La pérdida de grasa en el abdomen, muslos o glúteos es uno de los deseos más comunes en la sociedad actual. Pero ¿es posible conseguirlo con métodos pasivos como «masajes o cremas milagrosas»?
Pérdida de grasa localizada
Según la literatura científica, parece ser que el cuerpo humano no oxida grasa de áreas determinadas del cuerpo al ejercitar o utilizar algún método en una zona específica. Puede que tu cuerpo sí que utilice la grasa intramuscular para conseguir energía y así poder realizar un ejercicio, pero no afectará a la grasa subcutánea de esa área. Por lo tanto, hacer muchos abdominales no hará que tengas «tableta».
Teniendo esto más o menos claro, podemos hablar de los métodos pasivos que más se utilizan a la hora de eliminar la grasa de las piernas o el abdomen: cremas y masajes especiales, y herramientas electroestimuladoras o térmicas… ¿Funcionan?
Técnicas pasivas para perder grasa
Las técnicas pasivas son aquellas en las que no se desarrolla una actividad motora voluntaria, es decir, la persona no se mueve por sí misma. Algunos ejemplos son los aparatos vibratorios o térmicos que están cogiendo mucha fama para «adelgazar gracias al calor o a la vibración en el abdomen o en las piernas mientras podemos estar sentados en el sofá».
Se han estudiado estas herramientas y se ha visto un efecto terapéutico en algunas patologías e incluso en la ganancia de masa muscular y densidad ósea, pero no son capaces de eliminar la grasa.
Cuando sudamos (por el mismo calor o por la vibración del aparato), deshidratamos en cierta medida el interior del organismo para regular la temperatura corporal, pero no podemos oxidar la grasa solo con esto. Si nos vemos más definidos tras utilizar estas herramientas, simplemente es porque hemos expulsado líquido interno que volverá cuando nos hidratemos. ¡La grasa no se transforma ni en músculo ni en agua!
Los masajes reductivos con cremas especiales también buscan provocar calor y así eliminar la grasa (hecho que ahora ya sabemos que es imposible) y por lo tanto su utilidad no está clara y muy probablemente no tenga efecto alguno en nuestra grasa corporal. Además, las cremas oxidativas o anticelulíticas no han demostrado ser mejores que una crema hidratante común a la hora de perder grasa.
¡Pero no todo lo pasivo es ineficaz! El drenaje linfático (manual o por presoterapia) sí ha demostrado tener efectos beneficiosos en el transporte de grasas por el organismo para diversas funciones o expulsarlas del mismo. Puede ser un buen complemento a la hora de eliminar la grasa, pero nunca tiene que ser la parte principal. Una vida activa con entrenamiento, nutrición y descanso adecuado sí puede ayudarte, y el drenaje linfático puede hacerlo un poco más efectivo.
Si lo que pretendemos es eliminar la celulitis, debemos tener algo más en cuenta.
Cómo eliminar la celulitis
No es una acumulación de grasa común. Es un cambio estructural en las células adiposas de las piernas y abdomen que afecta sobre todo a mujeres tras la pubertad (entre el 85% y el 98% de ellas lo sufren). Se diferencian dos tipos:
- La patológica (entre un 0,5% y un 1,2% de prevalencia) provocada por una infección bacteriana que provoca dolor, rojeces e hinchazón. Es muy inusual.
- La común, que no suele traer consigo ningún síntoma más que la denominada “piel de naranja” y es provocada por una disfunción de las células adiposas (“almacenes de grasa”).
La celulitis se asocia al hiperestrogenismo tanto exógeno (uso de anticonceptivos, cremas vaginales…) como endógeno (ovario poliquístico, endometriosis, ciclos no ovulatorios…). Hay diversos factores que pueden hacer que la celulitis aflore. Las más determinantes son: problemas circulatorios, falta de ejercicio físico o ejercicio realizado a muy poca intensidad, aumento de peso, desórdenes alimentarios, estrés, problemas linfáticos, genética, embarazo, estreñimiento, etc.
Para poder reducir los síntomas de este cambio estructural, debemos enfocarnos en mejorar los factores más determinantes y para ello puede ayudarte un profesional cualificado como un médico, preparador físico, fisioterapeuta, nutricionista o psicólogo. Dejando claro que su tratamiento necesita de un modelo multifactorial, también se debe decir que en una fase de muchos años de evolución puede ser irreversible: sí mejora, pero no se elimina.
Que nadie te imponga su «canon de belleza»
Dicho esto, nadie es culpable de sufrir celulitis. Siempre nos han vendido que la piel tiene que ser siempre como la de un bebé, pero… ¿estamos exigiéndonos a nosotros mismos cosas imposibles? Si el 98% de las mujeres tras la pubertad la tienen, quizá el fallo esté en nuestra perspectiva. Los datos nos dicen que prácticamente siempre va a aparecer, ¿por qué queremos evitarla? La culpa no es de la persona que la sufre, es de la idea generalizada en la sociedad de ocultar los cambios normales de nuestro cuerpo simplemente por vivir.
Y tú, ¿has probado algún método pasivo para perder peso? ¿Conocías estos datos de la celulitis? ¡Te leo en los comentarios de la web, Facebook y Twitter!
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