María Martínez, conocida en el mundo del arte como María en Blau, lleva más de 10 años de trayectoria artística. Sin embargo, hace poco que esta diseñadora gráfica almanseña se considera «artista» como tal y revela que, cada día, continúa descubriendo aún más sobre lo que significa el arte. Hoy ejerce como profesora en prácticas en el IES Herminio Almendros, pero descubrir que enseñar le haría verdaderamente feliz no le fue fácil. Su historia es un laberinto que no todas las personas se atreven a recorrer. Al final de éste, una meta: alcanzar la tan codiciada autorrealización profesional.
El camino hacia la vocación
La almanseña comenzó estudiando Bellas Artes en la Universidad Politécnica de Valencia, donde se especializó en Diseño Gráfico. «Elegí esta rama porque desde pequeña me han llamado más las ciencias exactas, y el diseño gráfico es lo más cercano a ello en las artes». Preguntada sobre su paso por la universidad valenciana, María no oculta que usó la «ley del mínimo esfuerzo». Considera que «no se esforzó lo suficiente» en todos los aspectos y que llegó a considerar que «el arte era un paripé», dado que «tener buena técnica era lo más importante de la carrera».
Tras terminar sus estudios universitarios, María comenzó a trabajar como diseñadora gráfica y, ahí, se percató de la necesidad de un cambio de vida. «Me gustaba lo que hacía, pero sentía que me hacía falta algo diferente», recuerda. Así decidió que quería ser profesora.
En la actualidad, ha finalizado el Máster de Educación Secundaria en la Universidad de Castilla-La Mancha. Esta titulación le ha permitido realizar sus prácticas en el Herminio Almendros. «Mi punto de vista cambió al ver a los estudiantes de arte del instituto. Recordé de nuevo cómo fue ese periodo y me di cuenta de lo mucho que había mejorado el nivel de una generación a otra», celebra.
Fue en el aula cuando se percató de las cualidades de los futuros artistas de nuestro pueblo. «Trabajan mucho, están abiertos a consejos y lo más importante: tienen estilos únicos». Su punto de vista ha cambiado desde sus años de estudiante. Antes, premiaba la técnica por encima de todo. Ahora, argumenta: «En la música aprendes técnica para expresar. En el arte gráfico, la técnica es algo que a veces no ayuda a ser expresivo. La técnica tiene que ser algo que impulse tu expresividad y que no la cohíba».
El arte de ser maestra
Para la almanseña, estos últimos años han resultado claves. María comenta cómo su punto de vista ha cambiado de manera radical gracias a la aparición de una persona: su tutora del Trabajo de Fin de Máster. «Hablando con ella, conseguí comprender lo importante que es la figura del artista y el arte», explica. En la actualidad, María categoriza su trabajo como «el arte de enseñar y expresar, poder trasmitir lo que a mi generación le hubiera gustado tener».
Tiene muy clara la responsabilidad del profesorado en la sociedad: «Mucha gente piensa que la frase “el aprendiz supera al maestro” es algo falso, mientras que, en realidad, un buen profesor es el que consigue que sus alumnos le superen. Como dice mi padre: “El maestro es el arquero que tensa al alumno para que pueda llegar lejos”».
Hoy por hoy, María se ha marcado como logro poder ayudar a todos aquellos estudiantes que, como ella, sintieron que el arte era algo falso y vacío. En este sentido, tiene muy presente que «la empatía y el respeto son cualidades muy importantes en los profesores, necesarias para poder entender y valorar a los alumnos». La futura docente finaliza la entrevista con un mensaje de ánimo hacia los jóvenes artistas: «No tengáis miedo a mostrar a vuestro trabajo en redes. Vosotros y vosotras sois el futuro, y no existe tal cosa como la sobreexposición al arte».
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