¿Existió una ciudad en el lugar donde hoy se encuentra Almansa durante la época romana, bajo el dominio del Imperio? ¿En ese caso, cómo fue? La respuesta rápida es un rotundo no, la población fue fundada después del siglo VIII y durante el dominio musulmán en la península. Pero, aunque no haya nada así como una «Almansa romana» sí se han encontrado vestigios de asentamientos de ese periodo dentro del término municipal que hoy corresponde a la ciudad. Imagen Tolmo de Minateda | Archivo Español de Arqueología
La mayoría de estos núcleos de población eran villas en el sentido romano de la palabra. El concepto de «villa» que más ha calado en la historia española es el título medieval. Se trataba de un reconocimiento otorgado por los reyes durante la Edad Media en los territorios cristianos de la Península Ibérica por razón de méritos, tamaño o a cambio de dinero (véase el ejemplo de la Villa de Madrid, pero también las de Sigüenza en Guadalajara o Albarracín en Teruel). Sin embargo, las villas romanas eran distintas. Se entendían como «explotaciones agrícolas» que podían tener en su entorno varias construcciones o núcleos familiares.
Villas romanas en Almansa dirigidas por antiguos soldados
En resumen, una villa romana era un lugar en el que se asentaban una o varias familias para trabajar la tierra. Según estudios elaborados por Rubí Sanz Gamo y Blanca Gamo Parras para el Museo de Albacete, en el entorno almanseño se contabilizaron alrededor de 10 situándose en lugares como la actual Belén, el paraje de la Mearrera (bajo el nombre de Molino de las Monjas), Botas, Jódar, San Antón o Las Torres.
Villas romanas en torno a Almansa | Rubí Sanz Gamo
Los pobladores de estos lugares no eran sino antiguos soldados romanos, de acuerdo con las explicaciones de Gabino Ponce y José Luis Simón. El ejército licenció a parte de sus militares y les liberó de sus obligaciones militares después de acabar con la conquista del norte de la Península. Mantenerlos enrolados era una carga económica para el imperio y, bajo el mandato de Augusto (del 63 a.C. hasta el 14 d.C.) se aprovechó para convertir la situación en una oportunidad para explotar los recursos de la zona. Los soldados liberados recibían dinero que en ocasiones fue invertido en tierras que se emplearon para la agricultura, dando lugar a estas villas.
Estas pequeñas poblaciones contaban con un núcleo que era la casa del señor, rodeada por las dependencias agrícolas y ganaderas en las que se trabajaba. También estaban incrustados dentro de la villa las construcciones en las que se alojaban los trabajadores esclavos. Su emplazamiento en estos lugares concretos obedece a la cercanía de asentamientos indígenas que podían abastecer de mano de obra a los antiguos soldados. Se valoraba también la tierra llana, la presencia de fuentes de agua y la buena conexión con las vías de comunicación romanas.
Vías de comunicación romanas cerca de Almansa
Respecto a los caminos del imperio cabe destacar la existencia de la Vía Augusta, el principal eje vertebrador de los asentamientos romanos en España durante la época, que habría discurrido a escasos kilómetros al sur del término municipal de la Almansa actual. Así concluyen autores vinculados a la Asociación Torre Grande como la propia Gamo Parras, Ponce o Simón. Esta calzada conectaba la ciudad de Cádiz con Cartagena, Tarragona y los Pirineos y pasaba cerca de la ciudad, pero no a través de ella. Las tropas del imperio y el comercio en época romana no circularon a través de Almansa, pero sí lo hicieron por el entorno de Monte Alegre, Caudete y Fuente la Higuera.
Vías romanas cerca de Almansa | Gabino Ponce y J. L. Simón
Las ciudades romanas más cercanas a Almansa fueron Saetabis Augusta (la actual Xátiva) e Ilunum (el Tolmo de Minateda, ubicado en Hellín). Ambas ciudades tuvieron que estar conectadas, aunque la falta de restos de vía en el tramo intermedio dificulta confirmar cual fue su trazado exacto. Lo que sí se defiende como seguro es el paso de una vía secundaria que conectaba la Vía Agusta con otros asentamientos, a través de la rambla de Sugel y la finca de Los Pandos. Parte de su recorrido vinculó el poblado íbero-romano de Meca en la Sierra del Mugrón y el Corredor de Almansa con el Valle de Ayora y la comarca del Alto Vinalopó en Alicante.
En base a los restos de época romana encontrados en Las Torres y La Mearrera se teoriza que estos lugares estuvieron habitados entre los siglos I y IV. Los yacimientos con vestigios más antiguos son los de Jódar en el sur, de entre los años 100 antes y después de cristo. Sin embargo, al perder importancia las grandes ciudades romanas de los alrededores también lo hicieron las villas emplazadas en torno a Almansa. Los propios visigodos, reino que desbancaría a los romanos en el dominio peninsular a partir del siglo V tardaron más de cien años en incorporar los territorios de Almansa a su Estado.
La realidad de Almansa en época del Imperio romano
En las inmediaciones de Almansa existió presencia romana, aunque no directamente sobre el territorio que ocupa hoy la ciudad en la época del Imperio. El municipio nada tiene de origen romano pues su fundación se debe reconocer a iniciativa musulmana y la relevancia que las pequeñas villas guardaron fue escasa. Si bien existen algunas huellas del paso itálico por nuestras tierras, la creación y el florecimiento de Almansa sucederían siglos después, con la llegada del islam.
Información extraída de «La Romanización en Almansa. Bases para su estudio», de G. Ponce Herrero y J. L. Simón García, editado por la asociación «Torre Grande». También consulta a «De Hispania a Al-Andalus: Época romana y visigoda en las tierras de Almansa», de B. Gamo Parras, y a «La Distribución de las Villas romanas en la provincia de Albacete», de R. Sanz Gamo.
Un comentario
Gracias por la buena información, facilitada en este artículo.