Juan Sánchez Torrecillas, orgullo de Almansa
El almanseño Juan Sánchez Torrecillas es reconocido con el premio Juan Luis Marroquín. Hablamos de una persona que ha sacrificado gran parte de sus días en favor de hacer valer los derechos y mejorar la calidad de vida de las personas sordas. Querido por toda la ciudad, su sonrisa y buena actitud ante el devenir de la vida le han valido para ganarse el reconocimiento de toda una ciudad y de la misma manera, le ha servido para ganar el respeto de toda la comunidad sorda española. Fotos de J.C.Gil – Fotógrafo.
Fundador de la Federación de Personas Sordas de Castilla-La Mancha, FESORMANCHA, y de la Asociación de Personas Sordas de Almansa ASA. Perteneció y fue fundador del CERMI de CLM, representando a la comunidad sorda. Este premio Juan Luis Marroquín es el máximo reconocimiento que la Confederación Estatal de Personas Sordas de España (CNSE) falla cada cuatro años en distintos ámbitos, destacando el mejor proyecto, institución y la mejor trayectoria. El almanseño Torrecillas ha sido premiado, siendo bien merecido, por su trayectoria asociativa. La ceremonia de entrega del premio tendrá lugar el sábado 10 de junio en Cáceres durante la celebración de la cena de gala que pondrá punto final al VIII Congreso Estatal de la CNSE.
El origen de una persona única
Juan Sánchez Torrecillas, nace en Almansa el día 26 de marzo de 1949. Nació oyente, pero a los 22 meses quedó sordo a causa de una meningitis.
De los 6 a los 14 años estudió interno en el colegio Instituto Valenciano de Sordomudos de Valencia, recuerda con cierta nostalgia de aquellos duros años que solamente salía en vacaciones de navidad, semana santa y verano. Allí se forjo su identidad como persona sorda, haciendo grandes amistades que hoy tras sesenta años aún perduran. Fue allí donde aprendió a leer y a escribir formándose en un oficio a través de los talleres que se impartían, especializándose en el arte de la encuadernación, oficio con el que se abrió paso como profesional creando su propia empresa, siendo un referente en su provincia.
La mamá de Juan, conocida como Doña Carmen, era maestra y de origen asturiano; su influencia fue vital para él, ya que no creía en las limitaciones para una persona sorda. De esta manera, la madre coraje inculcó en Juan un espíritu de superación forjando en él y a su tierna edad, un carácter reivindicativo y de lucha por los derechos del colectivo de personas sordas.
Sus primeros pasos como empresario
Animado por la insistencia de Juan al querer trabajar en la creación de su primer taller de encuadernación, su padre le compró su primera guillotina, conformando así sus primeras herramientas del taller artesanal de encuadernación realizando sobre todo trabajos de restauración de libros antiguos.
Con este taller, Torrecillas pronto generó un primer puesto de trabajo para un joven con discapacidad auditiva leve. Juan recuerda las dificultades que tuvo para abrirse camino con su sordera en medio de la competitividad propia del mercado. La prueba de fuego, nos cuenta, que la pasó cuando un enorme taller de encuadernación albaceteño les encargó un trabajo de mil libros; al superar de manera excelente ese reto profesional aumentó el trabajo consolidándose así como taller.
Fuerte ante la adversidad de la vida
La muerte de su padre supuso un fuerte revés para Juan. Aunque ya como pequeño empresario y poniendo en práctica los valores de su padre, continuó trabajando y aumentando su cartera de clientes. Con el tiempo llago a contar con una plantilla de doce trabajadores, dedicándose así por más de treinta y tres años al negocio de la encuadernación. Todo esto, compaginándolo con su verdadera y más profunda vocación: «Hacer valer los derechos de las personas con discapacidad».
Nacimiento de ASA
Juan nos dice: «Por mi pequeño taller pasaban por las mañanas Personas Sordas, era un punto de encuentro y yo les decía “hay que fundar una asociación de Personas Sordas aquí en el Almansa” aunque todos me contestaban que era imposible. Finalmente les convencí y gracias a la lucha, la constancia, la ayuda del Ayuntamiento presidido por Virginio Sánchez Barberán y de las donaciones de las empresas almanseñas de calzado conseguimos un local. En 1979 nació ASA, la Asociación de Personas Sordas “Virgen de Belén de Almansa”».
Más activismo
El activismo en pro del bienestar de las personas sordas, no acabó con la creación de ASA, sino que Juan trabajando de forma incansable y desinteresada aglutinó a los colectivos de personas sordas de la región creando todos juntos en 1998 la Federación de Personas Sordas de CLM, FESORMANCHA ubicándola en Almansa, para más tarde domiciliarla en Albacete capital.
Durante diecisiete años ejerció la presidencia de FESORMANCHA, influenciando a las autoridades regionales para que fueran sensibles a las necesidades de las personas sordas, alcanzando convenios de colaboración muy importantes y desarrollando programas y proyectos de la mano de entidades públicas y privadas. FESORMANCHA ha reconocido en varias ocasiones el trabajo desplegado por Juan, distinguiéndolo por su capacidad y esfuerzo. Juan nos comenta: «La federación para mí es como una hija, la vi nacer, crecer y organizarse, llegando a dar servicio a toda la comunidad sorda de Castilla-La Mancha».
Su implicación, le llevó a formar parte durante cuatro años, de la junta directiva de la CNSE, (Confederación Estatal de Sordos de España; siendo testigo directo de la evolución de los recursos de la Confederación.
Otra área de servicio a las personas sordas la desplegó desde el CERMI de Castilla-La Mancha, siendo socio fundador del mismo en representación de la comunidad sorda de la región, junto con la ONCE, COCEMFE y discapacidad intelectual.
Torrecillas a día de hoy
En la actualidad sigue presidiendo la asociación de su vida ASA. No cree en la palabra jubilación, aunque ya jubilado por edad sigue en activo, sensibilizando y promocionando a las personas sordas allá donde se encuentre y llevándolo por bandera a todas las áreas de la vida; prueba de ello es su implicación en programas de televisión, radio, redes sociales, actualidad local, regional y nacional. Estas fueron sus palabras cuando accedió a presidir el club de futbol de 3ª división UD ALMANSA: «Quiero hacer visible que las personas sordas podemos ser competentes y válidos en todo lo que nos propongamos». Más tarde tuvo la oportunidad de decirle lo mismo al comunicador de la cadena ser Manu Carreño en su programa de radio con una audiencia de ochocientas mil personas.
Juan a sus setenta y cuatro años, sigue incansable, recorriendo ciudades de distintas comunidades y aprovechando cualquier excusa para participar, siempre llevando con su ejemplo la grandeza de ser una persona, donde la discapacidad se convierte en un valor añadido y nunca en algo negativo sintiéndose orgulloso de ser sordo y de tener una lengua de signos maravillosa con la que puede comunicar sin límites.
Hoy Juan es una persona reconocida en distintos ámbitos, en el político por su buena relación con los presidentes y consejeros de los distintos gobiernos de Castilla-La Mancha; en el tejido asociativo por su implicación y apoyo altruista, en el económico por llevar las marcas en su vida de alguien que luchó por la generación de puestos de trabajo, en definitiva es un hombre respetado y sirve de referente a la comunidad sorda a al que ama con todo su corazón.
Todos los que lo conocen, saben que Juan es el signo de una vida.