El retumbar del taconeo se extiende, raudo y firme, desde las faldas del Castillo de Almansa hasta los pies del Ayuntamiento de la localidad. Las más de 200 personas reunidas allí danzaron al unísono con el objetivo de celebrar el Día Internacional del Flamenco, que cada año se celebra el 16 de noviembre.
Bajo la dirección de Llanos Ortiz, profesora de danza de la Universidad Popular de Almansa y figura imprescindible en la difusión de este arte en la localidad, logró superarse un año más con un pasión andaluza con un emotivo flashmob colectivo formado por participantes desde los tres añitos hasta la tercera edad.
Ortiz rindió un homenaje muy especial a las raíces manchegas con un montaje inspirado en Don Quijote, donde el duende andaluz se dio la mano con el alma cervantina. El acto congregó a numeroso público y demostró, un año más, que para sentir el flamenco no hacen falta grandes técnicas, sino dejarse llevar por esa filosofía de vida que, como defiende la bailaora, «no se aprende, se siente».
Un Quijote flamenco con acento manchego
La celebración dio un paso más al transformarse en proyecto audiovisual: Ortiz dejó atrás el éxito del anterior trabajo, Flamenco a los pies del Mediterráneo, y trasladó la propuesta a la sobriedad de la llanura manchega. El nuevo videoclip, rodado a la sombra de los molinos de Mota del Cuervo (Cuenca) y La Redonda (Bonete), busca crear un diálogo entre pasado y presente fusionando la imagen del molino tradicional con la eólica contemporánea.
La pieza reúne a una veintena de participantes en la interpretación de una soleá por bulerías inspirada en Don Quijote; la coreografía arranca y cierra con fragmentos del texto cervantino que enmarcan el gesto flamenco. Musicalmente, el vídeo combina la canción En un lugar de la Mancha de Mëstiza con Algún día de Rafael Cortés. La narración es apoyada por la voz de Juan Carlos Gómez, y las imágenes aéreas, que elevan la estética del proyecto, están firmadas por César De la Ossa Sendra.

«Queríamos mostrar que los manchegos también tenemos nuestro punto flamenco», señaló Ortiz, reafirmando que el arte no entiende de fronteras, pero sí de raíces que dialogan entre sí. La pieza, cuidada hasta en sus mínimos detalles, refleja la excelencia técnica, la madurez artística y la entrega de quienes llenan de vida el parqué de la Casa de Cultura semana tras semana. Y subraya, asimismo, el compromiso de la Universidad Popular por expandir la danza más allá de Almansa.
La imagen de esas figuras bailando entre molinos es ya otro capítulo inolvidable en la historia de un proyecto que crece y que promete impresionarnos año tras año, con propuestas originales e inspiradoras.








