuando lo visito y pregunto por salud, familia, trabajo: “ahí vamos, viviendo por los pelos”. Aguanto el desafío materno a no repetir plato: “¡comes por los ojos!”. Sin quitarles la razón a ninguno de los dos, les digo que todavía más correcto es afirmar que “en Almansa vivimos de los pies y comemos por ellos”. Almansa es potencia y referencia de la industria del calzado. Almansa es zapatera.
Haciendo un paralelismo del asunto que nos ocupa y el lema con el que La Tinta de Almansa inicia su andadura, diríamos que el calzado sitúa a Almansa en el mundo y el mundo en Almansa.