Lo que se vio el pasado sábado en el Paco Simón es un reflejo fiel de lo que supone competir en Tercera División: competitividad extrema, sacrificio general de todos los futbolistas y agresividad en el juego, en ocasiones incluso demasiada.
El partido fue rudo para ambos equipos y más complicado para los visitantes. El CD Villacañas se conformó con alguna que otra internada puntual a la contra mientras que la UD Almansa llevó la batuta, o al menos lo intentó, en la creación de juego.
Ambos equipos se toparon con sendos palos que les podrían haber valido para adelantarse en el marcador. Por parte de los de Arenas, destacaron Cristian Ripoll, muy presente en el área rival, y Oscar y Pascu, quienes lideraron un exitoso cambio ofensivo en la segunda parte.
En líneas generales, el equipo entero demostró ser competitivo en ataque y serio en defensa, mostrando mejores sensaciones que la temporada pasada a estas alturas. Cuatro puntos de seis posibles conforman un buen comienzo de curso.
El partido terminó en empate, con 10 jugadores del Villacañas «pidiendo la hora». Los locales merecieron más, pero ambos cuadros ofrecieron un encuentro cargado de tensión competitiva, nunca nadie dio un balón por perdido. El próximo partido será fuera, en Illescas, el domingo 19 de septiembre.
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