A mediados del siglo XX los formatos cinematográficos más accesibles como el «Doble 8», o también conocido como «8 milímetros» permitieron a muchos aficionados acercarse al mundo del cine doméstico. En aquel entonces, este formato, que consistía en dividir el celuloide (material de plástico) de 16 milímetros que introdujo la compañía multinacional Eastman Kodak, funcionaba como alternativa más económica y duplicaba la capacidad de material para grabar, lo que permitió que las personas aficionadas a la fotografía empezasen a captar escenas cotidianas o acontecimientos importantes de su entorno.
Gracias a este avance tecnológico surgieron los llamados «pioneros del vídeo» o «los pioneros de las filmaciones almanseñas». Así los define Raúl Ruano Cantero en su investigación sobre los medios de comunicación locales para la Asociación Cultural Torre Grande en las XXIII Jornadas de Estudios Locales en 2017.
Mario Bonete, la mirada en lo local
El primero de los dos pioneros fue Mario Bonete García. Un almanseño más que conocido y reconocido por muchos logros… Además de ser uno de los pioneros del vídeo en nuestra tierra, fue el mayor precursor del vino de Almansa, su denominación de origen y su querida garnacha tintorera, siendo además el empresario que llevo a Bodegas Piqueras a la senda del éxito. Bonete también ocupó el puesto de concejal delegado de Mercado y Abastecimientos en 1971 de Almansa con el alcalde Pascual Rodríguez. Su reconocimiento no se quedó dentro de nuestras fronteras, a nivel nacional recibió el título de mejor Catador de Vinos de España en 1975.
Apasionado de la fotografía y las recientes filmaciones en vídeo, uno de los acontecimientos destacados que captó fue la visita del entonces Príncipe Don Juan Carlos I el 16 de febrero de 1965, imágenes que añadió a su archivo personal. Aquello marcó un antes y un después, no solo por la relevancia de la noticia, sino por la iniciativa de Bonete para registrar la historia local en vivo.

Bonete fue más allá de la crónica política ya que en su obra más extensa «Recuerdos Familiares» de 90 minutos de duración consiguió representar el retrato social de Almansa durante los 60 a la perfección. En las imágenes aparecen eventos locales relevantes como las Fiestas Mayores de 1965 y 1966, con sus desfiles y actos, destacando por encima de todo la participación de «Los Bereberes», el germen primigenio de los Moros y Cristianos en Almansa.
Siempre con su cámara en mano cuando tenía oportunidad, también consiguió grabar la llegada de la Vuelta Ciclista a España o actos religiosos como la Romería y la Procesión Mayor. Llegó a captar imágenes de valor histórico como la situación del poblado de íbero de Meca o el paso de una maravillosa locomotora a vapor a la vera del Pantano de Almansa, además de otras estampas curiosas como la instalación de la plaza de toros portátil junto al Asilo de San José o la banda de cornetas y tambores de la Organización Juvenil Española encabezada por sus Majorettes de Avignon. Mario Bonete, sin duda un almanseño que bien merece ser ilustre por toda su aportación a la ciudad.
Joaquín Zaragoza, el desarrollo urbano y social en un vídeo
Pocos años después, en 1969 llegaba el segundo pionero. Joaquín Zaragoza Romá, quien regresó a Almansa de la mano de Sebastián Bonete Matea tras pasar gran parte de su infancia en sus calles. Volvió a la ciudad natal para documentar los cambios y el desarrollo de la ciudad tras muchos años fuera de ella. Su objetivo apuntó a las zonas urbanas, la industria y las fábricas de calzado de la época.

La cinta guarda especial valor ya que, según Ruano Cantero: «la cámara se aparta por primera vez de las escenas domésticas para centrarse en la vida de toda la población». De esta manera, Zaragoza filmó situaciones de gran valor como el campo de la Glorieta o el antiguo Templete del jardín.
A lo largo del documental se ofrecen imágenes completas sobre algunos edificios relevantes como los recientes «rascacielos» de la Torre Solarium o el edificio de la Caja de Ahorros de Valencia, así como monumentos históricos como el Castillo y Casa Grande o lugares de alto tráfico vecinal como el que sería la Piscina Oasis. Otra escena de mucha curiosidad que se puede ver es la que regala la antena de Radio Juventud instalada ni más ni menos que en la Torre del Reloj.
La mayoría de las escenas del reportaje las centra en la romería desde el Santuario de Belén hasta Almansa con múltiples secuencias del regreso de la Patrona a la ciudad. Los últimos 10 minutos los dedica a las Fiestas Mayores donde por primera vez se filma el Festival de Proclamación de la Reina en la que actuó la cantante Conchita Bautista y donde también se celebran actos tan lustrosos como la Batalla de Flores. De esta manera se demuestra que los festejos eran y siguen siendo de lo más «grabable» y «fotografiable» de nuestra ciudad.
La película la estrenó primero en Valencia en los salones del Banco de Vizcaya y en diciembre de 1970 la proyectó para la ciudadanía almanseña en la Caja de Ahorros de Albacete situada en Rambla de la Mancha.
Un legado registrado en vídeo
Podríamos decir que la aportación de Mario Bonete y Joaquín Zaragoza reside tanto en el valor de sus grabaciones, como en el talento volcado en ellas. Se convirtieron sin ser conscientes en los pioneros de las filmaciones de la localidad. Pero con toda probabilidad, sí que eran conscientes de que dejaban un legado visual inmortal con el que se encapsula la esencia de una Almansa que no volverá, pero que podemos rememorar gracias a su trabajo.