11/02/2025

El periódico digital de Almansa

«En casa después de una semana de caos total»

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Buzón ciudadano | Mi nombre es Ana Belén Planas Martínez, y quiero compartir mi experiencia durante la semana en la que mi padre estuvo ingresado en el hospital de Almansa. Todo comenzó el lunes 27 de enero a las 14:00 horas, cuando llegamos a urgencias. Mi padre, con movilidad reducida y dependiente, pasó cinco agónicas horas en una sala de espera, sentado en una silla, mientras le realizaban pruebas. Foto | Archivo La Tinta de Almansa: manifestación en favor del Hospital de Almansa (Junio 2024)

Finalmente, a las 19:00 nos informaron que iban a ingresar a mi padre, pero no fue hasta las 12 de la noche que pudimos subir a la planta. Una vez allí, nos encontramos en la tercera planta, destinada en un principio a traumatología y a pacientes pediátricos. Sin embargo, debido a la falta de espacio, empezaron a subir a pacientes con problemas respiratorios y gente mayor, todos compartiendo el mismo espacio.

La habitación asignada dejaba mucho que desear: la tele no funcionaba, la calefacción estaba averiada y la cama era demasiado pequeña. Tuve que llevar mantas de casa debido a la falta de provisión. Además, me sorprendió descubrir que la medicación prescrita para mi padre no estaba disponible en la farmacia del hospital, obligándome a llevar parte de ella desde mi casa. ¿Es realmente posible que un hospital no cuente con toda la medicación necesaria para sus pacientes?

A pesar del trato amable por parte del personal médico y de enfermería, era evidente la escasez de personal. Las trabajadoras se veían desbordadas, solicitando ayuda y retrasando la administración de medicamentos. Incluso presencié a una de las enfermeras llorando por el estrés, también llegó a mis oídos que había personal con contratos precarios de apenas 15 días.

El miércoles, se anunció la apertura de la primera planta, anteriormente cerrada debido a la saturación del hospital. Mi padre fue trasladado a la segunda planta, donde el personal era insuficiente para atender a tantos pacientes. La carga de trabajo era tal que algunas enfermeras se mostraron hostiles ante cualquier crítica.

Además, la situación se agrava con el hecho de que siguen derivando pacientes a la UCI de Albacete, ya que la UCI del hospital de Almansa sigue cerrada. La búsqueda de anestesistas continúa, y sería vital ofrecer incentivos como el pago de la carrera profesional para atraer a más especialistas y mejorar la calidad de atención.

Hasta cuándo durará este caos en el hospital de Almansa? ¿Por qué no se proporciona información clara a los pacientes y familiares? ¿Dónde está el gerente para explicar estas deficiencias? ¿La alcaldesa sigue creyendo que todo está bien? Es necesario que se tomen medidas urgentes para mejorar esta situación y garantizar un servicio sanitario digno y eficiente para todos los ciudadanos.

Este es solo un testimonio más de los muchos que se pueden escuchar en relación a la precaria situación de nuestro sistema de salud. Es hora de alzar la voz y exigir respuestas y soluciones concretas. Nuestros seres queridos merecen recibir la mejor atención posible en momentos de vulnerabilidad. Agradezco a todo el equipo de sanitarios, doctores, enfermer@s, auxiliares y limpieza y muy especial a la doctora Ana Belén Cuenca Abarca gran profesional y gran vocación.

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